sábado, 30 de mayo de 2009

Pasolini/Lorca. ¿Vidas paralelas? En Calidoscopio y Pasolini.eu


Por Jordi Corominas i Julián


La reciente lectura de Lorca y el mundo gay de Ian Gibson ha reavivado en mi interior un antiguo paralelismo olvidado en el baúl de las ideas. El poeta granadino y Pier Paolo Pasolini comparten cierta trágica similitud funérea. Ambos eran seres comprometidos, poetas civiles que con su obra creaban polémicas no gratuitas, válidas y valientes para afrontar sus respectivas épocas. Su última hora está teñida por la neblina del silencio querido. Uno fusilado y torturado, el otro masacrado en una supuesta reyerta con un chapero. Supuesta. No descarten la intervención de un poder lúgubre y putrefacto que detestaba su homosexualidad y la triste alegría de quien difunde innovación para los demás y vive encerrado en un caparazón imposible de romper mientras la sociedad no evolucione, armadura que nuestros protagonistas llevaron desde ópticas similares pero divergentes.
No jugamos a las vidas paralelas de Plutarco; tenemos algunos puntos donde comparar y entrever características comunes. Quizá la infancia aborte la posibilidad de un encaje de bolillos. No lo hace desde la perspectiva del nacimiento de la atracción uránica; tanto el italiano como el español percibieron ser diferentes. Pasolini declaró que a los tres años sentía atracción por las piernas de los chicos; Lorca por su parte, y esa es la diferencia clave entre ambas trayectorias, fue percibido como una nena, un profesor lo odiaba por sus amaneramientos y sus compañeros de clase lo llamaban Federica. Esta asignación de su opción sexual mediante opiniones ajenas condiciona la actitud lorquiana. La España de la primera mitad del siglo XX, a excepción del Doctor Marañón y pequeños grupúsculos intelectuales, abominaba del amor que no puede, o no podía, decir su nombre.

Los invertidos eran una lacra, dementes contra natura que en Italia estaban marcados por el catolicismo del país y la dictadura fascista, nacida el mismo año en que Pier Paolo Pasolini vio la luz: 1922 es la fecha en que se inicia una singladura infantil-adolescente poco estable como consecuencia de los traslados militares de su padre, algo que no sufrió García Lorca, señorito andaluz traumatizado a los doce años, el decisivo 1910 de sus poemas, por abandonar el pueblo que lo vio crecer y aterrizar en Granada, amada y odiada por el niño desangelado que sin la Vega tenía Alhambra, magro consuelo para quien se ha criado acomodado en la etérea naturaleza.
La adolescencia y la primera edad adulta se convierten en el hilo que teje su destino artístico y sexual. Pasolini estudia en Bologna y la Segunda Guerra Mundial lo llevará a Casarsa delle delizie, donde resucitará el friulano y dará clases a los niños de la aldea, futuros cómplices de su academia dedicada a cultivar la lengua de su región. En sus juvenilia Amado mío y Atti impuri, inéditos hasta 1984, el director de Uccellacci e uccellini narra parte de sus vivencias en el río y sus aledaños, donde lo tupido de la maleza permitía inocentes escaramuzas sexuales entre los chavales. Esa edad, en la que el poeta ya se ha comprometido políticamente, terminará cuando una familia lo denuncie por compartir peripecias eróticas con su hijo. Pier Paolo será expulsado del PCI y emigrará a Roma, primer viaje redentor de su existencia; Federico lo tendrá cuando deje Granada y se instale en la Residencia de Estudiantes, pero antes de la genialidad se decidirá por la poesía en perjuicio de la música, escribirá textos que no verán la luz hasta 1994 y aprenderá con profesores cargados de innovación, hombres que mediante sus lecciones le permitirán viajar por España y conocer a algunos de los nombres más admirados de la cultura nacional. Uno se traslada con el beneplácito y el dinero paterno, el otro porque no tiene más remedio.

Tanto Madrid como Roma ejercen de comadronas de la toma de conciencia y estímulo para la creatividad a través del contacto con otras mentes inquietas. Pasolini malvivirá durante sus primeros años en la capital italiana; su sueldo de profesor y algunos trabajos editoriales no carentes de prestigio le darán el pan de cada día a la espera de su revelación al gran público. Lorca disfrutará de su estancia en el lugar más excepcional de la historia cultural de nuestro país. Los recuerdos y la mitología de la Residencia de Estudiantes constituyen una especie de paradigma educativo. El poeta tocaba el piano, hacía reír y lideraba un grupo de genios alocados entre los que cabe mencionar a los Buñuel, Dalí, Alberti, Pepín Bello y muchos otros insignes apellidos. Ese grupo y la diferencia de personalidades dieron al granadino goces y sombras. Goces por estar en pleno contacto con las tendencias más actuales de los años veinte, tendencias que empezaron a despertarle ansías de una mayor complejidad narrativa tanto en verso como en las tablas y le animaban a insistir en la música desde una vertiente organizativa junto al maestro Manuel de Falla. Sombras por torturas amorosas, hermandades académicas y la imborrable figura de un pintor catalán acomplejado antes del letal atrevimiento.
Por su parte, Pasolini experimentó un proceso similar cuando, triunfal con su primera novela Ragazzi di vita, entró en el mundo del celuloide como guionista y progresó hasta convertirse en director de culto que trasladó a la gran pantalla sus obras narrativas con la ingenuidad de quien nadie conoce y por ese mismo motivo desea reinventar el arte en el que se inmiscuye desde la inexperiencia. Agotada la vía borgatara el poeta de Le ceneri di Gramsci buscará un nuevo horizonte que le permita avanzar, descubriéndolo en el Tercer Mundo y en la importancia del mito. Mientras tanto encontró a Ninetto Davoli, un adolescente de barriada que se convirtió en alumno y amante hasta que el famoso ricitos, el mensajero de las películas, se enamoró de una mujer y aceptó que la estima hacia el maestro no tenía en su esencia una vertiente de atracción física, lo que quizá también le sucedió, aunque en este caso el oportunismo tiene un importante papel, a Emilio Aladrén, escultor de poca monta que vio en Federico una ayuda de primer orden para prosperar en su incipiente carrera. El poeta sufrió su abandono y sólo se resarcirá cuando conozca a su amor definitivo: Rafael Rodríguez Rapún.


El segundo viaje trascendental de García Lorca será su descubrimiento de América. Nueva York y La Habana crearán un nuevo Federico; el hombre que adquirió inmortalidad definitiva desde la tradición del Romancero gitano tomó conciencia de las infinitas posibilidades de su talento unido a la experimentación literaria. Ya nada sería igual. Poeta en Nueva York y El público serán la inicial punta de lanza del despegue hacia formas inéditas en las letras hispánicas. Ese segundo periplo decisivo también incide en su condición homosexual al liberarlo de antiguos tapujos y mostrarle más desinhibido en lo relativo al problema, tanto en sus obras como en su vida. Pasolini y Lorca tenían voracidad sexual y cuando la aplacaban se sentían más capaces para emprender su labor creativa. Amantes de las fiestas nocturnas, aunque cada uno en su contexto, fueron quitándose la careta con los años, hermanando su lucha personal con un creciente compromiso político. En el caso del español se afirma por sus declaraciones en muchas revistas de la República y por su dirección de la Barraca, con la que ayudó a difundir el teatro clásico y a culturizar a las almas olvidadas de ruralia. Cuando la Guerra Civil estalló el día de su santo era un hombre condenado, perdónenme la expresión, por rojo y maricón, pintada con la que los fascistas aún se atrevían a manchar los muros barceloneses en 1976, incapaces de entender que el cine de Pasolini no se limitaba a dos neologismos mezquinos que aún usan algunos para vergüenza de todos.
Su exaltación política, la lucha contra la injusticia con sus escritos y acciones, les condenó. La agonía de Federico García Lorca en la Vega es la del niño que sufre al saber anticipadamente el final de la pesadilla por su fatal error de abandonar Madrid. El fallo también está en Pasolini, víctima de un adolescente borgataro que ya no era como sus primeros personajes, ingenuos, cerebros incorruptos con posibilidades cristológicas transformados en monstruos homologados, aspirantes a burgueses que por frustración, al no poder alcanzar el nivel anhelado, emplean los mismos métodos criminales que sus antiguos enemigos.
La figura del hijo de Dios abrazó la trayectoria de los dos mediterráneos. Lorca se sintió identificado con la actitud de Jesús desde su adolescencia y hasta su asesinato, fusilado entre un torero y un profesor tras ser sometido a crueles burlas e infames torturas, puede recordar al del Mesías. Pasolini buscó a Jesucristo y antes de hallarlo en sentido puro lo plasmó en forma intermedia en La Ricotta (1963), cine dentro del cine en que Stracci, un pobre hombre, muere por una solar indigestión en la cruz. Al año siguiente, fallecido Juan XXIII, el maestro transalpino construirá una maravilla fílmico-filosófica con Il vangelo secondo Matteo, la mejor película sobre Jesucristo y quizá la única donde la trascendencia de su mensaje se expresa con simplicidad obsesiva hasta en la elección de los espacios. En este sentido conviene visionar Sopraluoghi in Palestina, documental donde el director viaja a Tierra Santa y comprueba con gran disgusto como ya no es posible rodar una película sobre el redentor en los lugares históricos del evangelio: la industrialización ha desnaturalizado y anulado su esencia.

Ruego disculpen lo superfluo de mi ensayo. He analizado algunos aspectos que pueden acomunar a dos grandes poetas; aún así mi búsqueda no pretende ser absoluta por las mismas dimensiones del texto que están leyendo. Sin embargo, si creo poder concluir con otra coincidencia de hermanamiento. Federico García Lorca y Pier Paolo Pasolini murieron antes de la hora acordada en el gran tablero, justo cuando ambos estaban soltando las definitivas amarras de lo clandestino para adentrarse en una sinceridad asombrosa. No sólo hablamos de Los sonetos del amor oscuro del español o de la Sodoma y Gomorra del italiano, que ya había traspasado la frontera de lo tolerable en gran parte de su producción, de la que podríamos destacar la pieza teatral Orgía o Saló, pruebas irrefutables de una deriva radical en su tratamiento de temas tabú, idea confirmada en 1992 con la publicación de la novela inacabada Petrolio, donde lo fragmentario realza lo explícito de las escenas sexuales.
Nuestro Federico, que merece reposar en paz pero con honores, fue cauto y pese a su progresiva liberación publicó a cuentagotas las obras con claras alusiones a la homosexualidad. Su excepcional Oda a Walt Whitman fue editada en México para cincuenta afortunados lectores. El San Miguel del Romancero gitano es una excepción a la que acompañan simbologías y metáforas que recorren su trayectoria poética. Durante años se evitó hablar del tema, como si fuera una especie de condena para un genio excelso, hombre deslumbrante del que no se puede entender la obra sin profundizar en una vida siempre más comprometida en lo social y despojada de miedos en lo personal, maravillas que la peor burguesía de España cortó de raíz con su habitual estilo infecto, ratas de cloaca que se reproducen en otros países. ¿O no puso Pasolini en boca de Orson Welles que la burguesía italiana era la peor y más ignorante del Viejo Mundo? Sí. España 1936. Italia 1975.


