domingo, 30 de noviembre de 2014

Podcast de Censura y literatura (II) en el Laberint de Wonderland



Hoy en el Laberint de Wonderland hemos cerrado el ciclo dedicado a la censura. Hemos hablado de Ossesione de Luchino Visconti y su sorteo de la censura, de Camilo José Cela y su La Colmena para avanzar con Lolita de Nabokov y terminar con el Librero de Kabul. Puedes escuchar la charla a partir del minuto 33 clickando aquí

sábado, 29 de noviembre de 2014

Domingo 30, Censura (y II) en el Laberint de Wonderland



Este domingo en el Laberint de Wonderland cerraremos la segunda parte de nuestro especial dedicado a la censura. Empezaremos hablando en torno a Ossessione (1942), ópera prima de Luchino Visconti que sorprendentemente sorteó el riesgo de la censura, continuaremos con La Colmena de Camilo José Cela y encaminaremos el final del recorrido con las dificultades de la Lolita de Nabokov y la historia del Librero de Kabul.

Cada Domingo a partir de las 15h

Radio Nacional- Rne4

100.8 fm Barcelona

En directo:Rne4

jueves, 27 de noviembre de 2014

Defensa de la Llibreria Sant Jordi en El Diario



La nueva Ley de Arrendamientos Urbanos amenaza la existencia de muchos negocios tradicionales de Barcelona. Hace cosa de dos semanas decidí pasarme por la Llibreria Sant Jordi para tomar el pulso al asunto hablando con los implicados. El resultado fue el artículo que puedes leer



Aquí en catalán


Aquí en castellano

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Bares chinos en Todos somos sospechosos



Esta madrugada Laura González y servidor han hablado en Todos somos sospechosos de los bares chinos, tema del que me considero un pequeño experto. Me fascinan, los amo y me preocupo por captar su esencia. Puedes escuchar la charla clickando en el enlace aquí

martes, 25 de noviembre de 2014

Jueves 27, presentación de Vergüenza, de Patricia de Souza



Este jueves a las 19,30 de la tarde tendré el honor de dialogar con Patricia de Souza en torno a su última novela " Vergüenza". La cita será en el Laboratorio de Escritura del número 12 del carrer Joan Blanques del barrio de Gracia y puede asistir todo aquel que así lo desee.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Podcast de Censura en el Laberint de Wonderland



Hoy en el Laberint de Wonderland hemos hablado de la censura en literatura. Empezamos con el juicio a Baudelaire y Flaubert en 1857, seguimos con la prohibición antes y ahora del Ulises en Estados Unidos y continuamos con Nada de Carmen Laforet y Si te dicen que caí de Juan Marsé. Puedes escuchar la sección a partir del minuto 33 clickando aquí

jueves, 20 de noviembre de 2014

Domingo 23, Censura en el Laberint de Wonderland



No es raro que Baudelaire te mire así. Este domingo en el Laberint hablaremos de censura literaria y lo haremos a partir de cuatro catas que no serán las únicas:

1.- Los juicios de 1857 a Madame Bovary de Gustave Flaubert y Les fleurs du mal de Charles Baudelaire.

2.- La censura antigua y moderna al Ulises de James Joyce

3.- Nada de Carmen Laforet o cómo la censura no se enteró de la película.

4.- Si te dicen que caí, de Juan Marsé



Cada Domingo a partir de las 15h

Radio Nacional- Rne4

100.8 fm Barcelona

En directo:Rne4

miércoles, 19 de noviembre de 2014

lunes, 17 de noviembre de 2014

Las omisiones del relato en El Diario


La semana pasada publiqué en El Diario "Las omisiones del relato", un artículo sobre algunas ausencias, flagrantes y queridas, en el discurso de Barcelona y Cataluña.  Puedes leerlo


