domingo, 2 de enero de 2011

Paseos Simultáneos en Culturamas






UN PASEO SIMULTÁNEO POR LA CIUDAD, SU INTIMIDAD Y LA HISTORIA

Por Claudia Apablaza.


Paseos simultáneos

Jordi Corominas i Julián

Vitruvio Ediciones

Madrid, 2010


Jordi Corominas i Julián nació en Barcelona el 28 de abril de 1979 es autor de la novela Una dona que sap jugar amb els peus y la biografia Macrina la madre. En diciembre de 2008 publicó su segunda novela Colors.

Es coeditor de Calidoscopio, editor asociado de Bcn Week, es cofundador y miembro activo del proyecto Loopoesia.

En septiembre de 2009 coeditó, junto a Ana S. Pareja, Matar en Barcelona (Alpha Decay). Tras su paso por la Cadena SER, Corominas tiene en la actualidad una sección sobre literatura en Wonderland de Rne4.

¿En qué momento decidiste cambiar de escribir en catalán a castellano? ¿Podría haber sido este libro escrito en catalán?

En realidad no hay un momento de cambio. Tengo la suerte de ser bilingüe desde pequeño porque en casa mi madre me hablaba en catalán y mi abuela en castellano. Cuando escribí mis dos primeras novelas en catalán fue porque las sentía en ese idioma, sobre todo la segunda, Colors, en la que emplee un catalán rural que se adecuaba al tono utópico de la historia. En Paseos Simultáneos el castellano es el idioma principal entre otras cosas porque siempre lo usé para la poesía. Por otra parte la simultaneidad del libro, la posibilidad que sus versos ocurran en cualquier lugar del mundo, potenciaba el castellano en un sentido de universalidad.

Por qué una ciudad como Barcelona la vivencias prioritariamente en castellano, si eres catalanoparlante.

Priorizo el castellano por lo dicho anteriormente. Barcelona sale más que ningún otro espacio porque vivo en ella, pero es una anécdota, si te fijas en Paseos Simultáneos el espacio se desdibuja desde su simultaneidad, el movimiento es incesante y trazar un mapa preciso del recorrido del paseante es imposible. Quizá en eso radique la voluntad de no tener fronteras y prescindir del límite, una barrera más mental que real, insana para aquel que desee elaborar una escritura fluida, sin cortapisas.

¿Por qué Paseos simultáneos? ¿Puedes explicar el origen de este título?

La génesis del título y de la obra viene de una búsqueda personal sobre cómo reflejar la realidad en literatura. Justo antes de empezar a parir esta suite poética escribí un relato, que en breve publicará la editorial Barataria, muy detallista porque el recorrido de la protagonista estaba cargado de símbolos premonitorios. Me puse en su piel y pasee el trayecto más de cuarenta veces para que nada escapara a mi ojo. Su conclusión me agotó porque exprimí un tipo de realismo válido, pero al fin y al cabo convencional que estaba bien sin permitir alcanzar una totalidad por lo limitado del espacio. En enero de 2008, agotado tras esa prueba, empecé a tomar notas en un cuadernito rojo. Lo llevaba conmigo y me harté de apuntar cosas mientras paseaba, el siguiente poema resume muy bien mi nueva concepción de la realidad en literatura, donde para captar la totalidad no basta con la linealidad, hay que bifurcarse y ser simultáneo.

¿Con cuanta gente hablas?

Estoy transcribiendo

mil frases nacidas

del aire de voces,

amantes, arcanos,

amigos, cretinos

y funambulistas

en la encrucijada,

la cuestión(¿)

del significado

su forma

y contenido sin

duda el afilador

de la metro

lo sabía,

rugía, y con sus pies

entendía como

captar el mundo

en suspiros

de oralidad común

totalitaria y democrática

en el espacio simultáneo.

Cronos no se para.

Voces de todo tipo, sabiendo que lo trascendental no lo es tanto y que con lo cotidiano la literatura puede abrazar mundo para intentar encontrarle un sentido.

¿Atacas a los catalanes en este texto “Entendí en la/ peluquería que/ los catalanes son/como una serie de tv3”, “Te lo hago saber/ Catalanismo,/ all in all is/ all we are/ entre Pinto y Valdemoro,/colorín colorado/ con un zapato me he encontrado.”? ¿Qué es lo que quieres hacer relucir en ese ataque?

