domingo, 4 de enero de 2009

Colors en literaturas.com


Colors

Jordi Corominas i Julián

Abadía Editors, 2008



Jean Martin du Bruit




En segunda novela, y última en catalán según el autor, Corominas da un paso al frente, abandona la autobiográfica Barcelona de su debut, Una dona que sap jugar amb els peus, e inventa una historia alegórico-simbólica con resonancias del Vittorini de Conversación en Sicilia y el Pavese.de Diálogos con Leuco. Un hombre decide pedir prestadas las llaves de una casa de campo a un amigo después de asistir al funeral de su ex. Ya en plena naturaleza le robarán la maleta mientras se baña en un río, caminará casi desnudo y llegará a un extraño pueblo con pavimento antiguo de manchas naranjas. La fantasía simbólica del lugar ubica un espacio conceptual dentro de la realidad.. Sus habitantes van descalzos, no existen comercios capitalistas, se habla una lengua anacrónica, el cura es elegido por ser el más sabio y el alcalde, invisible, además de ciego es relojero. El hombre del bañador dudará ante la sorpresa y sólo al final del relato descubriremos el motivo de su sospecha.

Corominas juega y nos sumerge en un universo metafórico válido que como mayor defecto tiene el poder dar lugar a múltiples interpretaciones sobre qué desea expresarnos, pues el lector tanto puede pensar que la pureza del pueblo es denuncia de nuestros excesos, una queja utópica o algo oculto y amenazante. La división en colores obedece a los varios cambios de ese 14 de julio de cielo rojo sin nubes y a la evolución de la trama mediante puntos concretos del extraño pueblo. La visión unitaria del autor, donde el espacio tiene igual importancia que el protagonista al condicionar el comportamiento humano, se refleja en el doble final y en la presencia de una segunda voz narrativa, el cielo, magma de advertencia que capta y piensa los momentos en que el principal personaje se encuentra ante un instante decisivo que ignora.

Colors constituye un pequeño gran reto poético que sólo podía escribirse en catalán por lo especial del lenguaje y su contexto geográfico en esa imaginaria Cataluña profunda donde el autor condensa ideas, voces y desapariciones de la belleza en forma de chica que huye de su origen. Sin belleza no hay esperanza y por eso tiene que ser necesario encontrar un nuevo Prometeo que de humanidad perdida a la humanidad presente. Ese es el verdadero fuego del libro. Advertir mientras se juega a una prueba literaria no tan inocente como plantearían esas personas que comen verdura cruda y se conforman con los frutos de la tierra.

Y cuando la tierra limita, conviene escapar de ella. Quizá por eso Corominas haya decidido pasarse definitivamente al castellano, como si su lengua materna no le aportara la suficiente capacidad para volar libre, sin aprietos ni absurdas discusiones. Esperemos que el viaje sea prolijo. Suerte, amigo.

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3 comentarios:

Judit Ortiz dijo...

Ni la llengua ni la terra limiten res. Ni tan sols les persones ens limiten.
Els límits de tot són dins de nosaltres, -ben instal·lats, això sí.

ju

Laia dijo...

M'ha agradat l'article.
Corominas for president.
Frmd. Sol rogent

Judit Ortiz dijo...

bon dia, corasón!
estic amb la laia, coromains for president!

muakis!

ju