aquí en catalán

aquí en castellano

domingo, 16 de noviembre de 2014

Podcast de escritores con sensibilidad femenina en el Laberint de Wonderland



Hoy hemos hablado en el Laberint de Wonderland de escritores con sensibilidad femenina, un tema apasionante a la par que surrealista. Al final en nuestra cata aparecen Mallarmé como Satin en la revista la Derniere Mode, Luchino Visconti como paradigma cultural, Julio Llamazares porque a mi me lo parece, y eso es irrefutable, y Julian Barnes. Puedes escuchar la charla en el enlace a partir del minuto 38 clickando aquí

sábado, 15 de noviembre de 2014

Diálogo con Miguel Ángel Delgado

TESLA EN LOS MÁRGENES

Miguel Ángel Delgado | Foto: Amaya Aznar
Miguel Ángel Delgado | Foto: Amaya Aznar
El principio del siglo XXI ha propiciado una especie de renacimiento de la figura de Nikola Tesla, como si de repente la reivindicación de su figura supusiera una vuelta de tuerca a la concepción de toda la Segunda Revolución Industrial. En España su gran valedor ha sido Miguel Ángel Delgado, quien desde una doble vertiente que aúna ciencia y pedagogía lo ha presentado en sociedad. Ahora, a la espera de una gran exposición en la Fundación Telefónica, lo hace conTesla y la conspiración de la luz (Destino), una novela con muchos entresijos que sólo una buena charla con el autor puede revelar en su justa medida.
Quedamos en la cafetería de la Laie, nos sentamos en una mesa nada apartada y tras la típica charla de reencuentro procedemos a iniciar unas plácidas hostilidades. Enciendo la grabadora.
¿Cómo nace tu obsesión tesliana?De casualidad. Me lo topé por primera vez en El palacio de la luna, de Paul Auster, donde un personaje cuenta la historia de Tesla en seis páginas y me quedó la duda de si ese personaje existió. Y así fue cómo me interesé y fui comprando libros aquí y allá…
Y así devino una afición de largo recorrido.Sí. Turner publicó la biografía de Margaret Cheney (ndlr: Nikola Tesla: El genio al que le robaron la luz), la primera editada en España, y hablé con la editora. Esa biografía era de los años ochenta y así surgió la traducción de textos de Tesla al castellano.
En la esfera global Tesla es un personaje muy popular.Sí, pero desde un territorio alternativo. El tema va a más y tiene un goteo constante en la cultura popular, de Fincher a Echenoz. Ahora hablan de si la película de Disney Tomorrow Land irá sobre Tesla y también se están presentando coches eléctricos con el nombre de Tesla, se menciona en series de televisión…
Y en España tú eres quien lo introduce.Pero no es nada buscado, salió así.
¿Cómo ha resultado pasar de la teoría a la ficción?Tenía ganas de hincarle el diente a la novela, y claro, Tesla estaba ahí, le daba vueltas a la cosa, pero no me apetecía contar su vida, quería hacer algo distinto.
Relámpagos de Echenoz aun está muy reciente.Y lo contó estupendamente. No me motivaba. Me puse a releer la serie Lucky Star de Isaac Asimov, libros muy divulgativos que me inspiraron. Y así fue como se inició el proceso. Mis libros ensayísticos sobre el tema me dieron una base para hilvanar biografías de los personajes de esa época y de este modo todo cobró forma.
Destino
Destino
Y así surgió, dentro de la voluntad de no ser biográfico, surgió una novela que es pura fantasía.Sí, pero ojo, todo el Nueva York que se cuenta está sacado de los textos de Tesla. Se puede discutir su viabilidad, pero esa era la idea que él tenía del futuro. Me interesaba mostrar su capacidad visionaria, y es con eso con lo que construí la novela y marqué el escenario.
Como si todas sus propuestas hubieran triunfado en el mundo de 1931.Eso es, que hubiera triunfado la Torre Wardenclyffe, que no se la hubieran tirado y que se hubiesen desarrollado todas sus ideas, desde los autómatas hasta la conexión inalámbrica. Evidentemente es un recurso de ficción.
Cuando empiezas a leer la novela choca encontrar ese mundo.Y Tesla aparece muy avanzada la historia, primero planteo el mundo donde se desarrolla la trama.
¿Pensaste en alguna película o en algún libro como inspiración?Lo que más tenía en mente era una ilustración de 1917 de My Inventions, con una visión alucinante del futuro, muy al estilo de Frank R. Paul. Robert Hoolbrook y su corto My Inventionstambién fue importante a la hora de configurar la visión de ese mundo que no fue y reflejo en la novela.