En realidad no es ningún ataque, sino una apreciación. Catalunya vive una dicotomía típica de nuestro tiempo. Por una parte está lo que vende el poder y en el otro lado del ring está la realidad, que va siendo siempre más multicultural y abierta a mil estímulos, lo que no entienden muchos de mis ciudadanos, que aun parecen vivir según los cánones que imponen los medios, por eso lo de los catalanes son como una serie de tv3. No es una falta grave, simplemente es reflejar la realidad tal cual es, y en mi nación mucha gente sigue anclada a una imagen de programa de sobremesa, lo que es pésimo, como lo es el nacionalismo de cualquier tipo, otra forma de limitarse porque impide ver más allá del ombligo. No somos tan importantes y de hecho el poemario inicia con unos versos que ya definen mi postura: mis casas tendrán todos los balcones del universo.

Lo simultáneo se da en el cruce de tu intimidad, la historia universal, la política y los paseos por la ciudad. ¿Qué cruce estableces entre esos elementos?

Supongo que al querer mostrar una totalidad es normal que estos elementos se crucen, porque son parte de un mismo cuerpo, la sociedad. Por otra parte supongo que influye mi formación universitaria en el campo de la historia, y que en mi día a día hable con mis amigos de los temas que mencionas, fundidos entre sí por lógica elemental y poetizados de esta manera porque muchas veces lo cotidiano queda excluido de la Historia en mayúsculas, y desde mi punto de vista cualquier hecho por minúsculo que sea contiene en su esencia una épica demasiado ignorada.

La Historia queda en este texto propuesta de forma atemporal, más bien determinada por los registros que la ciudad guarda de ella. ¿Es esa la línea de trabajo que tienes con esa disciplina: la Historia está guardada y registrada en la ciudad; y por tanto la Historia podría ser el registro que un paseante tiene de la ciudad que habita?

Si las piedras hablaran nos sorprenderíamos. La ciudad es una caja fuerte de la Historia, y la respiramos en el aire cada día, a cada paso que damos. Roma, donde viví un par de años, me lo enseñó, mientras en Barcelona aprendí que, efectivamente, cada ciudadano genera su intrahistoria. Si unimos todas alcanzamos un completo mosaico de lo humano.

Es un texto que momentos mezcla varias lenguas: castellano, catalán, inglés francés, italiano. ¿Cuál es la propuesta de esa mezcla?


La universalidad y la inercia del paseo, que es la vida por su inextinguible afán de sorprendernos y la capacidad que tiene el ser humano de captar muchos conocimientos. Si hay tantos idiomas en los paseos es porque cuando vas por la calle no hay una uniformidad lingüística entre las palabras que las personas van soltando, ondas sonoras que muestran como cualquier caminata puede ser una metáfora del mundo. Paseos simultáneos son 136 poemas enlazados porque así el lector entiende mejor que está paseando y que hay una continuidad. Recomiendo dar importancia a cada una de sus piezas desde el conjunto, pues individualmente sólo son pequeñas teselas, partes de un paseo que cobra sentido al abarcarlo entero.

¿Por qué dices que Chile es narcoléptico?

Chile es narcoléptico porque a mi me droga mucho por la belleza de sus mujeres, la simpatía de sus gentes y un extraño hermanamiento con el país que seguramente acentuaré más aun cuando lo visite.

Para terminar, ¿podrías relacionar este libro con tu trabajo Loopoético? ¿Se vinculan? Y de paso ¿podrías hablarnos de Loopoesía y enseñarnos el manifiesto Loopoético?

Paseos Simultáneos es la madre lírica de Loopoesia. Lo escribí entre enero y abril de 2008 y fue donde entendí mi interés por los poemas enlazados que en Loopoesia son más reducidos porque ya nacen con intención de ser musicalizados por mi socio Neill Higgins. Para que me entiendan los lectores les diré que Loopoesia es un proyecto músico poético donde mis suites poéticas- las nocheviejas del Patriarca y la Balada del delineante en 2009 y Los jugadores de Ajedrez de Plaza Catalunya en 2010- y su musicalización sirven de base para una performance poética con muchos elementos. Hay dos personajes, y uno de ellos, Jean Martin du Bruit, es el protagonista; el otro es Lola Farigola, Bailarina que siempre tiene más protagonismo siguiendo música y versos. Hay pausas entre poema y poema para que el público no se pierda, pues es un espectáculo denso donde Jean Martin du Bruit, un ser enmascarado con un traje fucsia y una camisa rosa, lanza gominolas, se rodea de símbolos como el Negro de Banyoles o George Harrison, recita versos improvisados, decapita una muñeca fascista y apuesta por lo multidisciplinar como máxima forma de expresión artística. Si en algo coinciden ambos proyectos es en su afán experimentador, que al fin y al cabo para mi no es tal porque considero ambos actos creativos como parte de mi normalidad. Experimentar parece que tenga que ser lo anómalo y eso es así porque estamos anclados en tradiciones que sirven para agotarlas, superarlas e inventar, de otro modo la vida sería demasiado aburrida, ya dice algún verso del poemario que nos han malacostumbrado a creer en la línea recta, y eso es criminal.

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