http://www.panfletocalidoscopio.com/2009/04Mayo/Letras03.html
http://pasolini.net/saggistica_Pasolini-Lorca_Corominas.htm

viernes, 29 de mayo de 2009

Hubiese llegado a matar en Panfleto Calidoscopio

Nostalgia y topografía del cine romano

Por Jordi Corominas i Julián


El lunes 28 de abril de 2008 se rompió mi adolescencia adulta e ingresé, de golpe y porrazo, en la conciencia del propio cambio. Era el día de mi vigésimo noveno cumpleaños y nada podía ir mejor. Me levanté en Trastevere, paseé entre sus adoquines soleados y al llegar a casa hablé con Annina, como siempre: risas, inteligencia y comprensión. La pérdida de Amistade, el perro de Andrea el vagabundo, sonaba a mal presagio, infausto preludio de una tragedia tejida a base de poder televisivo, sueños estúpidos y conformismo tomado por otro cantar, hediondo y repugnante.
El giro fatal llegó cuando fui a comprar tabaco al lado de la cuestura, en el Collegio romano, a escasos metros de Piazza Venezia. Un anciano resistente se lamentaba. La radio vomitaba escrutinios. Il Popolo della libertà derrotaba en las elecciones capitalinas al candidato del PD, caricatura de la que otrora fue la mayor y mejor izquierda europea. Non c’e niente da fare. Volví a Via del Beato Angelico, hice las maletas e intenté asumir lo ocurrido. La alternancia democrática suele ser positiva para el funcionamiento del sistema, pero la contienda italiana derivaba hacia problemas de cariz personal. La Italia que me dio tanto, la Roma por la que hubiese matado, divina mujer marmórea, fenecía de un plumazo por la implacable dinámica electoral del país donde nadie vota a Silvio Berlusconi y todos son muy progresistas. Sé que las calles y los rincones de la Ciudad Eterna no albergan pecado por las decisiones de sus ciudadanos, aún así hay una extraña forma metafísica que me impide volver a mi lugar de pasión, como si el pasado tuviese que permanecer inalterado en un magma ideal que no puedo romper.

Por eso escribo este texto. En la misma casa que abandoné justo hace un año pensé junto en crear rutas cinematográficas por toda Roma. Siempre he disfrutado paseándolas y me alegré cuando el anterior ayuntamiento de la Urbe puso paneles informativos en los espacios históricos del séptimo arte, pequeños puntos simbólicos que merecen ser recordados al establecer con el sujeto un vínculo nostálgico y personal, pues quien haya visto las películas creará una nueva memoria al pasar por la localización cinematográfica.
Podemos hacer mil rutas, pero la que propongo, ideal para caminantes con preparación, colma todas las expectativas. Iniciaremos nuestro recorrido por Vía Veneto, la artería central de la Roma artística de los cincuenta. Poco antes, justo después de la finalización del segundo conflicto mundial, se encontraba infestada de infantes limpiabotas deseosos de ganar cuatro perras con las fuerzas americanas para comprarse un caballo blanco y cumplir un sueño de pureza entre la miseria. Sciuscià de Vittorio De Sica comparte con La Dolce vita de Federico Fellini ser todo menos un cuento de hadas. El niño Interlenghi y Marcello Mastroianni viven dos circunstancias parecidas en eras distintas, pues ambos pueden inspirar maravilla por sus aspiraciones, derrumbadas con facilidad cuando lo real se instala en la pesadumbre de sus vivencias, cartoncitos mojados destinados a la desesperación. Ello no es extraño si asociamos Via Veneto con el éxito ramplón y la apariencia de lujo bajo una honda tortura interna de los que la pululan, sean pobres en busca de fortuna o intelectuales que ya la tienen.

Desaparece la tupida y zigzagueante arboleda al viento. El tritón de Bernini ejerce de Hércules en la encrucijada. Optamos por avanzar hacia Piazza di Spagna para embobarnos con su famosa escalinata y su batiburrillo de idas, descansos y venidas. Sí, Audrey Hepburn come un helado con Gregory Peck; Vacanze romane aúna lo cursi de los cincuenta con el poder americano y los medios de comunicación en un delirante, aunque suave, recorrido por los principales monumentos de la capital transalpina. En la misma plaza el cine ha mostrado todo tipo de padecimientos y esperanzas. En 1952 Lucia Bosé consolidó su estrellato popular con Le ragazze di Piazza di Spagna, donde interpretaba a una joven trabajadora en una sastrería. En 2005 los chicos de nuestra amada Romanzo Criminale protagonizaron un escalofriante asesinato a sangre fría en medio de la escalera más famosa del mundo, con permiso de la de Odessa, clave y arte en El acorazado Potemkin de Sergei M. Eisenstein.
Miramos el reloj y si queremos aprovechar la luz solar conviene ir hacia la Fontana di Trevi. Pasamos por la Embajada de España. El ojo adquiere blanco y negro, transportándose al principio de Roma Città aperta, con el peligro nazi desfilando antes de acechar la guarida del partisano. Volvamos al color. No, perdón. El espectáculo teatral acuífero que más espectadores recibe tiene para el celuloide toque clásico. Anita Ekberg y su juego pagano, bautizando al pobre periodista encantado–Marcello, come here!, Silvia hai ragione, stiamo sbagliando tutto– son el reverso lírico de Totò Trufa 62, film donde el cómico napolitano vende la euforia barroca de agua, mito y ventanal a un cretino americano que termina en el manicomio al reclamar sus derechos mientras los turistas tiran monedas.

Estamos en el centro. Vamos a Piazza Navona y buscamos entre pintores y faraones escultóricos, de látex, rasgos adolescentes parecidos a los de Poveri ma belli, italianos de 1956 con evidentes rasgos de americanización. Guateques, conquistas y besos a la luz de la luna. El ambiente de barriada que la zona ostentó durante décadas sólo se conserva en los edificios; sucede en todo el casco antiguo, pasto fácil de los nuevos mercaderes del temple, bestias voraces prefabricadas para hermanarse con los señores de sandalias con calcetines. Lo mismo acaece en otras plazas colindantes; las paraditas de mercado, madera gastada con glamour añejo, en Campo de’Fiori son las mismas que en la obra homónima de 1943 dirigida por Mario Bonnard, película prototípica del amor y los tópicos populares protagonizada por la mejor romana de la historia del cine: Anna Magnani. Ya no se ven mujeres como ella por esos lares. Hay pequeños atisbos de Claudia Cardinale en algunas bellezas que circulan al lado de la estatua de Giordano Bruno; no creemos que ninguna eligiera un novio como el de la diva tunecina en Un maledetto imbroglio, un joven pobre hombre detenido después de asesinar al lado del Palazzo Farnese a un acaudalado residente. Ahora el barrio, siempre lleno de carisma y alegría, se ha transformado en vaivén de cervezas y fiesta controlada por la noche, fiesta en la que, cabe mencionarlo, se escucha más inglés que italiano, idioma desplazado hacia San Lorenzo y Trastevere, lugares que han ido perdiendo su apego a lo popular en pos, sucede en la mayoría de barrios europeos con ese perfil histórico, de una invasión de artistas y diseñadores que los convierten en el chic alternativo que toda ciudad de prestigio necesita para su imagen internacional. Sin embargo, en Trastevere aún puedes sorprenderte en Santa Maria con charlas inesperadas y amistades de quita y pon que luego, increíble, vuelven. En 1962 la música se iba a otra parte, y una figura como Carmen di Trastevere, señora del barrio y sus latitudes, se antojaba ya imposible. Lo popular, entendido en un sentido casi decimonónico de originalidad que no se pervierte, cedía ante lo homologado, los romanos de toda la vida dejaron de vestir como sus abuelos y el traje-corbata se convirtió en ley. Burgueses todos...salvo una pequeña porción de romanidad resistente. Desplazados por Mussolini a la periferia, aceptaron sobrevivir en casuchas de mala muerte alejadas de sus antiguas moradas del foro romano, donde el cine nos ha dado todo tipo de escenas, si bien nosotros nos decantamos otra vez por Totò y su faceta de estafador de primera en la escena inicial de Guardie e ladri, en 1951 los americanos aún no habían mostrado su lado más voraz, y quizá por eso el cómico favorito de Italia sólo vende una falsa moneda imperial. Así que pasen diez años.

Nos hemos desviado de la cuestión. Esos romanos relegados de su espacio natural se convirtieron en marginados del primer mundo del centro urbano. Las personas de buenas costumbres los despreciaban. Sus trabajos eran miserables, y la mayoría prefería robar para tener algo que llevarse a la boca. Los dos mundos se juntaban ocasionalmente en el mercado del Porta Portese, donde el cine nos ofrece la visión del ladrón que escapa, Ladri di biciclete, la habilidad de I soliti ignoti para sacarse ases de la manga y una posibilidad hacia dos puentes. La izquierda nos depara el paseíllo de Porto di Ripa Grande, donde Nino Manfredi charla con su amigo intelectual frustrado en C’eravamo tanto amati, pilar de Ettore Scola, trayecto sentimental de evolución contrario al de la derecha, donde el Ponte Testaccio, feo e industrial por ser el último de la fila, se convierte en puerta del cielo para Acattone, muerto en su particular cruz, con la redención en el bolsillo al pasar de chulo a ladrón en un esfuerzo por mejorar dentro de la debacle humana que significaba nacer en los enormes bloques de pisos de la posguerra, campos de concentración habitacionales para el falso confort.
Accattone fallace y dice sentirse bien. Más allá del puente, hegemónica desde su fragilidad, la torre del gasómetro corona el dominio de los olvidados de la historia escrita. Esa extraña estructura aparece en muchas películas, no sólo antiguas. En Le fate ignoranti Stefano Accorsi bebe un vaso de agua y su roja camiseta brilla al compás del mágico cilindro, volátil, tierno, insólito y extravagante como la Italia que amamos y esperamos recuperar. Su libertad desde el arte y el compromiso no puede quedar ofuscada ni encarcelada por derrotas más que televisivas ante un poder insoportable, de carne quirúrgica y obsceno cinismo de camping autárquico, racista, payaso y nauseabundo. Non c’e niente da fare?




Fotos de Jordi Corominas i Julián

http://www.panfletocalidoscopio.com/2009/04Mayo/Cine01.html

lunes, 25 de mayo de 2009

Loopoesia en Inusual Project, 30 de mayo 22 horas....y más actuaciones


El proyecto Loopoesía sigue cosechando, y por el momento los frutos son excelentes. El día 30 de mayo actuaremos en Inusual Project, local situado en el barrio del Raval, justo al lado de la Paloma, ójala nuestra actuación sirva para resucitarla.

En este segundo espectáculo introduciremos muchas novedades, unas diabólicas, otras más dulces, pero vaya, el infierno nos acompañará al ritmo de mis Nocheviejas del Patriarca y la música del maestro Neill Higgins. Jean Martin du Bruit tirará gominolas, dará el toque final a su poesia automática y gritará Carmen sin piedad alguna. Se comenta que en el escenario Audrey Hepburn y Lady Di observarán atónitas el show, no me extraña.