Mientras leía pensaba en Metrópolis, de Fritz Lang.Claro, está, es el pez que se muerde la cola, mucha de esa iconografía surge de Tesla. En 1941 aparece un corto de Superman donde un científico con acento extranjero con el rayo de la muerte, y como este ejemplo muchos otros. El arranque con una nave que llega nos recuerda aBlade Runner
Que es la otra influencia que noté en el texto. Por otra parte tu novela está repleta de muchos personajes que propician el nacimiento de la ciencia ficción.Sí, esa ciencia ficción de principios de los años treinta, muy ingenua, que cree en el poder de la ciencia y la ve como un progreso donde todo es posible.
La Segunda Revolución Industrial permite este auge de la ciencia ficción.Hasta que llega el átomo y con Hiroshima todo se vuelve negrísimo, una especie de repetición de lo que pasó con la Primera Guerra Mundial, que cercena la fe en el progreso porque lo único que multiplica es la capacidad de matar.
Y aquí planteas la distinción entre lo bueno y lo nocivo de la tecnología.En la sociedad ideal de la novela son muchos los que creen vivir en el mejor de los mundos, en una sociedad perfecta, pero en realidad no es así. Tengo poca fe en las utopías, incluida la tecnológica.
1931 se asocia con la crisis de 1929, pero en la sociedad perfecta de la novela no hay un atisbo del hundimiento de Wall Street.En la novela no existe la crisis por el desarrollo perfecto de esa sociedad, pero 1931 es por la muerte de Edison.
Y de ahí arrancan todas las piezas.Exacto, incluido el elegir un protagonista como Edgar que me permite trazar el típico esquema de novela de aventura y la idea de aprendizaje.
Edgar es el prototipo del niño que admiraba muchísimo a Edison, por aquel entonces una especie de padre de la patria.Y eso le pasa un poco al lector, habrá teslianos y otros que piensen que el propio Tesla es un carácter de ficción.
El protagonista asume a partir de Edison un discurso oficial que margina a Tesla.En realidad fue así en vida. Edison a principios de siglo XX era una pequeña antigualla, pero Henry Ford dedica una fortuna a devolverle a primera línea, reconstruir su laboratorio y hasta le organiza un homenaje nacional con el encendido de la bombilla en 1929 al que acuden miles de personas, un fenómeno nacional.
Era un ídolo.Venerado, hasta el cine realiza El joven Edison con Spencer Tracy y eso es una campaña de Ford para coronar a Edison como padre de la patria.
Supongo que la pureza americana de Edison también ayudó al ostracismo de Tesla.Edison se convierte en el perfecto americano. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial Tesla se quedó en una situación más bien delicada.
Cuando tuvo mucha relación con los grandes de su tiempo.Sí, en la última década del siglo XIX Tesla está plenamente insertado en la vida social de un Nueva York por donde pasan todas las personalidades que cuentan. En esa época era de buen tono interesarse por la ciencia y la tecnología. El Players, el club de Mark Twain, se fundó para que la gente del mundo artístico tuviera relación con el mundo económico, era una relación excepcional dentro de un período fascinante.
Y tú juntas a todos en la novela. ¿Cómo pensaste la trama?Tenía una idea muy sencilla de la trama. Iba a ser una novela mucho más corta, pero mientras la desarrollaba vi que pedía muchas más cosas, como aspectos de la segunda parte que no estaban antes en mi cabeza. Una novela con una mayor unidad temporal y un único escenario, Nueva York. Iba a transcurrir en menos días, pero la propia historia me pidió crecer.
La tardía aparición de Tesla también la tenías planeada desde antes de empezar a escribir.Sí, y hasta pensé que no apareciera en el título de la novela. Quería que fuese un descubrimiento. Cuando aparece no lo hace con su nombre, los teslianos pueden captar su aparición entre el hotel y las palomas, pero mi intención era que se descubriera poco a poco y fuera una especie de figura paterna para Edgar.
El niño al ser un adolescente curioso te dio mucho juego para hilvanar un discurso científico.Está en lo desconocido y tiene curiosidad científica, quiere ser aviador. En ese mundo tan aburrido le fascina que el orden se resquebraje y la seguridad se pierda.
E insistes mucho en lo de la seguridad, hasta que no muere Edison está todo lleno de certezas.La semana pasada se presentó un Tesla Model pensado para tener piloto automático. La tecnología nos vuelve blandos. Imagina que nos quedamos un día sin internet. ¿Qué pasaría? Nos volveríamos locos.
