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domingo, 11 de febrero de 2018
Correcciones en el Laberint de Wonderland
Hoy en el Laberint hablamos de cómo corrigen sus textos los escritores. Queríamos una bomba para empezar que llegará la semana que viene. Ocupé su lugar y luego llegó el turno de Marina Sanmartín, Fernando Clemot y Aroa Moreno. Si quieres puedes escucharlo a partir del minuto 30 del enlace clickando aquí
jueves, 23 de agosto de 2012
Fernando Clemot habla de mi novela José García en Culturamas
En esta ocasión es Fernando Clemot quien habla de José García en la Revista Culturamas. Para leer sus reflexiones sobre mi novela puedes clickar aquí
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jueves, 22 de diciembre de 2011
El libro de las maravillas de Fernando Clemot en Revista de Letras
Ser Marco Polo, soltar las amarras del conformismo: “El libro de las maravillas”, de Fernando Clemot
Por Jordi Corominas i Julián | Reseñas | 21.12.11
El libro de las maravillas. Fernando Clemot
Barataria (Barcelona, 2011)
Si echáramos la vista atrás en la Historia, y no hablo sólo de la literaria, comprobaríamos cómo determinados fenómenos generan un espléndido ruido que luego desaparece y casi nadie recuerda. Atanasio de Alejandría definió al Emperador Juliano como una nube que pasaría. Duró dos años, aterrorizó al emergente cristianismo con su obcecada valentía pagana y desapareció en las llanuras persas. El suspiro del apóstata y el símil del obispo de Alejandría pueden servir en las letras, mundo que desde hace unos años vive preso de fotos, debates estériles, generaciones inexistentes, grupos que venden modernidad a cuatro duros y una escasa consistencia que parece olvidar que la mejor arma del escritor es creer en una trayectoria que de forma retrospectiva sirva para valorar la obra, dando al recuerdo del pasado un tono unitario que juzgue lo hecho sin fuegos de artificio y con la consistencia de un discurso elaborado que no es flor de un día y sí de un trabajo diario que crea un corpus sólido ajeno a modas, tendencias y chascarrillos.
Fernando Clemot tiene su mayor virtud, y así debería ser siempre, en la escritura. Así lo entendieron los que premiaron su magnífico Estancos del Chiado con el Premio Setenil en 2009 y así lo valora quien observa que libro tras libro hay un interés por determinados temas que evolucionan en función de las inquietudes y estados de ánimo del autor barcelonés. En El libro de las maravillas el recuerdo y el viaje se funden el magma estático de una clínica lusa de reposo, si bien quizá fuera mejor definir el espacio donde transcurre la acción desde términos agónicos, pues todos y cada uno de los pacientes del recinto ingresaron en él conscientes de estar en las puertas de ese abismo que solemos llamar muerte.
El ambiente es sórdido, kafkiano en su vaivén inmaculado de puertas que se abren y cierran entre consultas, orines y desconsuelos. Uno de los condenados por propia voluntad a destilar su espera de la señora de la guadaña reflexiona sobre su existencia y la encuentra incompleta. Al puzle le faltan piezas y decide completarlas equiparándose con Rustichello de Pisa, compañero entre rejas de Marco Polo. Juntos publicaron Il milione, fantástica crónica de los viajes del veneciano en una época oscura donde sus itinerarios adquirieron categoría legendaria.
Entre el casi anónimo protagonista de El libro de las maravillas y Rustichello distan siglos que no empañan una serie de coincidencias. Ambos transcribieron lo que escucharon en su particular cárcel, que es enfermedad y paciencia de libertad, sin importar que esta sea expirar o respirar aire puro. Sin embargo, la diferencia fundamental radica en la visión autoral, pues la fascinación del hombre medieval iba por otros derroteros bien distintos a los del contemporáneo, que desea conocer para aliviar su mal y construir una pequeña enciclopedia universal que no se para en las palabras, consuelo estéril si meditamos en la posibilidad de un gran pozo que compile la infinitud humana, consuelo fuerte y útil si en el contexto de la novela, donde las sombras que pueblan el hospital gritan mediante diálogos expiatorios para ajustar cuentas consigo mismos en sus últimas horas.
“Siempre se nos ha dicho que en el pasado está la clave del presente y también de nuestro futuro, que todo lo sucedido alimenta de forma definitiva lo que eres y en lo que te convertirás mañana. En mi caso lo que pueda hacer ahora no puede cambiar un futuro que apenas tiene cuerpo así que me pregunto si no podría invertir la lógica de ese proceso”.
