jueves, 12 de febrero de 2009
De padres a hijos en literaturas.com
Jordi Corominas I Julián
Emil Hakl, De padres a hijos
A lo largo de su trayectoria, la Editorial Melusina se ha caracterizado por ofrecer una valiente apuesta por el género ensayístico que quizá encontró un punto intermedio en la irregular Odio Barcelona, donde la reflexión personal en ocasiones se mezclaba con artefactos narrativos de primera magnitud, algo que no encontrará quien lea De padres a hijos, obra de lírico realismo donde la simplicidad de un día cotidiano sirve para presentar en nuestro país la buena prosa del checo Emil Hakl.
La novela presenta una situación normal e inusual. Un padre biólogo y su hijo cuarentón deambulan por paseos y bares de la nueva Praga buscándose a si mismos en una especie de sacra conversazione donde la presencia del pasado marca la diferencia entre los protagonistas. El padre sueña despierto y evoca su vida en Yugoslavia antes de trasladarse a Checoslovaquia, anhela y ríe pensando en sus mujeres y se desespera un poco al sentir que los tragos de hoy no son certezas del mañana. Por su parte el hijo comparte su optimismo moderado con la importante función de ser una voz narrativa que está dentro y fuera de la trama. Su punto exógeno transmite con claridad un cierto desencanto basado en la objetividad y en lo absurdo de las situaciones humanas, fuente inagotable de rutina que deriva en ceguera de grandes problemas que en De padres a hijos son analizados por hombres simples, contentos con dejar transcurrir el tiempo y llenarlo con pequeñas migajas de felicidad.
Pese a que la novela aluda en algún momento al Ulises de Joyce, compararla con el monumento de la literatura del siglo XX tendría poco o ningún sentido. Algunas situaciones pueden recordar al episodio de la taberna y hasta al sensacional momento del burdel, pero no debemos relacionar a estos viejos y nuevos habitantes de Europa central con Dedalus y Bloom. Su vivencia se podría enmarcar en un contexto joyceano por rasgos de cotidianeidad e intento de reflejar la realidad a partir de un uso verosímil del lenguaje, como si el autor quisiera eliminar cualquier traza de artefacto literario. Sin embargo, el intento de lograrlo topa con la excesiva construcción que elimina la pureza del diálogo y convierte, precisamente, el sucederse de impresiones y comentarios en un divertido artificio donde en ocasiones la más cruda realidad se funde con lo onírico de deseos que ya no volverán.
Asimismo, De padres a hijos podría interpretarse como una honda reflexión del autor sobre el cambio histórico del mundo eslavo después de la caída del comunismo. El viejo se sorprende ante el presente al recordar las penurias del pasado, mientras que el joven ha perdido la antigua mentalidad y va afianzándose en el nuevo vestido europeo, occidental y capitalista que ve la vida como un bazar de oportunidades. Eso sí, sin desbocarse, con humildad y resignación del que tiene poco y sólo aspira a poder vivir mejor.
Toda novela resumen de vida es, en cierto sentido, un libro de muerte. El lento transcurrir de horas de la jornada abunda en alcoholes, lamentos y confesiones, formas varias que desgastan al hombre y lo transportan hacia una zona oscura de soledad y penumbra que puede reflejarse tanto en la noche del viejo, de espera sin solución de continuidad en el encuentro con la señora de la guadaña, como en la del hijo, decadente y pletórico al desmentir mediante su razón que cuarenta años son muchos sin que ello signifique navegar en mares de lágrimas e irracionalidad.
http://www.literaturas.com/v010/index0902revista.asp
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