En la novela está muy asumida la tecnología, se observa desde la complacencia.Sí, y el escenario de la novela es de una dictadura suave, hay un político que ni gobierna porque los poderes económicos por detrás, de manera suave, manejan los hilos.
Y el desmorone, que no es comparable a nuestro tiempo, se asemeja a ciertos aspectos previos a la crisis en la que aun estamos sumidos.Piensa en la nube, imagina que revienta. Sería una locura. Y mira que no soy en absoluto paranoico ni creo en conspiraciones. Internet nos ayuda mucho, pero no sustituye a otras cosas.
Supongo que aquí entra la cuestión de su buen uso.Si te para un policía por la calle y te fríe a preguntas te pondrás nervioso y hasta te indignarás, pero en cambio en la red soltamos nuestros datos con una facilidad más que pasmosa.
Va un poco por aquí la cosa, ellos en la novela no se preguntan el porqué de la tecnología.Sí, Edgar alucina al saber que antes de su época los barcos iban a vapor, ni le entra en la cabeza. Otro ejemplo de lo que digo es Diana Torregrossa, la hija de Daniel Torregrosa, divulgador científico que tiene el magnífico blog Ese punto azul pálido. La niña, que en la novela es Diana Rosstower, dijo en un ejercicio que la radio la inventó Tesla y la suspendieron, porque claro, en general la gente piensa que fue Marconi.
Edison y los demás forman parte de estas certezas asumidas.Y la obsesión es que no se descubra la mentira, como si no quisieran que se comprobara la existencia de un mundo diferente. Edison pertenece a la generación que pensaba aun que todo era posible, hasta un periódico inventó que había inventado una máquina que fabricaba comida y la gente lo creyó, la fe en él era enorme.
¿Cómo pensaste la operación para que ese edificio se desmoronara en la novela?Tenía muchas ideas basadas en la realidad. A Edison le quitan de la primera línea de General Electric y queda como presidente de honor. En el libro aparece el tema de la sucesión y hasta Tom Edison Junior, un tipo eclipsado por su padre que vivía de ceder su nombre a cremas de zapatos, pero los abogados de su padre le prohibieron usar el apellido porque era propiedad de su padre. Se casó con una corista, se divorció al mes, se alcoholizó…
La muerte de Edison inicia la problemática y luego llegan las amenazas que provocan la confrontación en la novela.Los que no se han beneficiado de ese mundo maravilloso irrumpen para desmentir ese orden. Cuando murió Edison su agonía fue una especie de espectáculo público…
Como la muerte de Juan Pablo II.Pues sí, y eso que el país no estaba para muchas alegrías, fue un gran suceso mediático, casi parece un campo de pruebas para calibrar el impacto de estos hechos en el gran público, y la muerte del Padre de la Patria era perfecta para eso. Imagina que llega a existir la televisión en ese momento…
Y con el fallecimiento de Edison surge la reivindicación de Tesla. No es él quien salta a la palestra, lo reivindican otros…Y eso es un guiño a que Tesla le han hecho más daño los teslianos que los demás, alguno con su entusiasmo le adjudica una cantidad de tonterías que sólo le ha perjudicado, como decir que inventó los platillos volantes o que le enviaron los marcianos. Son cosas que han mantenido su nombre en círculos alternativos, pero también han logrado desacreditar su figura. En la novela se plantea esta diatriba entre teslianos de bien y los otros.
Los que amenazan lo reinvindican desde algo negativo.Que ni siquiera es por Tesla, se escudan en él para vengarse.
¿Te costó mezclar acción y pedagogía?Fue lo más curioso. Había escrito cuentos de ficción con mucha vida interna, sin acción. La ciencia tiene que explicarse e intenté abordar el tema lo mejor que pude. La acción me resultó muy difícil de escribir, sobre todo porque estamos contaminados de la que sale en las películas. No puedes contar la acción a lo Julio Verne.
Los diálogos te ayudaron a dar vida y velocidad a la trama.Me preocupaba dar la información justa, no montar una novela enciclopédica, la acción debe respirar porque la historia es lo fundamental.
Si ajustas las piezas la novela puede ser un acicate para entrar en textos más sesudos.Sin duda, pero ahora tengo ideas para otras novelas de otro estilo.
¿Tras esta novela has matado a tu Tesla?No puedo afirmarlo, pero creativamente mis ideas van por otros caminos.
Pero va contigo.Sí, pero me gustaría aparcarlo. Ahora las ideas que tengo quieren hablar de científicos que no son para nada teslianos.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Domingo 16, Escritores con sensibilidad femenina en el Laberint de Wonderland




