viernes, 26 de febrero de 2010

Diálogo con Kiko Amat en Standdart


Diálogo con Kiko Amat por Jordi Corominas i Julián

Es miércoles por la mañana, tengo resaca y he quedado con Kiko Amat. Los dos somos graciencos de adopción y nos citamos en sus dominios cercanos a la Plaça del Nord, la más olvidada del barrio pero no por ello la más fea. Nos sentamos en una mesa de un bar con solera del que es parroquiano, enciendo la grabadora y hablamos durante una hora donde saltamos de tema cada cinco segundos con los justos enlaces de coherencia que produjeron el siguiente resultado.

Escribir: Soy autodidacta, no vocacionalmente sino porque es lo que hay; dejé los estudios y no me apunté a ningún taller de literatura, en España son sospechosos, no como en USA, donde puedes aprender del profesor porque te enseña cosas que sabe. Ahora recuerdo que en octavo de EGB gané un concurso de narrativa patrocinado por Coca-Cola, me regalaron una tele en blanco y negro. Los avatares de la existencia y mi procedencia social me obligaron a ganarme la vida y olvidé que era bueno en esto hasta que más tarde entré a colaborar en fanzines y afiné mis herramientas escribiendo de discos, teorías, etc...

Formación previa a la novela:
Nunca he escrito cuentos o relatos, no creo en la necesidad de escribir cuentos para llegar a la novela, son dinámicas diferentes y creo que me salen bastante mal, no volveré a intentarlo, no me gustan. De lo que se come se cría y cómo me gusta la novela escribo novelas.

Idea de novela:
Tenía claro lo de poseer un estilo a partir de los artículos, en parte confesionales, lo que implica narratividad. Quise hacer un libro como los que me gustan, como los grupos punk...una obra que me guste mucho y sea replicable. Me gusta mucho Moby Dick, pero no aspiraba a eso, sino que me inspiré más en la moderna narrativa americana, lo que también es mentira porque terminas haciendo algo diferente. Creas desde tu forma mediante la sencillez, sinceridad, economía de recursos y ser comprensible. No me gusta la verborrea, prefiero las canciones de tres minutos.

Ritmo y estilo: Una literatura rítmica, pasapaginera, onomatopéyica, con inmediatez, me gusta que pasen muchas cosas. Quería ser comprendido, y como dice Manolo de los Astrud quien quiere serlo lo es y quien no, pues no. Quizá erré el tiro en Cosas que hacen BUM por excesos referenciales. El ideal es Rompepistas, una novela emocional, pura, sincera, con sentido del humor, sin sospechas de autorreferencialidad, no me gustan las novelas tapadera, quiero explicar historias. Provengo de una tradición oral y obrera, prefiero textos que expliquen cosas, odio lo rimbombante y lo posmoderno, quiero novelas enraizadas al lugar, que empiecen y terminen.

Etiqueta pop/Novela pop: No entiendo cómo pueden etiquetarme en la misma categoría de Julián Rodríguez o Agustín Fernández Mallo, puede que algún desinformado lo piense por las referencias situacionistas en Cosas que hacen BUM, pero Rompepistas muestra que estamos en polos opuestos; en lo que se denomina novela pop hay el curioso tic de justificar las referencias pop con menciones a la alta cultura, como si estuviesen acomplejados y pensasen que los verán cómo “ese tío tonto al que le gusta el pop”. La alta cultura funciona independientemente del mundo que me formó; no tengo contacto con ella, no me interesa, no tengo que impresionar a nadie y no escribo para que me reseñen en Babelia o en ambientes académicos. Me parece una chorrada lo de la literatura pop, si funcionara de manera adecuada se diferenciaría de cosas muy serias y ampulosas y se parecería más, por ejemplo, a la literatura de detectives de los años 70.

Tipología de sus personajes: Mis personajes son gente que conocí o viví, sin que ello implique que los coja directamente de la realidad, pues ello te limita como narrador. Si creas, explicas y defines bien un personaje el lector sabrá que sólo puede coger el camino C, no el A o el B, si lo generas a partir de un ser real ya te condenas porque sabes cómo es. Mis personajes son ellos mismos pese a tener guiños y características de gente que conozco. Carnaval puede parecer real, pero es 100% ficticio.