Es un placer comunicaros que la suerte está de nuestro lado. El día 5 de junio, jueves, Loopoesía sale fuera de Barcelona y actuará en el Ateneu Popular de Rubí. Seremos la nota discordante entre rockeros, pero eso es lo divertido.

Datos del día 30 de mayo...¿no te quites el sayo?


Follon cultural 6 en Inusual Project ( C/ Paloma 5, Raval, Barcelona)

from San Francisco and elsewhere....
Moomaw (http://myspace.com/nathanmoomaw)

De Barcelona para Barcelona, baby...
Aleph Aguiar Duo (http://www.myspace.com/aguiarlopinskiduo)

Coming from Madrid con un sonido de otro planeta...
Hyperpotamus (http://www.myspace.com/hyperpotamus)

Coming from BCN pero uno via un pueblo en Montseny y el otro via Birmingham, UK...
Loopoesia (loopoesia.blogspot.com)


Visitad nuestro nuevo blog, loopoesia.blogspot.com; Carmen Ortega se encarga del diseño y lo mejora a pasos agigantados.

domingo, 24 de mayo de 2009

Reseña de Como el agua a tu cuerpo de Carmen Moreno en Revista de Letras




Como el agua a tu cuerpo
Carmen Moreno Pérez
Madrid,
Vitrubio, 2009



Las olas se funden con unas nubes hechas de

alambre; con unos cielos que acaban por

deshacerse en un océano que no es el de

siempre, que nos devuelve la Atlántida en

todo su esplendor, o nos enseña, por

primera vez, una torre vigía que otea el

mundo desde su quietud mutada por la sal.

Lo hermoso de ser humanos es que cada uno de nosotros contiene en su esencia una forma de interpretar el amor. La de Carmen Moreno (Cádiz, 1974) tiene un sutil aroma marinero que se sumerge, juguemos con el leitmotiv elegido por la brillante poeta, en las profundidades de una óptica cercana por la intimidad que transmiten sus versos, cercano recogimiento en la agridulce búsqueda, individual y compartida.

El punto de partida es terrenal, efímero y refleja una angustia existencial que es pura sinceridad de la voz poética, entregada a su pasión mirando hacia atrás sin ira, pero con la conciencia de quien conoce su recorrido y le da importancia sin contar con la Historia, hada cruel que no puede determinar una relación. El tiempo por delante está marcado por la vivencia sentimental, el corazón latiendo y la voz interior en lucha por lograr el objeto de deseo, escurridizo y presente, dura antorcha que se enciende y juega con el viento para desesperación de la enamorada, tenaz grumete con dificultades para llevar la embarcación a buen puerto.

Y, a pesar de las distancias,

de los sonidos hueros

que sobrevuelan las sábanas

qué más nos da la Historia.

Tenemos todo el tiempo por delante

Los versos de Carmen Moreno destilan la aventura de la abnegación, de la posibilidad de amar desde posiciones de quien todo lo da y espera ser correspondido. Son constantes las alusiones al desequilibrio en el intercambio sentimental, cómo si la autora esbozara una épica del padecer con tenues intervalos de paz emocional; quedan noches de verano, quedan recuerdos imborrables y piernas entrelazadas como refrendo de unión que enganchan mar hasta que las olas retoman uno de los temas fundamentales de Como el agua a tu cuerpo: el miedo a dejarse llevar, la pasión reprimida, el reverencial temor, tan típico de nuestra época, a volar sin trabas para encontrar otro yo que complemente nuestra singladura vital, de la dualidad al uno indestructible. El egoísmo alienado de la posmodernidad lo expresó mejor que nadie Michelangelo Antonioni en su célebre trilogía de los sentimientos- L’avventura, La notte, L’eclisse- donde los personajes querían amar y no podían por culpa de los tiempos, más veloces que el hombre, estable en su secular coraza de costumbres y por lo tanto, sin saberlo, extrañado ante tanta transformación a su alrededor. Algo similar, no hemos cambiado en exceso en los últimos cuarenta años, se sobreentiende en los versos de la gaditana, quien, ungida de humanidad, lamenta, protesta y chilla ante límites superables que impiden la felicidad completa, por eso el devaneo, por eso la incertidumbre como tautología y el horizonte encapotado por mucho que brille el sol.

Pese a la división de las composiciones, sus títulos esconden una unidad musical más que evidente. Carmen nos explica sin tapujos y belleza lírica, siempre me acompañará el camino de arena que jamás guardó baldosas de revolución, la evolución de un romance, con punto y final cuando las notas tropiezan con el adiós y el ansía eliminadora del recuerdo para poder seguir hacia delante y emprender nuevas rutas dentro del mismo círculo que nos acompaña hasta la muerte. En este sentido cabe destacar la estructura del poemario, dividido en dos partes que ya con sus encabezamientos indican el devenir del romance, deseo encarnizado en la primera sección, mensajes que el mar devuelve, finiquito de dos, en la segunda, triste y sublime epíteto de una obra coherente e inusual por expresarse con voz atemporal que pasa de modas y muestra auténtica personalidad sin adornos innecesarios, pureza a flor de piel para un libro de primera magnitud.

Será mejor que te pongas a salvo

de la rutina de las bocas

en un vals de ciudades

que te invito a recoger

y te enseño, si quieres,

y te regalo lo que soy

o recojo estas lágrimas

que serpean por la ventana de mi vagón

y cierro la puerta con cuidado

para no despertarte.

Carmen Moreno Pérez, Como el agua a tu cuerpo, Madrid, Vitrubio, 2009

http://www.revistadeletras.net/como-el-agua-a-tu-cuerpo/

sábado, 23 de mayo de 2009

La Baixa edat hortera:una genealogia del poder en Bcn Week


A l’Espanya post Julián Muñoz s’ha d’explicar la història des de una nova perspectiva que permeti entendre part de la degradació ètica, moral, estètica i qualitativa en la que hem sucumbit des de les més miserables premisses de la nostra tradició. La Baixa edat hortera té els seus més llunyans antecedents en el Lazarillo de Tormes i la picaresca, típica virtut nacional que continuem practicant amb els papers invertits. Ara els rics enganyen als pobres amb argúcies que els ennobleixen. El mite franquista de no tenia ni un duro i mira on estic ara s’ha mantingut com un bon costum ibèric que a Catalunya ha derivat en la creació de virregnats futbolístics dirigits per homes que cercaven redempció des d’una òptica cínica; presidint equips de futbol cregueren expiar pecats identificant el seu nom amb colors i sentiments quan en realitat només demostraven lo mesquí d’uns anys plens de merda acceptada pel consumidor, qui sembla tenir una boca més gran que la bústia de la Casa de l’Ardiaca, per no dir coses amb nocions i succions més picants.
El monstre bicèfal
El recepcionista de l’hotel barceloní per on transita Jack Nicholson a Professione reporter, darrera gran obra de Michelangelo Antonioni, era Joan Gaspart, particular Joe Biden d’Obama Nuñez a les eleccions de 1978, quan el totxo i el turisme s’aliaren per a regnar sobre les terres blaugrana. Nuñez i Gaspart decidiren seguir l’exemple dels serials americans. Un seria bo i moderat, l’altre bandarra i exhibicionista. Starsky y Hutch caminaren plegats i sembraren de misèria l’univers culé per molt que durant la primera dècada del seu mandat de terror es guanyaren Recopes–la importància de la competició era enorme, per això ja no existeix– , una lligacama i alguna copa de cava als vestuaris. Desfilaren entrenadors, l’estrella fou Schuster, que després decidí convertir-se en general de l’exèrcit rival, i fins i tot alguns argentins amb pentinat Jackson five començaren a consumir cocaïna per pur atac de nervis davant els soporífers vestits dels dignataris del Camp Nou. Aquella primera dècada de la Baixa edat hortera culminà amb l’adveniment del profeta, un holandès que marxà just quan Nuñez arribava i que tornà amb l’esperança de traspassar el superàvit econòmic als camps de batalla. El general Cruyff encetà la seva trajectòria amb dos anys normalets– Aloisio Pires, nacido en Pelotas– que donaren pas a una apoteosis coincident amb les Olimpíades, moment on el monstre bicèfal presumí de Copa d’Europa i perdé els papers com a conseqüència de mesurar malament els límits estètics del seu poder, objecte de burla per part del poble, fart de patir les excentricitats de dos cretins amb diners. El senyor Gaspart, Mister Burns pels nens de la contrada, es banyà al Tàmesis pensant que podia conquerir Anglaterra i el senyor Nuñez fou parodiat a la caixa tonta com a Nuñito de la Calzada, un personatge vestit amb camises lolailes que explicava acudits i es submergia en viatges lisèrgics mitjançant llums de discoteca. El punt i final, passa a qualsevol imperi, fou un malson de decrepitud moral. D’un holandès passàrem a un neerlandès, però no és el mateix?, amb cara de totxo que deia als periodistes que eren muy malos quan ell era pitjor. Nuñez abdicà, preparà el terreny a Gaspart, qui governà durant tres horribles anys on s’anà el més gran mercenari, un portuguès amb cara d’estrenyit, i n’arribaren d’altres a preu d’or, homes inútils que deixaren a l’entitat orfe abans que el Kennedy català, al loro!, posés ordre i portés batucada, cubates, migdiades al gimnàs i Guardioles catalanes contra la crisi. Visca el Barça i visca Caprabo!2-6.¡Qué no estamos tan mal, hombre!
Lararato en escabeche
Molt lluny d’aquí a l’altra banda del món, viuen contents els barrufets. El nostre poble és el país on tot es pot fer, si tu barrufes jo també. L’Espanyol vesteix de blanc-i-blau, però quan era petit no se’l podia considerar català. El seu camp, més famós per un Itàlia-Brasil que no pas per les actuacions de l’equip local, espatllava una zona massa acomodada per a tan escassa afició. Sarrià era l’indret on el Real Madrid es sentia a gust a Catalunya, la seva segona casa española, amb ñ, doncs l’aneguet lleig de Barcelona mantingué una imatge dretana fins ben avançada la dècada dels noranta.
El canvi d’imatge, la catalanització, l’articula passar dels llibres a l’escabetx. Quan l’any 1982 l’antic president Meler deixà el seu lloc al totpoderós José Manuel Lara, el club semblà entrar en una nova fase que l’erigia en pioner d’un estil que s’imposa al segle XXI amb homes com Roman Abramovich. El mil.lionari capritxós que dóna part de la seva fortuna per a fer crèixer un conjunt esportiu. Amb l’Espanyol es posposà la revolució, i fins i tot hi hagué un descens a segona divisió. Eren els anys de Clemente, dies d’esperança davant fites històriques com perdre una final de la UEFA que s’havia guanyat al partit d’anada, dies de desconsol i mediocritat per no poder aspirar a res més que mantenir la categoria mentre els de Força Barça fotien al president una veu nasal estrambòtica que ridiculitzava un poder banal i econòmic. Absorbir editorials des de Planeta i destrossar part del nivell literari nacional és més fàcil que dirigir un club on onze homes en pantaló curt són la clau que proporciona victòries.
L’any 1997 el club canvia de camp i president. El vell Sarrià passà a ser una zona amb cases noves i l’equip es traslladà a Montjuich, símbol del seu aïllament local, com si anar a veure l’Espanyol fos un plaer per a marginats de cap de setmana. Agafà el tro Daniel Sánchez llibre, prohom de les conserves que catalanitzà el club i acceptà ser comparsa del Barça, altrament no podríem entendre com– excepte l’ídol de Santako, Raúl Tamudo, la majoria de les grans glòries blanc-i-blaves d’aquest tombant de segle són ex jugadors blaugrana com Jordi Cruyff, Roger o Iván de la Peña. Homes que per circumstàncies familiars i per viure bé a Barcelona optaren per disminuir el seu rang de prestigi i patir a la muntanya màgica, i no precisament de Thomas Mann. L’escabetx no ens farà lliures, però pel record quedaran dues copes del rei, una nova final de la UEFA i la dignitat de ser el parent pobre que en moments puntuals fot la vida del que cau bé a tothom.
Altres regnes
Els gallifants catalans de la Baixa edat hortera lluitaren contra capitosts de regnes de taïfes escampats arreu del Vell món. Considerem necessari recordar-ne tres.
Ramón Mendoza: Mort Bernábeu, la nostàlgia franquista envaí la terra blanca, inventora del refrany a falta de àligues, buenas són quintas del buitre. El rei Mendoza no era partidari de Domingo Sugrañes, però en canvi adorava, com el Charlot de El gran dictador, capgirar l’univers. Quan guanyava al monstre bicèfal perdia la xiveta i resituava Catalunya a Polònia. Tingué enfrontaments amb un nan radiofònic i deixà el seu càrrec a persones deshonestes que liquidaren dèficits amb setenes, Zidanes, Pavones i pelotazos immobiliaris i futbolístics. Madrid fou dominada per Florència.
Silvio Berlusconi: Aficionat al càmping després dels terratrèmols, amant de models i cantautor esporàdic, el telepapa guanyà molts torneigs europeus amb tres holandesos, un d’ells després entrenà al Barça i fumà marihuana abans de les rodes de premsa, per avalar la seva candidatura a presidir Macarrònia. És l’exemple màxim de com emprar un regne de pantaló curt per accedir a les més altes instàncies. Entre les seves virtuts figura operar-se per ser més monstruós, ser esbroncat per la Reina albiònica, guanyar eleccions sense que cap dels seus compatriotes el voti i delinquir a tort i a dret amb l’entusiasme de qui es sap immune. Una perla.
Jesús Gil y Gil: Home més campechano que el Rei, fou sultà de l’Imperi colchonero i també del marbellí, on fins i tot s’atreví a guanyar eleccions i netejar la ciutat de facinerosos, una de les seves paraules preferides, mitjançant la Jet Set i estàtues de Dalí a la vora de la mar sense donzelles, sense donzelles. Es guanyà el cor de la gent, amb tota la seva sobirania de la Baixa edat hortera, parlant amb el seu cavall Imperioso i prenent còctels a la seva piscina rodejat de senyoretes amb la carn molt ben posada. Era un feixista entranyable que fins i tot donava cops de puny.
Bibliografia selecta
Mónica Terribles, La insoportable soledad de Starsky, Edicions del malparit, Perpinyà, 1955
Francisco Milán Astray, La baja edad hortera en las películas de Pedro Almodóvar, Fascistas sin fronteras, Burgo de Osma, 2008 ( descatalogado)
Giuseppe Vaffanculo, Breve storia illustrata di Silvio Berlusconi e le sue conquiste sentimentali, Edizioni della fregna, Orvieto, 2009
Paulo Coelho, El profeta holandés, Engañabobos global, Prats de Molló, 2000
Barack Obama, Mis discursos sobre la baja edad hortera, Yes trenquem, Igualada, 1927
Joan Bombay Culla, Espanyol, Espanyol a segona divisió, em moro de l’emoció, Edicions de la mare que em va parir, Vladivostok, 1923
Vicens Bangkok, De la Oreja de Van Gogh a la niña de Rajoy, Edicions sifilítiques, Manresa, 2015


