lunes, 29 de diciembre de 2008
4 textos especiales del año (I): Mio fratello e figlio unico versión calidoscópica
Un actor, dos guionistas, un futuro y cine para el presente
Por Jordi Corominas i Julián
No es extraño. Accio y Manrico se pelean como lo hacían en Novecento Alfredo y Olmo. Entre ambos duelos median treinta años de cine italiano y una evolución que lleva a enmarcar Mio fratello è figlio unico de Daniele Luchetti dentro del gran cajón de sastre de los guionistas Sandro Rulli y Stefano Petraglia, verdaderos impulsores de un nuevo cine de la memoria que quiere revisar la difícil encrucijada de los sesenta y los setenta en Italia, años de lucha, años de ideales, años, tristemente, de plomo y muerte cuando la humanidad aún sentía el ímpetu de luchar en clave política para cambiar la sociedad. Fare politica.
La diferencia entre ambas luchas es la del paso del tiempo. Alfredo y Olmo son respectivamente el hijo del patrón y del siervo agrícola. Su combate-amistad es el de la primera mitad del siglo XX que culmina, como la excelsa película de Bernardo Bertolucci, el 25 de abril de 1945 con la liberación y el canto del cisne partisano, lleno de esperanza truncada con americanización y el cumplimiento de la máxima Lampedusiana de cambiar todo para que no cambie nada. Accio y Manrico son hermanos y pelean por vínculo de sangre y confrontación ideológica en una sociedad que sin saberlo camina hacia la homologación. El primero es fascista pese a su bondad, mientras el segundo es comunista y goza del favor de la familia. Es seductor, tiene una novia que lleva de calle al pobre Accio y siente la necesidad de la revolución, de protestar y teñir de rojo benéfico sus acciones. Viva Lenin, Stalin y Mao Tse Tung.
Basada, si bien sólo el libro como punto de partida y fuente de ideas, en el Fasciocomunista de Antonio Pennacchi, Mio fratello è figlio unico es la crónica de la evolución de Italia a través de los ojos de Accio Benassi. Los críticos españoles que han comparado su tono narrativo con series como Cuéntame demuestran saber poco de lo que se cuece en Italia. La inclusión del sex simbol patrio Ricardo Scamarcio es la trampa que permitió a la película convertirse en un fenómeno, se estrenó en 550 salas, de público juvenil. Las chicas salían de la sala y afirmaban sorprendidas que esperaban ver algo normal. ¿Qué se entiende en 2007 por normal? Besos, superficialidad y música a todo trapo. Se encontraron una obra con intenciones gramscianas en el sentido de educar con el cine, pedagogía fílmica para jóvenes y viejos sin voluntad de aleccionar. No somos americanos. Somos europeos y la lección del neorrealismo sigue vigente. Si hablamos de Historia, conviene hacerlo mediante personajes que el pueblo sienta cercanos, carne de su carne. Las vivencias de los personajes pueden recordar a quien vivió ese tiempo toda la agitación previa y posterior al 68, mientras que para el joven la empatía se producirá por la atracción causada por rostros conocidos, actores capaces de llenar salas, transmitir ideas y sugerir curiosidad y sensaciones.
mi hermano es hijo único
La historia de Accio Benassi traza una línea en la que la política flota sin imponerse como hecho total, lo que en ocasiones puede aligerar demasiado la tensión dramática de los acontecimientos históricos. Los guionistas, como ya hicieron en la Meglio gioventú de Marco Tullio Giordana o Romanzo Criminale de Michele Placido, y el director han optado por situarla como el aire que invade la atmósfera privilegiando las relaciones personales, útiles por la trama narrativa para la comprensión del tejido socio-político de la época. Accio ingresa en el neofascismo del Movimento Sociale Italiano con la ingenuidad del provocador, del que no sabe nada. Se siente apartado de la familia, que le niega su deseo de estudiar el Liceo Clásico, y reacciona con lo contrario a la mayoría para sentir que tiene un mundo personal e intransferible, diferente. Sólo su ética y el amor a los suyos le harán entrar en razón, erigiéndose en héroe positivo, en verdadero catalizador del descontento. Su hermano Manrico es mayor, goza del beneplácito materno y tiene conciencia propia. Medita la política, vive la tensión de la fábrica y tiene madera de líder y novia, Francesca, quien ejercerá de vínculo entre ambos hermanos por deseo y pensamiento. Ella es la encarnación del progresivo desatarse de los corsés femeninos, todavía limitado por lo reciente de la revolución. Vive enamorada, duda y soporta las trabas de su propio sexo como buenamente puede. El triángulo amoroso sirve para captar más aún la atención del respetable, quien mientras se fija en los devaneos de Venus observa como una sociedad entera se preocupa y malvive.
Rulli y Petraglia, verdaderos autores del filme, empiezan a tener un lenguaje propio, claramente identificable consistente en recordar los años de plomo a través de lo cotidiano expresado mediante problemas del día a día, música reconocible del pasado reciente y un especial acento en las problemáticas sociales, en este caso la vivienda social.