Discurso de clase en España/ novelas periféricas:
El discurso de clase y analizar las cosas desde ese componente, como se hace en Inglaterra....aún sin ser marxistas debemos admitir la influencia de la clase en nuestro crecimiento. En España y Cataluña ha quedado eliminada del discurso cotidiano y de los Media, se emplean eufemismos; en cambio en el Reino Unido se sabe y hablan de ello, lo que aquí no ocurre ni por asomo. Los medios de comunicación son clasistas cuando visitan la periferia.

Música/ su yo en las novelas:
Conviene hablar más del tiempo presente, a partir de la música se crea una diferencia estética que se está perdiendo. En cierto sentido uno de los problemas es que el establishment quiere referentes que pueda entender, porque sino violas su regia malla al no hablar su lenguaje. Mis referencia son mods, skinheads, la literatura americana del siglo XX, el extrarradio...y no lo intento sobreactualizar, no hablo de Deleuze, hablo de mí que somos nosotros, pues soy una persona normal de la calle, mis amigos son currantes, lo que me ocurre es lo mismo que a vosotros, es un yo comunitario, bebe comunidad y forma parte de la misma.

Rompepistas:
Era una historia que tenía en la cabeza desde hacía mucho tiempo, mencionaba ideas en los artículos, pero no sabía cómo transformarlas en ficción. He ido aprendiendo las herramientas de mi oficio, y Rompepistas se acerca a lo que quiero, desde el momento en que me puse con ella tenía clarísimo su espíritu, en las otras novelas hay fragmentos buenos. Una novela tiene que poder resumirse en tres frases, sino algo va mal. Es una novela de iniciación, el formato es clásico. Trata del final de la adolescencia, cuando entramos en un territorio desconocido, por eso están los flashback, para saltar del presente al pasado, si en una película hay flashback y voz en off me engancha, porque esa es la estética que me gusta. En Rompepistas estamos en unas coordenadas subculturales, pero los sentimientos que expreso son universales, la adolescencia una época de vivencia y unión, lo de los punks y los skins está al servicio de la amistad, los años teen son cruciales, una especie de herencia de la que no puedes desprenderte. Ojalá haya logrado con Rompepistas la novela completa sobre la adolescencia en los ochenta, sino esa historia se hubiese perdido.

Proyectos futuros:
Ahora comento con mis amigos que creo que seré recordado por ser el tío que escribió Rompepistas, cómo si sólo pudiese empeorar, pero eso es imposible; estoy muy contento por el recibimiento que le han dado. Siempre tengo una novela en proceso. Hablé con Jorge Herralde y le presenté dos ideas y decidimos cerrar la trilogía, cansa escribir siempre de adolescentes. La próxima será una novela de cuarentones, de sus catástrofes y catástrofes. Tú tienes 30 tacos y aún no sabes cómo se acelera el tiempo y surgen preguntas. ¿Cómo he llegado aquí si quería ser otra cosa? Despiertas y es patético. Tengo notas, sé qué pasa, cómo irá la acción y también los personajes; al fin y al cabo me rodeo de cuarentones protosuicidas. Sí, con música, aunque evitando que se coma lo demás. Sólo me falta encontrar la voz.

Seguimos hablando un rato más entre risas y cervezas de la ocasión pérdida de la música de baile y el Dj como retorno a las raíces en un sentido hedonístico y lúdico de participación. Pagamos, me regala un ejemplar de su fanzine La escuela moderna, descubrimos nuestra mutua fascinación por Jack el destripador y nos despedimos. Toca comer. Bon profit.

4 comentarios:

Hugo Izarra dijo...

Genial pistoletazo de salida. Pasará a la historia por haber sido el primer artículo acabado de la revista.

Jordi dijo...

Un honor saber ese dato.Me lo pasé genial ese miércoles, el bar es una caña y Kiko siente pasión por lo que hace,que no es poco:))

Anónimo dijo...

Devoro las entrevistas; siempre me han gustado.
Kiko Amat me ha hecho evocar mi adolescencia. Barcelona y un hecho común: también gané en octavo de EGB un concurso patrocinado por la Coca-cola. Lo mío fue un viaje al que, por cierto, no fuí.
Saludos, Jordi.
Keli

Jordi dijo...

Keli,fue una buena entrevista, además kiko tiene claras las cosas, sabe de lo que habla como quien dice.

un abrazo