Mientras los demás reclusos le cuentan sus anécdotas memorables se hilvana un proceso consistente en desgranar el porqué del recuerdo a través del paso del tiempo hasta hallar su significado absoluto. Los párrafos dedicados a teorizar sobre los motivos de nuestra selección de fragmentos vitales ahondan en una transferencia de lo personal a lo colectivo hasta parir un relato único de vicisitudes hermanadas por barcos, fallecimientos inesperados, exotismo y encrucijadas. Las narraciones que Bridoso, el Doctor Bessa y Clara hacen de sus máximas peripecias enlazan con la fantasía de cruzar la frontera que media entre Occidente y Oriente para derribar la frustración de destruir el inmovilismo que suele caracterizarnos, lo apático que nos paraliza. Cambiar el paradigma, dar con el impulso que dinamite la inercia y alterar el rol para abandonar los ropajes de Rustichello y atreverse a ser Marco Polo.
Si el libro se limitara a recoger testimonios no perdería valor, pero es comprensible que ubicándose su acción en un lugar cerrado ello de pie a una segunda trama dentro de la trama. Por una parte, lo hemos visto, tenemos el hilo interior que tejen los vocablos que recuperan lo pretérito en pos de dar al presente un nuevo sentido. Por otro está la cotidianidad de la Clínica Dantas y la monotonía de sus cuatro paredes, que configura un relato de intriga entre los tejemanejes del misterioso Doctor Keita, la desaparición del galeno Andrade y las idas y venidas del resto del personal. Keita, huraño y fumador de marihuana, es el elemento sospechoso en el que recaen las dudas por su comportamiento, como si ocultara algo y fuera un guardián que preserva secretos y custodia las llaves de su templo, que más que un centro de salud evoca un manicomio con clientes atados de pies y manos por voluntad propia, certera y cruenta metáfora de la realidad que nos atenaza.
La estructura de El libro de las maravillas está concentrada en cinco jornadas con sus respectivas mañanas, tardes y noches, lo que le confiere intensidad y sustenta la premura de Mr. C en sus pesquisas. Pese a ello el ritmo es sosegado porque la intensidad no depende tanto del tono, sino de una acumulación pausada de datos e impresiones que encajan con naturalidad y forjan el armazón que Clemot seguramente pretendía, sin efectismos innecesarios ni licencias a lo banal, con la elegancia de quien sabe que las migas de pan se reparten con equilibrio si se quiere llegar a la meta con coherencia.
Otro punto a destacar es el caleidoscopio de mujeres que brotan a partir de reminiscencias. Lo femenino es un eje gravitatorio que conecta enclaves y experiencias en esta novela de un narrador dotado de especial tacto para con el léxico y que desde la desesperación es capaz de enhebrar esperanza mientras nos recuerda que conviene sacudirse la cobardía y tentar la senda de la aventura si queremos avanzar sin rémoras que nos atormenten.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Jueves 27, 22 horas, Recital Delaonion en l'Espai Bohemi de El nostre racó

El jueves 27 Delaonion tiene el placer de inaugurar el Espai Bohemi del Nostre racó, bar que desde hace poco regentan nuestros amigos Fernando Clemot y Nacho Sahún. La cita es a partir de las 22 horas y contará con los versos de Álex Chico, Iván Humanes, Laia López Manrique, Juan Vico y el autor de este blog.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Jueves 29, Inauguración de la microbiblioteca de La Biblioteca Esteve Paluzie en Barberà del Vallès
Este jueves tendré el placer de inaugurar junto a Ginés S. Cutillas, Fernando Clemot, Laia López Manrique y Álex Chico la microbiblioteca, una sección dedicada al microrrelato en el conjunto de la Biblioteca Esteve Paluzie de Barberà del Vallès. Para quien no pueda asistir cuelgo uno de los que leeré escrito hoy mismo.
