sábado, 18 de julio de 2009
Matar en Barcelona Bcn Week 77
La asesina de ancianas
El 22 de julio de 1957 nació en Cristovo de Dormeá, provincia de La Coruña, Remedios Sánchez. Hermana de 11 varones, la situación económica de la familia la empujó a emigrar hacia Barcelona, donde llegó con 16 años y la esperanza de prosperar.
Entre noviembre de 1978 y enero de 1979, Juan Ignacio Orduña asesinó a tres ancianas– Pilar Odena Sánchez, Serafina Díaz de Zulueta y María Angeles Díaz de Zulueta– e hirió a otras seis. Conocido como el asesino de Lesseps, perpetraba sus atrocidades en jueves, el día que libraba de trabajar en una óptica en la Calle Pelayo, y sentía fascinación por las mujeres de avanzada edad a partir del recuerdo, primera memoria sexual, de su abuela. La prisión, donde pasó 18 años, no cambió sus hábitos: asesinó a una anciana de 80 años y violó a dos más.
El martes 4 de julio de 2006 Remedios Sánchez se presentó a las seis y media de la mañana en el Bar Cebreiro de la Calle Balmes, donde trabajaba desde hacía dos años y medio. Entre sus clientes figuraban policías de una comisaría cercana que, como todos los habituales del recinto, adoraban a la cocinera, la maga de la tortilla de patatas, una mujer fría, cumplidora y amable. La Reme pasaba por una mala temporada. Después de veinte años de matrimonio se divorció, sus hijos eligieron ir con el padre y ella, frustrada, mantuvo dos relaciones sentimentales que acabaron minando aún más su moral. El fin de la primera le supuso pasar un tiempo en un casa de acogida. Las cosas mejoraron, conoció a un taxista, compraron un ático en Sant Andreu. El piso fue su pérdida. Cuando Rafa decidió dejarla tuvo que cargar con el pago de la hipoteca.
Ese martes fue su última jornada laboral. Salió del trabajo a las cinco y media. Fue a un Bingo situado en Provenza con Paseo de Gracia. A las nueve de la noche salió y las fuerzas del orden la detuvieron. No se inmutó, era como si lo esperase. La acusaban de tres asesinatos de ancianas, de intentar matar a otra media docena y de robar en los inmuebles de las víctimas.
Los hechos acaecieron entre el 10 de junio y el 3 de julio de 2006. Durante esas tres semanas de furia, la Reme tejió un plan en el que demostró escasa pericia criminal. Su táctica fue astuta. Aprovechándose de la debilidad de las personas mayores, urdía una estratagema para entrar en su casa mediante excusas superfluas como beber un vaso de agua, entregar un paquete o llamar por teléfono. Una vez en el domicilio las asfixiaba con tapetes de ganchillo, toallas o trapos y les robaba joyas, tarjetas de crédito y dinero en efectivo. Varias supervivientes relataron su experiencia con la asesina en serie. Estas vecinas de Gràcia, Sant Andreu y Sarriá son la prueba fehaciente de la inexperiencia de Remedios, quien con los desmayos de las mujeres daba por concluida su tarea, creyendo que la inconsciencia era muerte.
La señora de la guadaña le sonrió en tres ocasiones. El sábado diez de Junio de 2006 Josefa, 83 años, apareció sin vida en su apartamento de Vía Julia. Al cabo de tres fines de semana, el 30 de junio, Adelaida, 95 años, fue encontrada muerta en su piso de la Calle Villarroel 233, número que se repitió en el último asesinato, pero en la Calle Muntaner, donde vivía María Sahún, de 76 años de edad.
Una imagen tomada por una cámara de seguridad, una herida en la mano y la obsesiva afición al juego de la sospechosa permitieron a los Mossos, que se enfrentaban a su primer caso de envergadura, cuadrar el círculo y acabar con el terror que se expandió durante ese verano por la ciudad. En el juicio, la asesina, con síndrome de piernas inquietas y aspecto visiblemente mejorado desde su detención, alegó que la verdadera culpable era una tal Mary, nombre que usó para identificarse a la persona que le presentó a su primera víctima.
¿Qué impulsó ese deseo incontenible? La Reme pedía prestado dinero para jugar, tenía dificultades económicas y en su piso se encontraron joyas valoradas en 7200 euros. Sin embargo, el robo parece más el complemento, no el motivo. Frustraciones vitales. Inseguridad. Desesperación. Remedios Sánchez fue condenada a 144 años, cinco meses y 29 días de prisión.
JORDI COROMINAS I JULIÁN
Ilustración: Nil Bartolozzi, bartolozzinil.blogspot.com
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