Este domingo en el Laberint de Wonderland hablaremos de escritores con sensibilidad femenina, una categoría de esas para volverse locos que inventamos de la nada, o no, pero lo cierto es que algo más que subjetivo. Nuestra cata de cuatro platos tendrá los siguientes ingredientes:


1.- Mallarmé era Satin, sí, ya descubrirás de que hablo

2.- Luchino Visconti, rey indiscutible

3.- Julio Llamazares

4.- Julian Barnes










Cada Domingo a partir de las 15h

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martes, 11 de noviembre de 2014

El gran depredador: Gabriele d'Annunzio, de Lucy Hugues Hallett





Radiografía de una bestia incomparable: El gran depredador: Gabriele d’Annunzio, emblema de una época, de Lucy Hugues-Hallett, por Jordi Corominas i Julián


Lucy Hugues Hallett, El gran depredador: Gabriele d’Annunzio, emblema de una época, Ariel, Barcelona, 2014
Traducción de Amelia Pérez de Villar


Resulta curioso pensar que un hombre en perpetuo movimiento como Gabriele d’Annunzio terminará los tres últimos lustros de su existencia encerrado entre los inmensos muros de una residencia que fue, al unísono, su prisión y el mayor símbolo de libertad. La adquisición del Vittoriale por parte de la Italia mussoliniana le permitió gastar a manos llenas sin preocuparse ni por deudas ni la escritura. Había alcanzado un cénit que era su decadencia, la redención en forma de condena, controlado para que no molestara al orden que anticipó con su surrealista comandancia en Fiume.
Lucy Hugues-Hallett define al vate, un brillante literato olvidado porque se le identifica demasiado con una serie de rasgos negativos, como el gran depredador. Acierta. La vida del chico nacido en Pescara fue una gran novela incomparable, un retablo barroco entre el fin de siècle y la locura del Novecientos, entre lo avanzado de sus propuestas y el deseo de perpetuar una época que no podía sobrevivir.