El disfraz de Adolfo
El sábado 20 de febrero de 1993 tenía trece años, muchos granos en la cara y quería ser historiador. Me enloquecía la Segunda Guerra Mundial, quizá por ese exhibicionismo tan rotundo del lado oscuro. Me senté en el sofá, abrí el periódico y tras devorar las páginas de política nacional bebí un zumo de naranja, pensé en los insultos del bigotudo líder de la oposición y pasé a la sección de sucesos, que hasta ese preciso instante era irrelevante en mi corta existencia. Sin embargo aquella mañana una noticia captó mi atención. El alicantino Antonio López Cañete apuñaló a su esposa en plena calle disfrazado de Hitler. ¿Dónde compró el uniforme? ¿Se maquilló con un bigote postizo? ¿Adquirió una gorra nazi ante la inminencia del carnaval? El redactor no especificaba en exceso, por algo la nota era breve y estaba en una columna lateral, como si su misión fuera pasar desapercibida, tanto que su texto ni siquiera especificaba la suerte de la mujer, que previsiblemente salvó el pellejo por los pelos, lo que se deducía a partir de las acusaciones formuladas por el juzgado. Veinte años por frustrado parricidio con alevosía, premeditación y enmascaramiento de personalidad. Veinte años después, lo escribo más que nada por el gusto de la repetición, busqué el nombre del aspirante a asesino en la hemeroteca de La Vanguardia y sólo encontré mi memoria, sin más novedad ni ampliación del delito, sepultado en la tumba de la violencia de género en el preludio de su explosión a pelo, a la española, con cuatro líneas en los rotativos y si te he visto no me acuerdo.
domingo, 22 de mayo de 2011
Encuesta sobre la nueva edición independiente (III):Fernando Clemot, escritor y crítico

Encuesta sobre la nueva edición independiente (III): Fernando Clemot, escritor
Por J. Corominas i Julián y J. A. Muñoz | Destacados | 20.05.11
Fernando Clemot (Barcelona, 1970) es uno de los más y mejor reconocidos cuentistas de su generación. Entre otros galardones, obtuvo el Premio Setenil en 2009 por su libro Estancos del Chiado (Paralelo Sur Ediciones). Su novela El golfo de los poetas (Barataria, 2009) fue finalista de los premios Ateneo de Sevilla y Logroño de Novela. Imparte talleres de escritura y colabora como crítico y columnista en diversas publicaciones culturales.
Impacto
¿Cómo valoras el fenómeno de las nuevas editoriales independientes?
La aparición de estas editoriales independientes, en su mayoría de tamaño pequeño y mediano, ha supuesto un cambio de marco dentro de la narrativa y la poesía en España. Un buen número de autores, entre los que me encuentro, que tenían el paso cerrado a las grandes “marcas” han encontrado un hábitat en el que poder desarrollar su apuesta literaria.
El surgimiento de estas editoriales es la mejor noticia de los últimos diez años ya que en ellas, desde mi punto de vista, se está gestando buena parte de las propuestas literarias más interesantes y sorprendentes. Sin ir más lejos resultaría inexplicable el auge en los últimos diez años del cuento sin la colaboración de estas editoriales.
Ha sido una suerte poder vivir esta ebullición, un hermoso regalo.
¿Hasta qué punto crees que la irrupción de estas editoriales ha afectado al mercado del libro?
Se ha diversificado la oferta en narrativa, no cabe duda. Puedes encontrar en novedades títulos y autores que difícilmente hubieran podido llegar allí antes. Se encuentran apuestas personales de pequeñas editoriales, no sólo los valores seguros que suelen ser el campo de las grandes editoriales.
El “pastel”, en cuanto a ventas, distribución y presencia en librerías, ¿está más repartido?
Salvo algunos grandes “pelotazos” que todos conocemos de Candaya, Alfabia, Impedimenta etc., no creo que en cuanto al volumen de ventas haya habido todavía cambios muy significativos. Tal como está el mercado la venta de un millar de ejemplares es un buen negocio para las editoriales pequeñas y medianas. El trozo grande del pastel se lo siguen repartiendo las cinco o seis grandes editoriales o grupos. De todas formas soy muy optimista en que lentamente se produzca un cambio en esta dinámica que ha ocupado los últimos veinte o veinticinco años y este grupo de editoriales (unas treinta aproximadamente) adquieran cada vez peso en las ventas. Sería una gran noticia y confío en que este cambio se produzca.
Editores
¿Percibes una transformación en el modelo de editor, que haya hecho que se conviertan en “promotores”?
El modelo clásico de editor se ha modificado de forma definitiva pero no únicamente en las editoriales llamadas independientes. La figura de los años sesenta del editor compañero, casi confidente del escritor, se ha ido rarificando y la figura del editor acoge ahora otro tipo de trabajos que antes no le correspondían, aunque señalarlos únicamente como promotores me parece un poco exagerado. En las editoriales pequeñas y medianas la figura del editor, por necesidades de la estructura de estos sellos, acoge también otras funciones que en las grandes editoriales están más diversificadas y así podemos encontrar el editor que es corrector, en algún caso diseñador, jefe de prensa y que promociona de forma directa sus títulos entre los críticos y en las ferias.