Foto: Jordi Corominas i Julián

miércoles, 20 de mayo de 2009

Looking for Carmen de Mairena (Part II) en Bcn week


Looking for Carmen de Mairena ( Part II)


Arribà el gran dia i els nostres dos herois quedaren a la famosa seu del carrer Pelai, lloc ideal per a començar un nou descens a l’infern de la Rambla. Una del migdia, dia plujós. No manquen pas sandàlies amb mitjons. Moda guiri. Les estàtues no es mouen. Un policia badalla mentre un home mira escots. El panorama folklòric conclou quan sonen les campanes– la malenconia, que diria Gloria Estefan– i una terrassa a dues passes del Liceu acull a la rossa i al morè, així amb accent a la e, eh? Que dolent. Vinga, continuem. On érem? Això, davant del gran temple musical de la burgesia catalana, on esperem a la incomparable Carmen de Mairena per una qüestió de justícia poètica. Si la Pantoja i la Jurado hi cantaren perquè no ho pot fer la gran transexual de les Espanyes? Mirem el rellotge. ¿Quieren algo los señores? Sí, una caña y un café. No hombre, es broma. Un té y un café con leche. Gracias. Transcorre el ball del rellotge de sorra i la nostra estimada no ve. El català i l’alemanya s’havien plantejat la possibilitat d’una absència carmelita quan es requeria presència. En Jordi canta Carmen, Carmen, voy a tener que emborracharme, Carmen, Carmen, Carmen, porque sino nunca voy a hablarte. Altres homes imprecaren als Déus i obtingueren resultat. La Lena riu, però tampoc funciona. Una i mitja. Una amiga belga els saludà, peta la xerrada amb ells i els desitja sort. ¿Un piti y nos vamos?
Let’s go. Un moment! Quan els nostres ben amats alcen el cul, s’aturen i somriuen. Una figura, oh dear what can I do? Baby’s in black and I’m feeling blue, destaca sobre el gran nombre de vianants. És ella la més bella, vella i roja com una poncella. Saluda amb la mà com una diva que no sap ni fava d’occità. S’apropa i la seva veu de camioner amb ressaca trenca la lírica somniada. ¿Dónde estábais? ¡Os he estado esperando en ese bar al lado de la calle Fernando! Pero Carmen, quedamos en el Liceo. ¿Ah, sí? Bueno, sentémonos que tengo otra cita en veinte minutos. La vedette s’imposa i mira de front amagada sota les seves ulleres de macarra amb diners. Well, I'm your Venus, I'm your fire at your desire...
Miguel de Mairena nasqué al barri de Sàrria quinze dies abans del cautivo y desarmado que tancà amb estrèpit la Guerra Civil Espanyola, si bé altres fonts situen la seva primera jornada d’existència planetària al llarg de 1933. Les llums del quinze de març, jornada de la mort de Juli Cèsar, donaren vida a un nadó marcat des de ben petit per una indubtable vocació artística. Mamá, quiero ser artista, oh! mamá, ser protagonista, con pieles o harapos, que tal de ser trapos....Miguel era un bon noi i els seus pares l’estimaven. Als dotze anys, 1951, treballava com a noi dels encàrrecs a una farmàcia de la Bonanova i entretenia als clients amb cants i balls que un lustre més tard, després de fer d’extra cinematogràfica, la dugueren a la sala Ambos Mundos on debutà i triomfà durant quatre temporades. En aquella època el lloc d’ambient per excel·lència era la Bodega Apolo, que també veié com el jove Miguel imposava la seva solidesa vocal, escoltada a molts paratges de la nocturnitat canalla i comtal com el Ciros, el Patio Andaluz, el Whisky and Twist, la Macarena de Flamenco o el Gambrinus, on els travestis començaren a fer-se notar amb una força mai vista durant la negra dictadura.
Els seus models eren Lola Flores, Concha Piquer i Sara Montiel. Neta y castiza, que si entorna los ojos, te cauteriza, te cauteriza. Potser el lector pensa que el to del meu text és burleta. T’equivoques. Encara no hem tractat el gran problema. Miguel volia ser Carmen. L’any 1968 un home la rebutjà per portar vestits de dona. Desmond stays at home and does his pretty face,and in the evening she still sings it with the band. L’amor que no tenia nom la rebutjava per mostrar sense por la seva diferencia, valentia que, naturalment, derivava en greus problemes amb les forces de l’ordre, repressores de vagos, maleantes, rojos e invertidos, teòrics monstres perversos d’una societat que volia canviar i no podia per culpa de formol, església i espasa.
El desig i la metamorfosi. Miguel es posà pits i esdevingué Carmen. Com per una inèrcia de barri xinès, on ha viscut gran part dels seus dies, exercí la prostitució, conreà fortuna a Pineda de Mar i retornà a Babilònia sense esperar el gran salt de fama i condemna. A principis dels anys noranta acompanyà a un amic a un càsting de Força Barça i hi sortí contractada. Conegué al seu mentor Javier Cárdenas, pel que declara sentir gran afecte i apreci, i encetà una carrera televisiva de la que sent veritable orgull. Yo soy muy famosa, la crisis no me afecta. Bueno, tengo un bolo cuando antes tenía tres, pero si te fijas otras no tienen ninguno. La crisis es más por la edad, que tengo un novio más joven y no sé si durará. La gente me saluda mucho. I tant que ho fa! Molts ciutadans anònims la reconeixen i li demanen una foto. ¿No ves que me están entrevistando? Venga, dispara. ¿He salido bien?
Manquen pocs minuts. S’esgota el temps. ¿Sabes qué hice cine porno? Sí, ho sabem. Un dels seus títols més cèlebres és Soy puta y mi coño lo disfruta. Lo hice para empezar, esto funciona así; hace poco trabajé en una con Dinio, el cubano. L’home de la noche me confunde y por la tarde haciendo el amooool. Carmen de Mairena pot semblar, i s’ho creu, una estrella rutilant, una màscara necessària que conté al seu interior el llegat d’una generació que en breu desapareixerà. Mentre s’aixeca, obre la bossa i ens dóna dues fotos promocionals. És una professional. S’acomiada, mou els malucs i se’n va, decidida. She’s electric, She’s in a family full of eccentrics, She done things I never expected. Tampoc ens passem.

