miércoles, 24 de diciembre de 2008

4 textos especiales del año (I)/ Paul is dead

Sobre leyendas urbanas...

Por Jordi Corominas i Julián

“I listen for your for your foot steps/ Coming up the drive/ Listen for you foot steps/ But they don't arrive” ( Don't pass me by, Ringo Starr, The Beatles, White Album)

“Those freaks was right when they said you was dead” (How do you sleep? John Lennon, Imagine)

El 26 de diciembre de 1965 Paul McCartney tuvo un accidente de motocicleta; se partió un labio y perdió un diente, como por otra parte se puede apreciar en el video promocional del single Paperback writer/ Rain que The Beatles enviaron, en un espléndido anticipo de los videoclips, al show de Ed Sullivan de la CBS, programa televisivo símbolo del desembarco americano del cuarteto de Liverpool por su actuación en vivo el 10 de febrero de 1964 con una audiencia récord de 73 millones de espectadores.

Que un joven cantante sufra un percance tendría que ser un breve en la sección de sociedad. Sin embargo todo cambia cuando se habla del grupo icono del siglo XX. A principios de 1967 empezó a circular un rumor en Inglaterra: James Paul McCartney había muerto decapitado el miércoles nueve de noviembre de 1966 a las cinco de la mañana en un fatal accidente de coche. El bulo adquirió universalidad en otoño de 1969, cuando Russell Gibb, Dj de la emisora WKNR-FM de Detroit recibió una llamada en la que un tal Tom explicaba algunas claves ocultas que The Beatles habían esparcido para mostrar su tristeza ante la muerte del músico. La más significativa era la portada del álbum Abbey Road, publicado en Estados Unidos el primero de octubre de 1969, donde se representaba la procesión fúnebre del autor, entre otras canciones, de Yesterday. John Lennon vestido de blanco sería el cura, Ringo, de negro, sería el plañidero mientras George Harrison se encargaría de dar sepultura a su antiguo compañero, reemplazado después del óbito por William Campbell, ganador de un concurso de dobles convocado por Brian Epstein para no perder los enormes beneficios que la Beatlemania generaba a mediados de los sesenta; Campbell se sometió a dos operaciones de cirugía para que nadie pudiese sospechar el trueque. Por lo tanto, según ésta interpretación, el ser humano que cruza el paso de cebra junto a los otros componentes de la banda no sería McCartney, como demuestran sus ojos cerrados, los pies descalzos –así se entierra a los muertos– y el cigarrillo en la mano derecha, algo absurdo, pues todo el mundo conocía que nuestro protagonista era, o es, zurdo.

El rumor se fue extendiendo. Por aquel entonces era muy normal que los fans del cuarteto escucharan sus canciones al revés o intentaran buscar significados trascendentales a las letras, algo de lo que Lennon se burló en I am the walrus y especialmente en Glass Onion. Esta manía provocó que después del programa de Gibb muchos fanzines de institutos y universidades estadounidenses especularan con el deceso del Beatle preferido por las mujeres. La revista Time se interesó y visitó al implicado en su granja de Escocia. Estaba vivito y coleando en un nuevo momento de su existencia que el mundo ignoraba. The Beatles se disolvieron el 10 de abril de 1970, pero la ruptura era un hecho desde unos meses antes, cuando John Lennon pidió, literalmente, el divorcio a William Campbell, perdón, Paul McCartney.

Las voces parecieron acallarse después de la publicación del reportaje de la prestigiosa revista estadounidense. ¿Seguro? No lo creemos. Como en toda leyenda urbana que se precie, un comentario sin fundamento empezó a generar una mitología que abarca canciones, vivencias y portadas con mensajes clave relativos al suceso. Todos los Beatles desmintieron por activa y pasiva la supuesta creación de un juego de pistas en el período 1967-1969, pequeñas migajas de pan a lo Hansel y Gretel que los fans han recopilado de manera poco científica, pues en algunas páginas dedicadas al hoax hay referencias anteriores al nueve de noviembre de 1966. No creo que los de Liverpool fuesen futurólogos de la desaparición del hombre récord de la música contemporánea. ¿Qué sentido tiene hablar de probables indicios en Rubber Soul (1965) o Revolver, publicado en agosto de 1966? Ninguno, algo que no parece importar mucho a quien menciona el verso “If you drive a car” de Taxman como una certeza de muerte. Los locos investigadores podrían retroceder a Drive my car y ver el “pi pi ye de la canción como un mal frenazo. Pongámonos serios y ni siquiera consideremos la primera macabra portada del Yesterday and today , el famoso butcher , donde Paul tiene una cabeza en su regazo. Juguemos desde una perspectiva profesional, con la investigación por bandera, y sigamos las huellas partiendo de las grabaciones publicadas a partir de 1967, año del verano del amor y el Sargent Pepper's Lonely Hearts club band, el disco más influyente de la Historia que no es el preferido de casi nadie. Un verdadero misterio.

