Siempre recordaré el día, no muy lejano, en que la radio anunció que un hombre en Murcia iba paseando por la calle con la cabeza de su madre en la mano, como un trofeo. Ese horrible espectáculo tiene su reciente versión catalana con el caso que trataremos el martes 15. Enrique Rus era un taxista cuarentón amargado por el dominio de su madre Carmen, prostituta y madame hasta en su propio domicilio de Esplugues. Enrique le daba su sueldo de taxista y, por lo que se sabe, hasta fue usado sexualmente para contentar a parejas que pedían los servicios de un chico joven. En diciembre de 2002 dijo basta y asestó una certera puñalada en la nuca de su madre, quien murió al instante. Enrique ocultó el cuerpo, medio sepultado en cal viva, durante 14 meses en los que se dedicó a dilapidar la fortuna familiar en trajes, relojes comida y mucha bebida.
Crímenes en la Hora-L
Cada martes a partir de las 13.06
Radio Barcelona-Cadena SER
96.9 FM-666 AM
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