lunes, 18 de mayo de 2009

Matar en Barcelona en Bcn Week


Antonio Heredia Amaya
La historia de Antonio Heredia Amaya es la de uno de los delincuentes más ignorados de la reciente historia criminal barcelonesa. Absuelto por un jurado popular de la acusación de asesinar brutalmente a una mujer de 43 años, su nombre volvió a reaparecer en las crónicas en febrero de 2006 al secuestrar, violar y torturar junto a un amigo a un par de prostitutas que desafiaban la nueva ordenanza de civismo al desarrollar el oficio más antiguo del mundo en la vía pública. Sus pocas entradas en la red de redes indican que pese a la brutalidad de sus actos, Heredia no cometió ningún crimen mediático, de aquellos que marcan época. El Putxet, el Maremagnum o el crimen de la indigente, por mencionar algunos de los casos aparecidos en esta columna, tuvieron mucha más difusión, pero quizá ninguno de sus actores aúna tanta versatilidad literaria como la de nuestro protagonista, triste calidoscopio andante de negra memoria, real y literaria.
Dotado de escasa inteligencia, afectado de trastornos psíquicos, Heredia nace para la crónica negra para la crónica negra la noche del 3 al 4 de mayo de 2000. La escena ocurre en un barrio agradable y desconocido: Roquetas. Muchos son los barceloneses que nunca han pisado su asfalto, como si esta periferia deprimida de empinadas pendientes fuese una frontera maldita al estilo de la Roma borgatara de Pasolini, un tercer mundo dentro de la opulencia occidental. Bloques de pisos con penuria y pizcas de esperanza.
Nicolasa Valencia vivía en la zona desde su nacimiento. Tenía un hijo de 22 años, mantenía una relación inconstante con un hombre y cobraba una pensión de invalidez permanente. Muchos vecinos la consideraban una persona amable y cariñosa, mientras otros no la veían con tan buenos ojos por sus devaneos con la droga y el alcohol. Se separaba poco de Iris, un bóxer femenino que la acompañó en sus últimas horas, primero en un bar y luego , junto a cuatro hombres, en el parque del Ateneo, donde tocaron la guitarra y cantaron. Uno de sus amigos era Antonio Heredia Amaya, y es muy fácil imaginarlo como el capotiano Perry Smith, personajes similares por juventud, pocas luces y amor por la música.
Pasaban las horas. Nico decidió irse a casa de su novio Paco. Alguien la siguió, alcanzándola a la altura de la Calle Llopis con el Pas de les cireres, un estrecho callejón. El asesino la golpeó contra un borde saliente del muro, la dejó inconsciente y siguió golpeándola con un ladrillo, sin importarle que estuviera ya muerta. Quería desfigurarla. El agresor movió el cadáver dejando una estela de sangre y masa encefálica. A la mañana siguiente Iris ladraba al lado del cuerpo.
Antonio Martinez Heredia fue detenido una semana después y pasó más de año y medio en la cárcel. Fue juzgado en 2002 y declarado inocente por cinco votos a cuatro. Su cazadora salpicada con escasas manchas de sangre sólo mostraban que había estado en la escena del crimen.
En 2005, con un cuarto de vida a sus espaldas, tenía antecedentes por hurto, daños, incendio y lesiones. Una joya que conoció de fiesta a otro perla: Pedro Alarcón García, su Dick Hickock. A las cinco de la madrugada del 12 de noviembre de 2005 conducían una furgoneta azul por la Ronda de Sant Pau. Vieron a una prostituta que volvía de trabajar. La mujer se mostró confiada, dándoles indicaciones para llegar a un sitio. De repente, el infierno. Uno de los dos jóvenes le puso una navaja en la espalda mientras la cogía del brazo. Como se resistía le pegaron un puñetazo que le rompió la nariz. La instalaron en la parte trasera de la furgoneta, con moqueta y unos aparatosos altavoces donde sonaba la música de Los chichos. Robo, paliza y violaciones. Muchas. La mujer perdió la noción del tiempo. La encontraron abandonada en la Plaza Lesseps.
El 24 de diciembre volvieron a repetir batida. Fueron al Camp Nou, núcleo duro de la prostitución barcelonesa, donde, por dinámica del oficio, no es anormal ver que un hombre saque la cabeza desde la ventanilla de una furgoneta para pedir y pagar un servicio. Alarcón hizo de cebo y Heredia Amaya quiso volver a repetir su pútrida melodía. La víctima resistió y en el forcejeo, pese a los golpes recibidos, logró dar una patada que rompió la llave de contacto, parándose el vehículo entre Diagonal y Gregorio Marañón, donde un coche de policía estacionaba para realizar controles de alcoholemia. Los agentes vieron a una mujer que clamaba socorro y a dos hombres enloquecidos cargados de agresividad. Heredia Amaya ingresó directamente en prisión, mientras Alarcón salió al instante del calabozo gracias a un documento del ministerio de trabajo y asuntos sociales que demostraba su permanente incapacidad psíquica.
El 5 de febrero de 2006 la primera agredida estaba en los juzgados de Barcelona por unos trámites cuando vio a Pedro Alarcón. Lo reconoció como el causante de su incubo, gritó para que los Mossos lo detuvieran y así sucedió, sin que ningún papel lo salvara de las rejas.
El segundo caso de Antonio Heredia Amaya, de quien nos gustaría saber más de su infancia y adolescencia, tiene características que le acomunan a personajes ficticios y reales. Su secuestro de meretrices recuerda en demasía a la detallista novela de Breat Easton Ellis American Psyco, popularizada en el celuloide con Christian Bale en el papel de Patrick Bateman, asesino yuppie del Nueva York de los ochenta que usaba, con mas sádica sutileza, un método parecido al del delincuente barcelonés. Por su parte, el delito de Pietro de Negri, il canaro della magliana, en la Roma de 1988 también comparte el componente musical. Un hombre por burlas y traiciones de un boxeador acabo degollándolo en una jaula de perros. Su equipo de alta fidelidad sonaba hasta los topes para que nadie se enterase de su lenta e implacable venganza a base de cortes y cocaína. Canciones para el mal con acordes repetidos.

JORDI COROMINAS I JULIÁN


Comic: Juan Molina (unabitacoradecuadritos.blogspot.com) Guión: Jordi Relaño/Jordi Corominas i Julián

versión completa del comic en Bcnweek.com

domingo, 17 de mayo de 2009

Calidoscopio mayo: panfletocalidoscopio.com




Como en un Calidoscopio te ofrecemos pequeñas cuentas que satisfagan o piquen tu curiosidad. Sin el apremio de agendas culturales, pero con la vista puesta en horizontes llenos de modernidad, y con la tranquilidad de quien revisa lo pasado. Visiones caleidoscópicas de nuestra cultura, eso es lo que pretendemos mostrar.




sumario



Entre cuerpo y ciudad
Por Valentina Natale


El pez místico,
de Nuria Ruiz de Viñaspre
Adelanto editorial





Hubiese llegado a matar
Por Jordi Corominas i Julián



Podría expresar tantas
cosas con ellos...
Por Adrià Garriga Far





Calle Chile 371
Por Carmen Moreno



Metamorfosis de la creación
en Rafael Pérez Estrada
Por Miguel Ángel
Muñoz Sanjuán
Rafael Pérez Estrada
cine italiano




¡Viva el cine italiano!
Por Daniela Aronica


Pasolini y Lorca,
¿vidas paralelas?
Por Jordi Corominas i Julián






Plan Casares
Por Ana Ciurans



Un viaje a ninguna parte
Por Anna Maria Iglesia

Paco Sevilla




Espacio inventado
Poemas e imágenes
de Paco Sevilla

viernes, 15 de mayo de 2009

La literatura catalana i el segle XXI: Un exemple envers la millora en la revista Bagant.


Em podran dir qualsevol bretolada, però crec que s’ha arribat a un moment històric on no es pot esperar res de la literatura catalana sense un canvi radical en algunes de les seves bases. La recent i polèmica experiència de Frankfurt hauria de servir com a mínim per a obrir els ulls d’aquells que continuen entossudits en una espècie d’essència immortal que mai ha existit.
Tinc la sort d’haver crescut a Catalunya en un ambient propici que m’ha permès aprendre diversos idiomes i conèixer vàries cultures. Per això m’empipa quan veig anomalies anacròniques dins paràmetres que marquen les lletres nacionals. Que jo sàpiga no es pot anar enlloc amb premis, no és un mal únic de nosaltres, atorgats mesos abans del veredicte, demència conservadora que destrossa prometedores carreres multiguardonades i fa caure en la indulgència a consagrats que van a la ploma fàcil quan prenen consciència de primers llocs sense baixar de l’autobús, pecat creador d’altres, com el fet de viure en una lluita imbècil per dissimular que encara prima a la narrativa una llengua literària que oblida la del carrer, parla blasfema que no cal copsar. A qui enganyem? Som homes que respirem l’aire lliure i ens expressem des de la lògica evolució de la llengua, que no roman tancada en un cofre amb vuit claus. Mentre la nostra literatura no entengui això no podrà acceptar un text català on també aparegui el castellà, viu a la nostra societat i per tant digne i necessari en qualsevol relat que pretengui ser fidel a la veu de la quotidianitat. Acceptar la realitat obre la porta a eixamplar fronteres i anar envers Europa, pàtria comú de tot un continent.
L’exemple seria Joan Salvat Papasseit. Noi obrer, donà al català la més gran poesia de la seva història mitjançant l’ us poètic de la paraula literària i popular, innovadores tècniques i la força trencadora de principi de segle, moment on tot era possible i avançar no feia por, premisses vàlides a la nostra època on, com diria J.V. Foix, ens ha d’exaltar el nou i enamorar el vell per a crear línies sense barreres de cap tipus.


Foto: Jordi Corominas i Julián

jueves, 14 de mayo de 2009

Lo contrario de la muerte de Roberto Saviano en literaturas.com




Lo contrario de la muerte
(Traducción de Francisco J. Ramos Mena)


Roberto Saviano


Debate, 2009


Jordi Corominas I Julián




Nunca olvidaré cuando el autor de estos dos relatos me dijo en mayo de 2007 que una de las más firmes posibilidades para alargar su existencia consiste en seguir escribiendo sobre los deleznables seres humanos que han podrido la tierra donde nació. Un lugar donde creces con la culpa marcada en la frente, donde no importa ser inocente porque la justicia tiene ojos de bala y ceguera asesina. Roberto Saviano vive condenado a seguir viviendo en una cumbre incómoda, como si de un Sísifo sin caída se tratase. Su fama ha sido su noche. El escritor transalpino ya no puede dar marcha atrás, obra y vida se han mezclado hasta un punto donde su nombre, por mucho que publique novedades, parece haber cambiado por el de Gomorra, símbolo de búsqueda de la verdad en regiones desdichadas, magma consolidado por la sinceridad fílmica de otro gran hombre de la pequeña Italia actual: Matteo Garrone.

Lo contrario de la muerte reúne dos relatos de rabia, llanto y desesperación. El primero, que da nombre al librito, se traslada a la guerra de Afganistán sin abandonar el sur de Italia, principal centro de reclutamiento del ejército italiano, organización que convence por necesidad de dinero fresco y falso engaño de mejora personal al participar en misiones de paz. El sueño acaba cuando una llamada informa de un herido y el avión transporta la muerte en forma de joven en vísperas de su boda. María, que puede ser todas las mujeres campanas, quiere tocar el cuerpo de su prometido, Enzo, fallecido a los veintiún años por amor y la seguridad de poder pagar con su sueldo una casa y la futura felicidad de su mujer, para quien fotografiaba montañas de Kabul a la espera del retorno.

Tanto dolor provoca unidad. Es una lástima que Saviano se vea obligado a escribir siempre sobre el mismo tema. Lo hace por los motivos ya mencionados y como expiación del mal terrorífico que expulsa con palabras. El chico que investigaba en Secondigliano tiene un don innato para la descripción realista, a la que da toques líricos excepcionales. Con su prosa el detalle adquiere importancia y los objetos cobran categoría de emblema, como sucede cuando aúna el conflicto asiático con lo aberrante de la Camorra mediante la placa que los soldados llevan en su pecho. Hierro identificador, único alivio después del último suspiro de vidas sesgadas antes de las justas campanadas.