Una de los principales argumentos de los partidarios de la leyenda es que después de noviembre de 1966 The Beatles dejaron su lado de niños buenos y empezaron a experimentar. Su música ya no sonaba como antes. Los jóvenes que provocaban la histeria de medio mundo no volverían a tocar como, por ejemplo, en A collection of Beatles oldies, recopilación publicada el 10 de diciembre de 1966 que en su portada contiene una primera pista: un Beatle desconocido ve peligrar su integridad física por un coche que se acerca desde la izquierda.

Como entenderá el lector el cambio se debió a una lógica evolución de cuatro individuos interesados, unos más que otros, en navegar por los mares de la experimentación musical en el estudio, donde después de dejar las giras pasaban horas y horas para desesperación de algún que otro técnico poco acostumbrado a los extravagantes horarios laborales de los de Liverpool. La progresiva metamorfosis empieza a intuirse con Strawberry fields forever, canción compuesta por John Lennon en la que al final algunos creyeron escuchar “I buried Paul” cuando en realidad se oye “cranberry sauce”, salsa de arándanos.

George Martin ha lamentado toda su vida que Strawberry Fields Forever y Penny Lane salieran como un single de doble cara A y no formaran parte del Pepper, disco que en su portada contiene muchas claves que podrían convencer al más incrédulo. En primer lugar Paul McCartney aparece con un instrumento negro y es el único miembro del grupo que no tiene tridimensionalidad en su cabeza, como si estuviese en otro mundo, probablemente el de los muertos. Lo verificaría la palma de la mano abierta encima de la testa del músico, símbolo que en la tradición hindú, recordemos los conocimientos de George Harrison sobre la cultura del subcontinente asiático, significaba proximidad de muerte o fallecimiento de la persona representada. El motivo reaparecerá en otras ocasiones, concretamente en la portada de Yellow submarine y en una foto interior del libreto del Magical mistery tour. El Hinduismo da otra pista al lado de la letra T, donde vemos al dios Shiva el destructor que apunta con su mano hacia Paul.

Otro indicio de muerte en la portada es la muñeca del lado derecho, representando a Shirley Temple, que tiene en su mano un coche blanco en llamas; no obstante, los detalles más significativos se encuentran en el interior del libreto, lo que en su tiempo era una gran novedad, como lo fue el Pepper en todos los sentidos. En las fotos observamos a The Beatles vestidos como una especie de ejército de salvación psicodélico. Mccartney viste de azul y luce un parche donde leemos con claridad O.P.D., que tanto podría significar, palabras del implicado, Ontario Police Department como Officially pronounced dead , opción perfecta para seguir el juego de nunca acabar que sigue en la contraportada, con Paul de espaldas y George Harrison señalando con su dedo el verso “Wednesday morning at five o'clock as the day begins”, inicio de She's leaving home y supuesta hora del deceso.

Las canciones del álbum contienen algunas referencias. La mención a Billy Shears sería un guiño al nombre artístico de William Campbell, mientras en Good Morning Good Morning, una canción de relleno, Lennon afirma que “Nothing to do to save his life” y nos habla de la hora del accidente en “People running around, it's five o'clock”, insistiendo en la muerte de su amigo en la genial, una verdadera composición Lennon-McCartney, A day in the life, aunque en mi opinión “He blew his mind out in a car” (apagó su mente en un coche) podría ser una referencia indirecta a las drogas, como también lo es, por una vez sin que tenga nada que ver con el asunto tratado, “I'd like to turn you on”, último verso antes de la explosión instrumental que precede la parte cantada por Paul McCartney, “Woke up, fell out the bed...”

Otras pistas del Pepper mostrarían la desolación de los tres Beatles por la pérdida de su compañero. En un coro de Getting Better puede escucharse, siempre que tengamos un oído supersónico, “After all, Paul is dead, He's lost his head” y en los segundos finales del Sargent Pepper's reprise , audible también en la más reciente versión del disco Love, oímos “So sad! Oh, Paul, We're lost without you, Paul we're lost without you”, sollozo verbal parecido al del single All you need is Love del verano de 1967, donde al final de la canción el himno de amor universal se mezcla con el recuerdo del difunto: “Yes He's dead, we loved you, yeah, yeah, yeah”. El lamento alcanzará su apogeo en T he white album , donde entre I'm so tired y Blackbird Lennon canta en susurros su dolor –“Paul is dead, miss him, miss him”– y George Harrison incrementa el llanto de su guitarra al ulular el recuerdo de su amigo en gran parte del último minuto de While my guitar gently weeps con un sentido, e irónico dentro de toda esta gran farsa de muerte, “Paul, oh Paul, Paul”.

Otros aspectos de la leyenda:
tres tristes tigres y turn me on deadman

El genio difunto, o su doble, insistimos, fue el artífice de la película Magical mistery tour, un verdadero fracaso en su estreno televisivo que con el transcurrir de los años ha ganado prestigio por ciertas ideas vanguardistas del cuarteto, que remedió las malas críticas con el éxito del homónimo LP, que en su primera edición tenía un libreto repleto de probables indicios. En la página tres Paul viste de militar. En su mesa tiene un cartel donde un sospecho “I you was” (I was you) podría advertirnos de la substitución después del deceso; asimismo las arquetas cruzadas de las Union Jack son tradicionales en los funerales militares británicos; en la página 10, 11 y 12 Maccca está descalzo y en la página 13, justo al lado de sus zapatillas, leemos en el bombo de Ringo “Love the 3 Beatles”. ¿Y el cuarto? Está muerto o es un impostor. El motivo de los tres supervivientes se repite en la canción en la contraportada de Abbey Road, en la canción Come together del mismo disco –“One and one and one is three”– y en un curioso truco, quien encontrara el indicio es un chiflado de primera categoría, visible sólo si proyectamos un espejito en el bombo de la portada del Sargent Pepper's lonely hearts club band.