Una anécdota sirve para definir bien la idiosincrasia del protagonista de este magnífico ensayo. En 1895 coincide con André Gide en Florencia. El escritor francés se asombra porque su colega ha devorado todos los libros y conocido a todos los personajes de relumbrón del momento. Queda fascinado por una extraña humildad que luego, con el paso de los años, se desgastó pese a un brillo paradójico donde el amor y el odio competían en una carrera encarnizada.

Del transalpino, y la biografía lucha por superar ese sentido, ha quedado la máscara que asesinó su trayectoria artística. El hombre prevalece ante el autor porque su descaro al aunar elegancia e individualismo superaba cualquier media imaginable desde un exceso sempiterno que rayaba en la obsesión de la omnipresencia y la omnipotencia al querer registrar cualquier suceso, poseer a todas las mujeres y ser un príncipe descastado porque pese a su exacerbado nacionalismo él, ni más ni menos, era su única ideología certera.

Lucy Hugues-Hallett entendió que sólo podía abordar la dimensión que supone D’Annunzio desde una perspectiva fragmentaria que propiciara una unidad. Abarcar su absoluto es imposible y la solución para intuirlo es mostrarlo desde la técnica de las facetas, casi como si fuera un cuadro cubista que para entender debe ser observado durante muchos minutos. Quizá por eso tanto ella como yo hemos empezado por el final de la singladura, donde las esencias del poeta quedan al descubierto. Su inquietud por el movimiento, preludio de futuristas y guía del esteticismo totalitarista, era mera frustración de quien vive por encima de sus posibilidades y se empecina en ese objetivo. Durante cuarenta años vagó entre camas y domicilios a la búsqueda de una paz utópica que saciara un gran sentimiento de incomprensión.

Desde esta perspectiva su existencia fue la victoria de la obstinación. Anticipó aspectos narrativos que luego cultivaron mitos como Proust y Joyce, pero la sociedad lo juzgó desde el escándalo y la egolatría. Aceptó la culpabilidad de su marginación enfrentándose a ella con un constante redoble de tambores. Cada obra era un salto hacia delante del inconformismo exhibicionista. Sabía de su talento, lo proclamaba a los cuatro vientos y erraba a partir de un impulso que no podía refrenar. Eso explicaría su relación con la Duse cuando ya no bastaba introducirse en la nobleza a la que no pertenecía. Podían despreciarle por abolengo, pero él impondría el suyo del espíritu en un país proclive a la idolatría.



Como esta no llegaba se cansó de esperarla y se exilió voluntariamente en París. En la ciudad de la luz desarrolló sus capacidades baudelerianas de flaneur, captó la atención de la iconoclastia residente en la capital de la cultura y plantó la semilla del quien por no estar de repente es reclamado.
En estas llegó la Primera Guerra Mundial y la oportunidad soñada. Pese a quedarse ciego de un ojo presentó su candidatura a héroe con vuelos que cargaba de lirismo mediante el lanzamiento de panfletos en suelo enemigo. Voló a Viena, aconsejó a los austríacos bajar las armas y regresó a Venecia, otro guiño al decadentismo, alabado por multitudes enloquecidas que le veneraban como un nuevo dios de la modernidad. Estos triunfos motivaron su auge en la posguerra, donde hasta los mandatarios italianos que debían negociar ganancias territoriales en Versalles le temían al creer que el pueblo, siempre tan voluble, le auparía al poder supremo, que sólo podía ser dictatorial en alguien que se había aburrido hasta el paroxismo en su breve etapa de parlamentario.