Los soldados que van al frente afgano no son mercenarios. Si lo son los hombres del clan de los Bidognetti, sicarios de primera categoría empeñados en acabar con quien sea para justificar su estipendio. Saviano es italiano hasta la médula. Su narrativa bebe de la gran cultura que su país generó en el siglo XX. El apego a la realidad seca da a sus textos un tono neorrealista evolucionado por sus vivencias personales y todo el bagaje propio de un hombre de su generación. A ello ayuda también la misma actitud de los mafiosos, que el escritor napolitano define con el término hollywoodiense. Fabrizio de Andrè y Quentin Tarantino se conjugan en El anillo, donde la sed de sangre no se aplaca ni con fugas ante temibles cretinos con el cuerpo hasta los topes de cocaína. Los cretinos son peligrosos. Pueden tener un cerebro raquítico, pero están programados para una sola acción: matar. El amor es lo contrario de la muerte. Soñar existe en el sur de Italia bajo la conciencia de su imposibilidad. ¿Cuál es el valor de una voz fuerte si su patria cae en la barbarie? Las patrullas urbanas de Silvio Berlusconi ocultan la gran angustia, el cáncer que corroe: El Estado italiano no mueve un dedo para salvar a sus ciudadanos de conflictos internos mucho más graves que los causados por la inmigración. Oculta y vencerás.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Oda a San Andrés en Revista de Letras



Oda a San Andrés
Por Jordi Corominas i Julián | Portada | 12.05.09


Elsa Bar, noche de fútbol. Andrés, tendrías que ir a la playa. ¿No has visto que palidez? ¡Ni Javito de Gran Hermano! Sí, pero por muy pálido que esté no deja de ser la elegancia en el campo de fútbol, estética silenciosa de toque, guante con clase y pase concreto. ¡Pero no va a la playa! Vete a la playa, Iniesta vete a la playa….así cantaban hace 365 días los feligreses ante el televisor. Estaban frustrados y resentidos. El equipo de sus amores perdía por desmotivación y fin de ciclo. La época dorada del holandés que nunca fumará solo se pudría entre disgustos, gimnasios y clanes brasileños. ¿Qué culpa tenía el pobre Andrés? ¿Pobre? Pequeño gran hombre de Fuentealbilla, no sé si leerás mis palabras, pero desde aquí quiero homenajearte por ser como eres, sencillo, directo y respetable, como tu fútbol, lírica balompédica con quilates dorados de un nuevo color.

El dos de mayo de 2009 Chamartín, recordémoslo una vez más, presenció la mayor exhibición de la historia reciente del deporte rey. Once caballeros vestidos de azulgrana silenciaron al eterno rival con un juego de otra galaxia. En el minuto 84 Andrés Iniesta salió entre aplausos. Se iniciaba su semana de gloria, penúltima cota de una escalada inabarcable que tuvo otro cenit el miércoles en Londres. Minuto 93. Error del Chelsea. Esos locos bajitos. Messi toca el cuero y lo pasa al manchego, quien dispara y ejecuta por toda la escuadra. Mi garganta enloqueció. Estaba sentado en el sillón de mi casa y tu gol me devolvió a la infancia. Chillé como un niño, salí al balcón, salté de alegría y abracé muñecos, fantasmas y alcachofas. Andrés, tenías razón: fue un momento de la hostia, y me encanta que lo dijeras así como eres, de la hostia y nada más que eso, naturalidad auténtica en un universo cargado de divos. Pasan las horas, leo periódicos. En Madrid se ahorran tu heroicidad y cargan contra los árbitros. Con la prensa deportiva hago como con los libros de moda: prefiero que pase la ola para poder leer con objetividad, sin cargas coartadoras.

Viernes 8 de mayo de 2009. Abro un rotativo. En Facebook se han creado grupos que piden el Balón de oro para el chico que a los doce años aterrizó en la Ciudad Condal, todo un reto para un chaval lejos del hogar, a mil leguas de todo lo conocido. Llegar y besar el magma barcelonés, el monstruo urbano y la velocidad. Te adaptaste y en 2002 ya debutaste con el primer equipo. Han pasado siete largos años. El periodista te pregunta si te preocupa ganar títulos individuales. Tu respuesta merece un monumento y te dignifica como persona: “Siento el cariño de la gente, y eso me basta”. Chapeau San Andrés, de verdad. Me hiciste derramar lágrimas en el bar, gotas acuosas de descubrimiento acrecentadas por tu amor a los colores que defiendes. No eres Figo ni Ronaldo: eres Andrés Iniesta, futbolista y ser humano, enorme criatura cercana que se contenta con hacer feliz a los demás, virtud excepcional de quien sabe que gana más regalando sonrisas con sus acciones que no con pesadas pelotas doradas, útiles para decorar vitrinas.

Desde mi punto de vista tu figura emerge en el momento justo. Conviviste y triunfaste en el primer Barça del milenio, ese equipo destinado a marcar época. Su estrella era Ronaldinho, producto genial muy adecuado para BCN, un señor increíble y comercial que regateaba como Dios, marcaba goles estratosféricos, hacía gestos de marketing y se divertía como el que más entre tambores, mujeres y dinero fácil, pues, él mismo lo reconoció, sólo pagaba la gasolina, dame más gasolina. Exhibicionismo válido hasta que la marca ganó la partida a lo humano. El astro carioca, amado por los críos, decayó cuando su magia se asimiló al Carnaval de Carlinhos Brown, emblema municipal para vender imagen. Mira que sucedió cuando se enterró a la sardina. Dos años de sequía pese a tener el mejor bloque del planeta, dos temporadas a pan y agua por excesos de confianza y divismo de un par de tipos listos que apenas juegan en sus rutilantes equipos.

Tú eres Barcelona, la ciudad que pertenece al pueblo, urbe desprovista de publicidad que suple con abundancia de esforzado talento cargado de paciencia y buenas intenciones que a veces se dan de bruces por culpa del aplastante peso de los pocos que mandan. Entraste en el lugar adecuado, algunos comentaron lo bueno que eras, pero en 2006 la figura del altar era otra. Los jóvenes de la cantera recibían elogios; la palma se la llevaba el señor de los piños, el esteta de la carambola y la pirueta. Adoro la espontaneidad artística, no lo negaré; sin embargo los que permanecen son metrónomos que desde su perfecto cálculo inicial siguen la onda del progreso hasta darle tintes inconcebibles, únicos desde la constancia que crea al genio por evolución: a eso se le llama carrera, lo otro son destellos, luces finitas que no vuelven a resplandecer, agotadas por vanidad y egocentrismo de rotativo e inseguridad saciada con cuatro anuncios de natillas con Mamá.

En mayo de 2008 se acabó lo que se daba. Los ricitos emigraron y los bajitos tomaron el bastón de mando en Austria. Deslumbraste a Europa junto a tu hermano mayor Xavi y con la compañía de otros duendes más altos, ¿cómo olvidar la plástica que emana de Fernando Torres?; coronaste el sueño de una nación que ya no esperaba reverdecer los laureles de 1964, cuando la victoria en el Viejo Mundo se contempló como el éxito de una cruzada contra los soviéticos, pocilga franquista que a ellos les honraba y a nosotros nos envilece. Hace un año el triunfo fue el de un País que pretende ser reconocido por méritos propios. Algunos dirán que el boom del deporte español es pasar de la patata al bistec en la mesa. Puede ser, pero expresar arte en el deporte no es tarea sencilla, y en ese junio centroeuropeo vosotros plantasteis las primeras semillas simbólicas hacia un nuevo encuentro que revolucionaría 2009, ni más ni menos.

En 1998 Josep Guardiola jugaba en el primer equipo del Fútbol Club Barcelona dirigido por Louis Van Gaal, un neerlandés con mucha mala leche que hizo debutar a Xavi. Las palabras de tu actual entrenador a tu hermano no fueron proféticas: ¿Ves al chavalillo? Tú me sentarás y él hará lo mismo contigo. No ocurrió ni una ni otra cosa. La evolución del modelo azulgrana, concebido con Guardiola en el medio campo ejerciendo de comandante en jefe de la visión suprema del pase, avanzó líneas, y por eso ahora puedes jugar con tu alma gemela de Terrassa y distribuir aún mas alegría con vuestro juego de fantasía. Os dirige alguien que sabe mucho de todo, una persona que no sólo es buen entrenador, sino que os motiva y es vuestro amigo, un compañero que festeja como el que más cuando toca y os abronca cuando corresponde para haceros mejorar.

Querido Andrés, te has convertido en el mayor ejemplo para los niños, y aunque no soy padre puedo entenderlo. Dices que te gustan los Estopa y que no lees todo lo que te gustaría. Eres un hombre ocupado y haces bien tu trabajo sin perder ni un gramo de la humildad que te han dado los tuyos. El miércoles, cuando rubricaste, ¡y de que manera!, el pase a la final de Roma fuiste poesía en movimiento que al quitarse la camiseta la ofrecía a toda la afición como muestra de agradecimiento. Ese gesto es impagable, como tu persona, como tu mera existencia. Algunos dirán que exagero. ¿Pasearon por la ciudad el jueves por la tarde? Las elásticas con el nombre del manchego invadían las calles, fuiste y eres el héroe por tu grandeza desde la normalidad, épica válida que eclipsa estrellas de diseño y devuelve al pueblo el sentimiento al percibir que eres de carne y hueso, agua buena para tiempos donde todos estamos más que hartos de falsas máscaras de putrefacción, cínicas mensajeras del abismo actual. Andrés, hagas lo que hagas te querremos, siempre. Gracias.


http://www.revistadeletras.net/oda-a-san-andres/ Siempre increíbles, ved fotos de quien escribe y el video del artista Iniesta

martes, 12 de mayo de 2009

Buenas news loopoéticas




Tenemos varias noticias que comunicar en relación a Loopoesia

1) Os esperamos a todos el sábado 30 de mayo en La Cova de les Cultures de Barcelona, Carrer de l'Àngel n12, para nuestro segundo show, con muchas novedades y un final demoledor. Cerramos cartel, lo que nos enorgullece y era necesario, porque Loopoetizar a las diez y media es como ir al cole borracho a buscar a los niños.

2) Ya tenemos myspace: www.myspace.com/loopoesia Está en modo pruebas, pero en breve colgaremos nuestras composiciones.

3) En breve tendremos blog propio. Por el momento podéis contactarnos en el grupo Facebook o en loopoesia@gmail.com

4) Caminaba por el parque y los gansos silbaban caviar austríaco con perlas rocíadas de plastilina.


Saludos Loopoeticos!

www.myspace.com/loopoesia
www.revistadeletras.net/loopoesia

lunes, 11 de mayo de 2009

Diálogo con Gabriela Wiener en Literaturas.com


Diálogo con Gabriela Wiener

«Es un extraño poder el que te da observar, esperar y correr a contarlo»

Jordi Corominas i Julián




Jueves a mediodía. Entro en la sede de un famoso rotativo barcelonés. Me dan una tarjeta y, horrorizado ante el extraño control de seguridad miro a la calle para respirar. Veo a una mujer vestida de negro que combina con su oscurísima y brillante melena. Es Gabriela. Nos reconocemos, nos saludamos y emprendemos el camino hacia un bar donde acabaremos solos en una mesa después de la fuga de familias, empresarios y amas de casa aturdidas por las temáticas de nuestra charla. Gabriela Wiener (Lima, 1975) nos regala con Sexografías, su primer libro pero no el último al tener varios en preparación y terminados, una serie de crónica en primera persona unidas por sus visiones de todo tipo de sexo desde una perspectiva que rehúye lo convencional y lo anquilosado para tratar uno de los grandes temas de la humanidad con la normalidad que permite ir más allá.