Autores
Los nuevos autores, ¿lo tienen más fácil para publicar, con estas nuevas editoriales?
Publicar no es sencillo para un autor novel y desde mi punto de vista no está mal que siga siendo así. Se publica demasiado en España: el año pasado 65 000 títulos, casi más que Alemania y Francia juntos. En la cultura de la imagen, de lo inmediato, ha dejado de verse la literatura como un oficio, como una experiencia de largo recorrido. Nadie quiere pasar ocho o diez años corrigiéndose mejorando el arte de su oficio. Es demasiado tiempo. La gente quiere publicar ya, y las pequeñas editoriales, los talleres de narrativa serios y los concursos limpios deberían tener también la capacidad de hacer de filtro y detectar los valores que crecen, que tienen capacidad y posibilidad de aportar algo.
¿Qué opinas de la proliferación de escritores innovadores que aparecen en los medios? ¿Estamos realmente ante una cantera de futuros clásicos o se nos está vendiendo humo?
Están apareciendo títulos y nombres muy interesantes en los últimos cinco años, tanto en el mundo del cuento como en el de la narrativa breve o la novela. Creo que tras unos años un tanto vacíos en que los principales nombres seguían siendo los de la generación de los Ochenta se empieza a vislumbrar un buen grupo de escritores, todavía en progresión muchos de ellos, pero que estoy seguro que van a dar unos buenos años a la literatura. Soy optimista. En este proceso las pequeñas editoriales de las que hemos hablado están teniendo un papel decisivo.
Relación editor-autor
¿Ves difícil que los nuevos editores establezcan pactos duraderos con sus autores?
Veo especialmente difíciles mantener este tipo de pactos editor-autor con las grandes marcas o grupos. A todos las editoriales o grupos editoriales les interesa vender, cuanto más mejor, y muy probablemente no continuarían con un autor con un primer libro que no haya tenido unas ventas aceptables. En una editorial pequeña o mediana existen muchas más posibilidades de continuidad.
Clásicos
¿Cómo valoras la tendencia de los nuevos sellos de recuperar obras libres de derechos o nunca publicadas?
Es una tendencia la de la recuperación de obras libres de derechos. Se ahorra de esta forma la parte del autor, entre un ocho a un diez por ciento del precio venta público, y también se evitan algunos roces o susceptibilidades que surgen a menudo. Un autor muerto antes de 1941 le va a causar menos problemas al editor que un joven con su primera novela o un autor susceptible o resabiado. Se han abierto hace poco los derechos de autores por lo demás muy interesantes: Bulgákov, Bunin, Scott Fitzgerald, Lagerlöf, Azaña, Benjamin…
Librerías
¿Observas una predisposición, por parte del librero tradicional, para destacar los libros de estas editoriales y promocionarlos?
El librero tradicional, con sus excepciones primorosas, es un género en extinción, como lo es el editor tradicional. El librero debería ser el último punto en el eslabón entre el escritor y el lector, debería aconsejar al lector lo que está bien, lo que puede enriquecerlo, conocerlo, saber lo que le puede gustar y lo que no… Lo que he contado sucede, y conozco libreros excelentes que siguen manteniendo esta bellísima práctica, pero en general abundan en las librerías las columnas de libros de consumo, posiblemente necesarios, pero con nulos valores literarios.
Crítica
¿Hasta qué punto crees que tantas nuevas editoriales han afectado al panorama crítico en nuestro país?
Creo que la crítica tradicional comienza a fijarse y dar valor a estos libros y editoriales. Al principio no fue así pero ahora parece que la crítica le va cogiendo el pulso. De todas formas sigo echando de menos, con excepciones, un papel mucho más estricto de la crítica. Leo pocas críticas duras y muchas loatorias, neutras o que ensalzan obras en que en algunas ocasiones no merecen tantos parabienes. No pido tampoco una crítica que se ensañe o de mal gusto pero sí que ejerza con más fuerza un papel necesario de criba y de orientación al lector.
¿Qué peso estimas que tiene en estos momentos la crítica en el entorno digital? (blog, webs…).
Tiene un peso cada vez mayor y a buen seguro que se va a ir incrementando. Sería necesario que los suplementos literarios de los grandes diarios nacionales reaccionaran. Su material crítico y de reseña literaria cada vez es más fragmentario y escaso y el ámbito digital están ganando día a día público. No sé si es desgana o simplemente un suicidio lento por parte de ellos pero la pérdida de peso de lo impreso respecto a la red es un proceso que se va consumando día a día.