La llamada real hacia el puesto de primer ministro no sonó y como contrapartida surgió el invento de invadir Fiume, actual Rijeka, y crear desde ese puerto una utopía demencial basada en el amor que le profería la soldadesca y una población emocionada por desfiles, bravuconadas, fiestas donde hasta apareció el yoga, ¡en 1920!, y un estilo que imitaría Benito Mussolini un par de años después tras su Marcha sobre Roma. La acción política dannunziana era un disparate anárquico al que el fascismo, más consciente de lo que significaba gobernar, supo dar orden, pero las premisas las sentó el escritor, amante del drama, fiera del desequilibrio que cuando cedió el mando de su pequeña regencia acató las vueltas del destino. Su camino había sido estelar, más no podía ofrecer en su batiburrillo que mezclaba papel sensacionalista y genialidad artística.

Resulta increíble comprobar que en nuestro país, tan necesitado de escritores que exhiban algún tipo de compromiso más allá del ombligo, no esté siquiera traducido Il piacere, que tanta fortuna cosechó en los estertores del siglo XX. La relación entre Italia y España en lo literario se viste de ropajes donde pocos nombres traspasan la frontera de un lado a otro. En Roma, pese a que muchos autores jóvenes ocupan durante un breve lapso un lugar en las estanterías, lo más sencillo es dar con Marías y Vila-Matas, poco más salvo clásicos como García Lorca. En lo que nos concierne algunas editoriales han hecho un estupendo trabajo que ha recuperado nombres como el inmenso Elio Vittorini. Sin embargo D’Annunzio sigue en la zona maldita que provoca su aura. Esperemos que el libro de Lucy Hugues-Hallett, tan premiado en el Reino Unido, sea un acicate para superar este injusto olvido, pequeña barrera de vergüenza por el bagaje que aun falta en la maleta bibliófila de la piel de toro.


domingo, 9 de noviembre de 2014

Podcast de saltos en el Laberint de Wonderland



Hoy en el Laberint de Wonderland hemos hablado de saltos literarios. Empezamos con la analepsis, seguimos con Un yanki en la corte del rey Arturo de Mark Twain y culminamos el periplo con A salto de mata de Paul Auster y El hombre del salto de Don Delillo. Puedes escuchar la charla a partir del minuto 33 del enlace clickando aquí

jueves, 6 de noviembre de 2014

Domingo 9, Saltos en el Laberint de Wonderland





Este domingo en el Laberint de Wonderland hablaremos de saltos. Pensaba que sería más fácil dar con una cata decente, y al final ha resultado un ejercicio complicado que se compondrá de los siguientes elementos:


1.- La analepsis, o ir hacia atrás.

2.- Un yanki en la corte del Rey Arturo, de Mark Twain

3.- A salto de mata, de Paul Auster

4.- El hombre del salto, de Don Delillo

















Cada Domingo a partir de las 15h

Radio Nacional- Rne4

100.8 fm Barcelona

En directo:Rne4

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Indies,Hipsters y Gafapastas en Todos somos sospechosos



Esta madrugada Laura González y servidor hemos hablado del libro Indies, hipsters y gafapastas de Víctor Lenore, o más bien a partir del mismo hemos desarrollado un debate sobre los hipsters y su supuesta predominancia cultural. Al final del programa El sobrino del diablo ha cerrado la cuestión con un temazo de su cosecha. Puedes escuchar la charla aquí

martes, 4 de noviembre de 2014

Diálogo con Lluís Bassets en El Diario



La semana pasada apareció en El Diario mi diálogo con Lluís Bassets sobre su último libro: La gran vergüenza, ascenso y caída del mito de Jordi Pujol. Puedes leerla


aquí en catalán


aquí en castellano

domingo, 2 de noviembre de 2014

Podcast de impostores en el Laberint de Wonderland



Hoy en el Laberint de Wonderland hemos hablado de impostores literarios con un cuarteto de excepción. Empezamos el viaje con Los sótanos del Vaticano de André Gide, seguimos con Las confesiones del impostor Félix Krull, continuamos con Impostura de Enrique Vila-Matas y concluimos con Tom Ripley, paradigma de paradigmas. Puedes escuchar la charla a partir del minuto 35 del enlace clickando aquí