ORÍGENES, VISIONES

¿Cómo nació tu interés en el sexo?

Junté todas estas crónicas casi sin pensar en una idea de libro. Las más antiguas, la ayahuasca o la de Badani, las escribí en Perú; las que empiezan a ser más explícitas, como la Swingers, las escribí en España. Cuando reúno las crónicas me doy cuenta que hay un hilo conductor muy claro que tiene mucha relación con mis obsesiones de siempre; soy una persona a la que siempre le ha gustado hablar de sexo, sin embargo me gusta pensar que mi libro no sólo tiene una lectura sexual.

¿Escribiste el libro como un viaje interior o surgió instantáneo?

Es evidente que me gusta hablar de mí, pero lo hago motivada por una cuestión ética, en general nadie te da nada gratis, ellos me han dado su intimidad o han querido follarme y yo siento la necesidad de darles algo a cambio, de despojarme casi al unísono. También es verdad que aprendo muchísimo contrastando mi mundo o lo que yo conocía como mi mundo, con lo que está ocurriendo fuera. En realidad es un encuentro de una intimidad con otra, es sexo, es comunicación.

El sexo es una metáfora de muchas cosas, también de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás...

Es una manera más de mirarnos, una ventana a tu habitación.

En relación al relato de Louis Lane, como hombre al que le gusta pasear y observar por la calle la belleza femenina opino que muchas mujeres tienen esta especie de armadura medieval, parecen fuertes pero en realidad quieren un beso...

Ese texto funciona como un arte poética. Es en realidad una declaración de intenciones y, aunque no lo parezca, uno de los textos más confesionales del libro. Lois como periodista intenta desenmascarar al héroe y yo lo intento más de una vez a lo largo del libro y con varios de los personajes, intento terminar con las fachadas, desvelar misterios sobre determinados mundos, es como espiar detrás de las puertas....

¿Cómo lograste desenmascararlos?

Invertí mucho tiempo en conocer a los protagonistas del libro para ir más allá; en este sentido me ayudó mucho ser una periodista con vocación de cronista. Es un extraño poder el que te da observar, esperar y correr a contarlo. La gente se entrega a mí, se doblega ante mis “encantos”, es como si estuvieran un juez o con un psicólogo.

Y sobretodo tener el don de convencerles para que hablen...

Es extraño pero suelo conectar con la gente y de algún modo empiezan a hablarme, quizá es porque soy tímida y muy silenciosa con mis entrevistados, si callas ellos abren la boca.

Si observas en la ciudad dos trabajadores como el taxista y el camarero cumplen con ese cometido.

La gente necesita hablar. Me cuentan sus historias. Cuando me vengo es escribiendo, ahí recupero mi voz, mi anhelado protagonismo. Es el momento de ser exhibicionista del libro, mi momento de quitarme la máscara.

¿Te consideras una antropóloga? ¿Una investigadora literaria o social?

No, no soy una antropóloga y tampoco me parezco a una. El antropólogo se va a ver cómo vive el indígena, yo me acuesto con él. O mejor: yo soy la indígena y tengo mi propio espejo.

OCULTACIONES/ COMPLEJOS/ ESTILO

Muchas personas temen determinados lugares y circunstancias sexuales, un ejemplo claro es el de los clubes swingers, que tu en el libro enfocas desde la óptica de lo normal.

Desde que publiqué el libro muchos swingers me han escrito para felicitarme, percibo que les parece creíble mi historia y es porque fue exactamente así. Lo escribí desde la óptica de una primeriza y es fácil sentirse identificado conmigo y mi pareja. Era la primera vez que iba a ese tipo de club pero venía, como cuento en el mismo relato, de experiencias previas de tríos o sexo grupal, llegar a un club de intercambio era una consecuencia lógica para mí, de ahí que en mi libro la crónica se cruce frecuentemente con la memoria y la autobiografía.

Hay como una parte de la ciudad que es oculta y tiene que ver como el sexo. Abrir más las puertas cerradas. Timbres rojos, extrañas estatuas con jarrones chinos...

En una época visité swingers para un libro. Las fachadas de la mayoría de esos clubes tienen una puerta negra y pequeña.
Y si se abriese y más gente entrara quizá se superarían muchos tabúes. La gente se asusta con determinadas terminologías sexuales como sadomaso, tríos, etc....

Es así. La visión sobre el sexo que más ha calado es la de Sexo en Nueva York. Y así, todo lo que esté fuera del radio de las treintañeras adictas al tuppersex ya es considerado de frikis, de ninfómanas, de feas, en suma si no es fashion no es sexo.

Una visión burguesa

Se pone énfasis en cosas que supuestamente nos unen, que nos igualan, cuando en realidad el sexo es lo que nos diferencia y nos particulariza; los personajes del libro tienen determinadas fantasías, son criaturas en pos de su sexualidad, inmersas en una búsqueda consciente o no, por conocer y ampliar sus límites. Quizá a alguien estas sexualidades puedan parecerle extremas y a otros más bien ligths, pero lo cierto es que están llenas de vitalidad y contemporaneidad. El paisaje, la fauna y la flora sexual han cambiado en estos años y yo he salido un poco a contarlo a mi manera, desde mi experiencia directa. Por ejemplo, desde hace un tiempo las mujeres están intentando darle la vuelta a los estigmas que pesaban sobre ellas, como lo de ser o no ser prostituta por vivir de una manera nuestra sexualidad. Hoy las mujeres se apropian de esas categorías y hacen manifiestos del tipo: “soy una zorra y qué”.

Broma que sólo compartiría un 10% de la sociedad, las otras Sexo en Nueva York.

No es broma, es más bien un poco serio, un poco reivindicativo. Yo personalmente estoy hasta la coronilla de esa visión de la sexualidad de manual, como si el sexo se limitara a cuatro procedimientos básicos. Hay mucho consejo barato y mucho pontificador. Los medios ahora lo quieren abarcar todo, nos hacen un hueco casi a todos, pero siguen con sus asquerosos prejuicios e invitan a sus programas a gente liberada sexualmente para encañonarlos y hacerles un linchamiento público en el que se reafirmen los mismos valores conservadores de siempre y lo peor es que ellos se prestan.

Qué posibilidades ves de reivindicarla?

Yo lo hago escribiendo y hay muchas chicas que hacen lo mismo u optan por hacerlo a través del arte, el cine, etc. Yo huyo de los panfletos y de los intentos de instrumentalizar cierta escritura. Me refirmo en que no hay nada más combativo que dar tu propia visión personal, individual e inalienable. Si hay reflexión pues estupendo pero que se genere sola en la cabeza del lector.

Eso, por ser directa, hace que haya momentos en que el libro coge una cercanía de programa de radio.

Soy muy normal, igual es por venir del periodismo, pero siempre odié el estilo solemne y pomposo; prefiero ser más descarnada y más llana.

En ese sentido aquí en España estamos superando estos complejos, pero en España durante cierto tiempo la literatura tuvo frenazos en lo relativo al léxico sexual.

Repudio el lenguaje de la literatura erótica convencional, lo de tu coño es como un durazno abierto, no me pone nada, prefiero la verdad desnuda. Yo no hago literatura erótica, no intento provocar la excitación, me gusta crear sorpresa, atracción, morbo, ternura y desconcierto.

HISTORIAS, EROTISMOS

Hay determinados textos de tu libro donde la sexualidad se expresa desprovista de cuerpo, expresada mediante símbolos.

El relato del tunning, que no está en la versión peruana, es una de esas crónicas que funciona como nota a pie de página, que comenta lo que ocurre. Pasa lo mismo con el texto de la cárcel, tampoco es propiamente sexy pero sí hay mucha tensión sexual; en el del tunning hay una reflexión sobre el tema del fetichismo y los estereotipos masculinos....

¿Los símbolos de poder masculinos?

Totalmente.

¿Desde que perspectiva lo enfocaste?

Es muy de género. Ví toda la convención de tunning con frialdad y deseando sexo, era real que lo deseaba, lo recuerdo muy bien (risas). Es una crónica muy de anticlímax porque nunca ocurre nada, me paso dos días con sus noches viendo solo hombres embobados por sus propios cacharros, por sus fantasías egoístas y sus mega egos masculinos. Esto para mi tiene que ver mucho con el sexo aunque mi editor en Perú no lo vio así.

¿Relatos del no sexo?

En general considero Sexografíasun libro sobre la intimidad. Es un viaje de otros cuerpos hacia mi propio cuerpo.

Otra aportación que considero interesante es la de los transexuales. En los primeros tiempos de los ingleses en Norteamérica muchos de los recién llegados tenían que pagar el pasaje durante años su pasaje al Nuevo Mundo, un poco como los transexuales sudamericanos con sus viaje de traslado a Europa. A partir del sexo, esta nueva esclavitud, se establecen correspondencias históricas y conductas de comportamiento comunes en todo el planeta.

He convivido con eso. Mi marido tiene un primo transexual que fue reina de belleza en un concurso de Miss Universo Gay en Lima, era preciosa y con el dinero construyó una casa para su familia, así se ganó su aceptación. Como ella, estos personajes tienen una vida excesiva y marginal; consiste en aspirar, en tener un sueño que al final pagan muy caro, terminan en la esclavitud, pagando cuotas, corriendo el riesgo de follar con posibles asesinos, sufren trabajando en la calle en noches frías, son encarceladas, perseguidas por no tener papeles, se enferman, se drogan para olvidar la enfermedad, las drogas las enferman más, mueren golpeadas, solas, pobres y enfermas de Sida. Eso fue lo que vi en el Bosque de Bolonia.

Lugares con particularidades, donde se mezcla lo sublime con lo grotesco como en el Camp Nou...

Las transexuales me atraen sexualmente muchísimo. No llego a estar tan maternal y la crónica hubiese tomado un cariz más sexual. Me atraen mucho las trans, son una mezcla de madre, macho, esposo, amante, amigo.....

Parece como si fuera una fantasía femenina.

Lo es. Las transexuales en las fiestas siempre están rodeadas de chicas. Seguramente atrae su masculinidad en cuerpo de chica o su feminidad con miembro.

Unos centauros posmodernos.

Realmente tiene un punto cool. Sexo lesbiano, sexo heterosexual, sexo homosexual. Es una criatura perfecta, lo tiene todo.

¿Ninguno de los personajes te han creado un desbarajuste emocional? ¿Quizá Nacho Vidal?

Esa crónica salió en una revista colombiana; la mujer con la que estaba era de ese país y Nacho me dijo que ella le dejó al leerme. Él me lo agradeció más de una vez. Fue un daño colateral. Muchas personas me dicen si mi idea era ridiculizar a la estrella del porno y eso no es así. Al final no le hice un daño, le hice un favor, se puso hasta contento. Nacho no es un hombre de una sexualidad convencional. Volvemos a la máscara. Quería mostrar al hombre de verdad.