Gustos personales
De los nuevos sellos, ¿cuáles han sido los que más te han gustado o sorprendido?
Aquí me dejo guiar un poco también por mis filias personales pero me gustaría destacar algunos como Salto de Página, Barataria, Candaya, Menoscuarto, Nevsky Prospects, Tropo, Ediciones Escalera, Baile del Sol, Ático de los Libros, Impedimenta, Melusina, Páginas de Espuma, Xordica, Libros del Silencio… Por ahí irían mis gustos. Me sorprendió y recomiendo vivamente un título de otra de ellas, Alpha Decay, que me deslumbró con El apocalipsis de los trabajadores, de Valter Hugo Mãe.
Promoción
¿Has notado que la presencia de los nuevos sellos haya provocado un cambio en el modo de promoción del resto de editoriales?
No sé si por obra de los nuevos editores y o de la cultura de la imagen que nos rodea las editoriales se han visto obligadas a dar un peso importante a los videos, entrevistas a los autores o promociones que hasta hace poco no eran frecuentes. Las distribuidores, en muchos casos, y los grandes centros de venta son las que están marcando estas nuevas pautas de promoción.
Futuro
¿Crees que hay mercado para la cantidad de libros y editoriales existentes? ¿Podrán sobrevivir todas las nuevas empresas?
Se producirá un proceso de selección natural. Aguantarán algunas pero desaparecerán también unas cuantas, sin duda. Obra a favor de estas editoriales que en algunos casos las editoriales no son la única fuente de ingresos de los editores ni de los profesionales relacionados con la edición. Esto que podría parecer a priori un handicap puede hacer que algunas editoriales en dificultades sobrevivan en estos tiempos tan malos para cualquier tipo de iniciativa.
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martes, 5 de octubre de 2010
Miércoles 6, Fernando Clemot en mi sección el Laberint del programa Wonderland de Rne4

El miércoles seis en Wonderland contaremos con la visita de Fernando Clemot, con quien hablaremos de su trayectoria hasta la fecha, sus proyectos futuros y su inminente aterrizaje en Turín para participar en el Festival I luoghi delle parole.

El laberint a Wonderland
Cada miércoles, salvo en esta edición, a partir de las 18h
Radio Nacional- Rne4
100.8 fm Barcelona
En directo: Rne4
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martes, 1 de diciembre de 2009
El golfo de los poetas de Fernando Clemot en Culturalia

Blues toscano: El golfo de los poetas de Fernando Clemot
por Jordi Corominas i Julián
Hay algo meritorio si un narrador se fija en la influencia que el espacio puede generar sobre sus personajes. Ser humano implica oler y prenderse de las auras que rezuman los lugares. En el caso de Leo Carver, escritor de éxito sumido en una destructiva vorágine, volver al golfo de los poetas es una última oportunidad de encontrarse y cerrar agrias cuentas con sus años mozos. La vida le ha sonreído y el exceso ha sido su fiel compañero de viaje. Sin embargo, entre el vicio múltiple y las noches en blanco emerge un hombre lúcido que en plena edad madura revisita su existencia, balcón al que se asoma desde una casa toscana en la que transcurre sus vacaciones junto a su hija Selma, su segunda mujer, una amiga de la misma y un infinito surtido de licores, dulce y borrosa compañía de angustia y reflexión.
Fernando Clemot(Barcelona, 1970) ha creado una novela centrada en dos ejes de delirio y búsqueda. El primero articula todo el estilo narrativo y desde el empecinado alcoholismo del protagonista surca líneas en las que la confusión del pensamiento se expresa en redundancias amorosas y un deslizarse por marasmos conocidos a los que se vuelve por inercia y un cierto deseo de inmortalidad. Carver está en decadencia pero aun así conserva su halo carismático, lo que le permite tener una solvencia para con los demás que alarga su agonía entre devaneos amorosos, juergas demenciales parecidas a una ejecución cronometrada y un proceder que se sabe patético y sobrevive sólo porque el cuerpo resiste con plena independencia respecto a su dueño, obcecado en acceder a clavijas de su primera edad adulta, factor clave de su quete en pos de alcanzar verdades y saber si la muerte de su gran amor fue un accidente o un fatal error de sexo, drogas y rock and roll. Para descubrirlo y superar un dolor muy profundo quedará con el marginado de su pandilla de la universidad, un jurista con el que comparte abandono y pérdida bajo el signo de trágicas circunstancias ante las que el hombre común poco o nada puede hacer.
Para leer más: www.revistaculturalia.biz
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