La última referencia en el libreto del Magical mistery tour se encuentra en la página 24 con un fotograma del fragmento fílmico de Your mother should know. George, John y Ringo lucen un clavel rojo a diferencia del de Paul, negro como la señora de la guadaña.

En la canción más representativa del álbum, I'm the Walrus, algunos consideran que el “I'm crying” de Lennon es un sentido sollozo por la desaparición del artista. Al final del tema se oye “Bury me, bury me, bury my body, oh untimely death” (entiérreme, entiérreme, entierre mi cuerpo, oh prematura muerte), una imprecación del difunto para recibir justa sepultura. Muchos medios de comunicación se han distraído recopilando significados de la palabra morsa, que en griego significaría cadáver y en los países escandinavos sería un indudable emblema mortuorio desde la época vikinga. Si damos validez a las palabras de Lennon en una entrevista a Playboy la idea del Walrus se inspiró en el poema la morsa y el carpintero de Trough the looking-glass and what Alice found there de Lewis Carroll.

Las pistas prosiguen en el White album. En Glass onion el mismo título de la canción alude a un ataúd con tapa de cristal; los verso de la letra “I told you about the Walrus and me. We are as close as can be. Well here's another clue for you all, the Walrus was Paul”, comentan que la morsa y Lennon eran íntimos y que el futuro marido de Yoko Ono quiere darnos una pista: la morsa era Paul. La ironía, la burla hacia los locos buscadores de indicios, llega a su apogeo con la experimental Revolution n9 , que si se escucha al revés permite descubrir el sonido de un accidente de coche y la inquietante frase, repetida en más de una ocasión, “Turn me on deadman”, que podríamos traducir como enchúfame hombre muerto o, aún más inquietante, conviérteme en un muerto. En el doble Lp Ringo aporta su granito de arena a la leyenda con Don't pass me by, el inicio de la canción menciona la escucha de los pasos de su amigo que, pese a ello, no llega; más tarde nos enteramos que el protagonista de la canción estuvo implicado en un accidente de coche (“You were in a car crash”) que le hizo perder pelo ( “and you lost your hair”), lo que podríamos relacionar con la decapitación de McCartney y las heridas en su cabeza.

El libreto del White album aporta otras imágenes macabras. En la página 3 Paul en la bañera parece una máscara mortuoria, en la 7 el músico baila y unas fantasmagóricas manos lo acechan mientras que en la 18 apreciamos una foto del compositor de Let it be disfrazado. ¿Es Paul o la revelación pública del verdadero aspecto físico de William Campbell? Conviene aclarar que en el single Lady Madonna The Beatles resuelven uno de los grandes enigmas del entuerto: nadie se enteró de la muerte porque “Wednesday papers didn't come”. Lo que nadie puede explicarnos es el motivo por el cual William Campbell tenía, o tiene, la misma voz que Sir Paul.

The lovely Rita and the weeply Linda

Una de las versiones de la leyenda narra que poco antes del accidente, McCartney gustaba salir de marcha cuando su novia Jane Asher trabajaba fuera de Londres, el muerto o bien se despistó al ver a la adorable Rita, la chica de la contraportada de Abbey Road, o bien la hizo subir a su coche y perdió el control del volante mientras le miraba la falda y flirteaba, lo que canta Lennon en Good Morning good Morning.

La otra chica presente en el gran discurso inventado es Linda Eastman, esposa de McCartney cuando salió Abbey road, que en su portada esconde la penúltima pista del hoax. En la matrícula del escarabajo leemos LMW 28IF. LMW significaría “Linda McCartney, estaban casados desde marzo de 1969, Weeps”, Linda McCartney llora. En cambio 28IF se referiría a la edad del artista si viviera, cifra inexacta al tener en la época 27 geniales primaveras.

La última pista en la discografía del grupo es más bien endeble. La portada de Let it be muestra a John, Paul y Ringo con un fondo blanco. Paul parece tener el cuello cortado y el fondo rojo que perfila su rostro sería la sangre del accidente. El disparate culminaría con dos notas agridulces. En 1971 John Lennon, quien en Come together con He had monkey finger alude a los alargados dedos de los muertos, lanzaría una dura pulla contra su antiguo compañero con How do you sleep?, donde entre otras lindezas da la razón a los que decían que estaba muerto. McCartney pondrá la nota final al asunto con el título y la portada de su disco Paul is Live de 1993, año en que al preguntarle en el Saturday Night Live si todo fue un engaño respondió con flema británica: “Sí. Realmente no estaba muerto”.

http://www.calidoscopio.net/2008/04Mayo/Musica02.html

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