¿Y el dealer pornográfico? ¿No es una especie en extinción con todo el boom del porno en internet?

Es una ficción inspirada en una persona real; todas las descripciones y el relato de su comercio con cintas porno es verídico. Ahora bien, la historia ocurre antes de la eclosión del porno en la red; en el momento actual un dealer así podría ser un asesor para encontrar páginas web con esos contenidos, hay tantos que es fácil perderse.

¿No crees que los que lean el libro buscarán historias cargadas de sexo y erotismo?

Cuando escribo en el suplemento de EL PAÍS EP3 siento que mis crónicas son antisexuales. Mucha gente se me ha quejado. A veces esperan polvos celestiales y encuentran humor negro. Ser predecible es letal para el sexo.

Cierro la grabadora y seguimos conversando un rato sobre nacionalidades, sexos y derivas. Los tópicos suelen ser iguales en todas partes. La conclusión enlaza con el mensaje de sexografías: poner los pies en el suelo, ignorar el mensaje institucional y penetrar en el interior del fenómeno para hallar la realidad con mayúsculas, folio abandonado que no debe darnos miedo rellenar.



Foto: Juan Lafita
http://www.literaturas.com/v010/index0905revista.asp

domingo, 10 de mayo de 2009

Los locos y el lavabo en Revista de Letras


Por Jordi Corominas i Julián | Portada | 8.05.09

Cuando era pequeño podía mear por la calle. Hay un extraño código de conducta que permite a los niños les esté consentido hacer sus necesidades en la vía pública. Si eres adulto la cosa cambia, y mucho. Por experiencia propia, aunque este texto no es ningún lamento, puedo asegurar que sale caro hacerlo si por casualidad te topas con guardias urbanos, adalides de la conciencia cívica de Barcelona, ansiosos recaudadores para sanear las arcas municipales y así tener dinero para Woody Allen o pintar bicicletas de amarillo para cuando el Tour de Francia circule por nuestras carretera y proporcione pingues beneficios.

Cuando era pequeño había una extraña cápsula especial en el cruce de Sant Antoni Maria Claret con la Calle Cuenca. Ponías cinco duros y una puerta abría un lavabo parecido al de los aviones, pero con el añadido fantasioso de tener mil y un detalles que lo convertían en una habitación cilíndrica que por poco dinero te permitía total privacidad y silencio. En el parque de la Sagrada Familia vi otro ejemplar que los años y el vandalismo arruinaron. Con los servicios públicos ocurrió como con las cabinas de teléfono. Depositar la monedita era desperdiciar el dinero, perdido de antemano por culpa de ineficaces ranuras destruidas con y a conciencia.

Cuando era pequeño los equipos ingleses no jugaban contra el Barça en el Camp nou, a ver si algunos aprenden el nombre correcto del coliseo blaugrana, porque fueron sancionados de 1986 a 1991 por la tragedia de Heysel. Cuando los readmitieron, me acuerdo con jolgorio, volteretas y clavicordios de un aficionado del Newcastle que escondía un bogavante en su chaqueta. Iba borracho como una cuba y no miraba el partido. Soltaba incongruencias, sacaba el crustáceo de su bolsillo interior y reía. También acude a mi memoria un grito, el de los hinchas del Manchester cuando su equipo empató a tres en el estadio. Esos eran momentos espectaculares, cargados de emoción. Ya en el siglo XXI asocio las escuadras de la otrora pérfida Albión con buen juego y hooligans mimados por el ayuntamiento de Barcelona. Cuando aterrizan tienen programadas actividades especiales, una especie de campo de concentración posmoderno destinado al ocio para evitar males mayores, y largas hileras de retretes que desaparecen cuando el árbitro pita tres veces, ¿tendrá esa norma sentido cristológico de negación?, y en El Prat despegan aviones de retorno isleño.

Cuando era pequeño mi escuela tenía muchos excusados. Eran útiles para repasar chuletas, iniciarse en el sexo y solventar urgencias de menor o mayor grado. El patio del colegio era mi ciudad, y me sentía seguro por conocer el camino y poder acudir al habitáculo de evacuación cuando el cuerpo lo requería. Ahora paseo y constato la imposibilidad de cubrir tan primordial función en las avenidas de la capital catalana. La única solución tiene horarios marcados. Las puertas de los bares cierran a las tres de la mañana y si entras para orinar existe la costumbre de consumir algo para no quedar mal. Pese a la miseria moral y política de Italia ellos nos superan en civismo al permitir mear si lo pides al camarero o dueño del establecimiento. En Barcelona los pobres ciudadanos tienen que rascarse el bolsillo o, en caso de traspasar la frontera límite del reloj, hacérselo encima para evitar sanciones económicas que pueden alcanzar la increíble cantidad de cinco mil euros.

Cuando era pequeño el mundo estaba dividido entre buenos y malos casi desde una perspectiva cinematográfica. Los justos salían vencedores y los perversos de turno caían derrotados por una absurda y aplastante lógica. Ahora que soy mayor sé que no es así, y por eso le ha dado a mi cerebro por reflexionar que quizá la ausencia de mingitorios públicos se deba al oscuro deseo de poder atrapar a culpables de infringir la flamante ordenanza municipal de civismo aprobada a finales de 2005, horrible regalo navideño que por suerte, aunque según los rotativos de la época llegó a plantearse, evitó prohibir vomitar. ¿Se imaginan a un policía multando a un viandante por no poder contener una pésima digestión? Me sentó mal la paella. Lo siento. Por favor, deme sus datos. Podemos ir desnudos en cualquier sitio, pero no podemos escupir o beber una simple lata de cerveza.

¿Nos estamos volviendo locos?

Cuando era pequeño los seres más peligrosos eran los desconocidos. Caramelos al salir y largas gabardinas. El coco cedió su puesto a horribles asesinos de ancianas, todas bondadosas, que diría Barricada. A los veintitrés años leí apasionadamente la obra completa del gran Italo Svevo y quedé prendado por su ciudad, Trieste, famosa por ser la población italiana con más suicidios por habitante y ser la primera localidad en experimentar un sistema que dejaba a los pacientes del manicomio circular libremente por sus calles con fines terapéuticos y de integración. Dice la leyenda, y la creo, que parte de los trastornos psíquicos de la multicultural urbe se deben a la bora, viento que en su máxima intensidad puede alcanzar los 180 km/h. En Barcelona el dios Eolo es más benigno y la tramontana reside en Figueres; sin embargo, las últimas semanas y mis últimos paseos avanzan hacia la senda y el choque casual con personas afectadas de algún grave problema mental, seres desangelados, ángeles caídos por el sufrimiento que andan ciegos, ensimismados en un insondable malestar.

Cuando era pequeño los locos de las pinturas llevaban un gorro napoleónico, como si tal atuendo simbolizara la fina línea que separa la demencia de la genialidad. Los chiflados no son Pablo Picasso, Arnold Schonberg o James Joyce. El pavimento los acoge alienados y temerosos. Cada quince minutos topamos con alguna persona, podemos ser nosotros mismo o el vecino de al lado, con alguna perturbación psíquica. El martes pasado emprendí una larga y alegre caminata. De repente el cielo tiritó y surgieron nubarrones por doquier. En una esquina un hombre de unos cincuenta años aguantaba un clavel y soltaba piropos a todo bicho viviente que pasara cerca de su refugio majareta. Guapa, estás divina, te lo comería todo. Que culo tienes. Podría ser un pervertido, pero su ida mirada mostraba tonos más preocupantes. Dos calles más arriba un hombre repetía voz en grito que con Franco se vivía mejor. No lo decía para nadie, era su mantra de martes. Cabeza gacha, espalda caída.

Cuando era pequeño un compañero de escuela resbaló con un balón que hizo estallar un furibundo ataque de epilepsia. Después de llamar a un amigo subí por una zona peatonal y fije mi visión en un escaparate chino, con los gatos amarillos sin mover el brazo en plan hitleriano porque la crisis aconseja ahorro de pilas en los escaparates. Al ser un enamorado del deambular tengo la visión periférica muy desarrollada. El rabillo de mi ojo–tengo dos, no soy tuerto– vio como un cuerpo se deslizaba desde un banco al suelo. El individuo, de unos sesenta años bien llevados, se movía agitado. Llamad a una ambulancia. Ya lo ha hecho ese chico. Muy bien. Se arremolinó una importante cantidad de personas para ver qué ocurría. El señor empezó a golpearse su propia testa. Le cogieron las manos. Sus pupilas mantenían un reto con un punto fijo. La multitud creyó estar en un bar viendo la goleada del Barça al Madrid. Yo creo que es epilepsia. No, decía el fortachón que impedía el movimiento del enfermo, es alcohol, ha bebido y por eso está en otra dimensión. Llegó una hermosa mujer. He visto más veces a Nicolás. Vive por aquí, siempre tiene estos ataques. Todos creían tener la razón. Veinte minutos después la asistencia médica seguía haciéndose esperar y el murmullo aumentó. Mercado de buenos y miserables unidos por el morbo y la afición nacional al marujeo en cualquier faceta de la existencia.

Cuando era pequeño mi principal miedo antes de llegar a casa eran dos perros que ladraban mucho. Ahora cuando saco las llaves de la chaqueta sé que el pavor quizá aparezca en las noticias de la televisión, no en los alrededores de mi hogar, donde cada miércoles merodea un barbudo con gafas que, suelo recordar muy bien rostros y andares, guarda un parecido asombroso con Harry, nombre por el que llamábamos al encargado de material en la Universidad Pompeu Fabra. Harry ahora está sucio y lleva consigo una bolsa de supermercado para el bocadillo. Es capaz de transcurrir horas y horas en emplazamientos que disgustan a la mayoría. Entradas de Parking, rellanos de escalera y ángulos obtusos. No lo he comentado con ningún conocido del barrio, pero sería harto interesante conocer el motivo de sus apariciones, pues el antiguo empleado del templo del saber acude a su cita puntual, como si se tratase de un pacto privado o una tradición que mantener. Misterios.

Cuando era pequeño un compañero de pupitre, y otros niños con bastante mala leche, solía emplear una amenaza infalible: mi padre tiene una escopeta y te matará. El jueves pasado un anciano con gorra de los Memphis grizzlies me soltó que toda la culpa era mía y por eso merecía morir. Hay mucho majareta en la calle, gente sin pecado alguno que son dejados de la mano de Dios por las instituciones. Mis abuelos no conocieron la palabra depresión, entonces no existía y ahora desde nuestro relativo avance, no es lo mismo progreso que desarrollo, podríamos intentar ayudar a las personas que necesitan algún tipo de atención que facilite la difícil tarea de vivir. Mientras atendemos medidas utópicas nos conformaremos con costosas campañas publicitarias y proclamas como la de Jordi Hereu, quien en la reciente inauguración de una librería pronunció un frívolo más lectura y menos crisis que poca o ninguna gracia tiene. Gajes del oficio. Perturbaciones más que mentales.

Fotos: Jordi Corominas i Julián

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