¿Comunismo? ¿Fascismo? Sí, pero con gotas de humanidad que recorren toda Italia, no sólo Latina, residencia inicial de los personajes. No conviene atosigar al espectador con un discurso denso, complicado. La Historia puede contarse con simplicidad, sin alardes de sabiduría pedante. Nuestra existencia está intrínsecamente ligada a la Musa Clío, único problema para el público español que vea el filme, pues quizá no comprenda en su plenitud los avatares de la Historia italiana de aquellos años. Por eso puede que algunos juzguen la cinta sin atenerse a su verdad. Nos encontramos con una obra de rasgos transalpinos, con una manera de contar las cosas claramente identificable, que bebe de la Historia contándola desde la historia, el pueblo, la gente, nosotros. Antonio Gramsci vio como la cultura podía ser una gran fuente educativa. Tenían que olvidarse los habituales tópicos burgueses y narrar con caracteres populares comprensibles para la mayoría. Así se lograría inculcar conocimiento sin ser dictatorial, sin imponer unos determinados valores de la clase dominante. Ahora que ha muerto la clase obrera y la gente no lee, ahora que nace la nostalgia del ideario comunista, única tabla de salvación para humanizar a la salvaje bestia capitalista, el cine puede y debe ser el garante de la conciencia colectiva para recordar el pasado y usarlo en tono reflexivo para mejorar el presente y dar a entender que es necesario conocer el origen para poder crear y no limitarnos a ser consumidores, sino ciudadanos con mayúsculas.
Las palabras son preciosas. Sin contenido no sirven para nada. En Mio fratello è figlio unico la base histórica adquiere sentido por la solidez del guión y las interpretaciones. Ya era hora que España conociera la brillantez interpretativa de Elio Germano. Actor con un profundo bagaje cultural a sus espaldas, Germano, nominado a mejor actor en los premios de la Academia Europea y ganador del David de Donatello, borda el papel de Accio, le da matices que oscilan entre la comedia, el patetismo y el crecimiento de una mente que no se conforma con estar de paso y quiere aportar desde su relativa normalidad. Elio Germano logra que Accio, con o sin fascismo, sea simpático desde un primer momento. Su dureza negra, algo ingenua, contrasta con su dulzura, con su belleza personal de eterno niño que quiere descubrir y participar. Lo toman por inútil, hijo único de rebeldía que ve más claro que los demás al estar dentro y fuera. Por eso sabe parar su adoración al fascio y por eso critica absurdidades marxistas cuando ya empieza a situarse, sin implicarse al cien por cien, en una órbita de izquierdas. Nunca abandona su amor a la existencia, a diferencia de Manrico, que deja un hueco de vida al implicarse en exceso en la causa política. Otro director, u otros guionistas, hubiesen cargado el personaje de ideología, lo hubiesen convertido en un modelo de chico de su época, comunista de fábrica, líder estudiantil y brigadista rojo. Un proceso lógico que en el filme se constata a Riccardo Scamarciocuentagotas, quizá por Scamarcio, quizá por la apabullante capacidad de Elio Germano de eclipsar a sus partenaires . Riccardo Scamarcio no es sólo un chico guapo. Dispone de una voz estupenda que sabe escanciar y modular, pero quizá le falte madurez para aspirar a grandes roles. Su papel, más importante desde un punto de vista ideológico, nada en una cierta ausencia, está sin estar, llena el cartel, ofrece dinero en taquilla y navega por la obra. Sabemos de su presencia, ¿qué sería de Accio sin su hermano?, aunque quizá no se nos muestra con suficiente claridad. Son los riesgos propios de una película típica en Italia, inusual en España, que aspira a mucho por el placer de dar a quien la ve.
Repetir que es un texto visual del pueblo y para el pueblo cuando se manejan grandes presupuestos podría parecer hipócrita. No lo es. La misma trama da la idea de cómo son importantes las ideologías, como nutren el espíritu individual y colectivo, que sin embargo aspira a mejoras que permitan vivir mejor. Si se consiguen los colores de las banderas quedarán postergados. El bien común. La clave. La esencia.
Mio fratello è figlio unico homenajea en varios momentos a obras cumbre del cine italiano de la edad de oro. El café que el pobre Accio prepara para su hermano y Francesca remite a la prostituta del primer episodio de La Dolce vita, mientras otras escenas evocan Rocco e i suo fratelli y la ya mencionada Novecento de Bernardo Bertolucci. ¿Pasado y basta? No. Abran el libro de estadística y busquen largometrajes italianos estrenados a lo largo del último otoño. Son bastantes –desde Libero de Kim Rossi Stuart hasta la habitual repetición con otro nombre de Ferzan Ozpetek– e indican que la cinematografía transalpina está renaciendo y tiene mucho que aportar a nuestro propio cine, demasiado ombliguista, demasiado necesitado de un rumbo que deje cierto exhibicionismo masturbatorio y se preocupe por el cuerpo y la forma del texto y del espectador. Sólo así tendrá sentido la creación. ¿Arte por arte? Arte con contenido. Gracias.
http://www.calidoscopio.net/2008/01Enero/Cine01.html
sábado, 27 de diciembre de 2008
4 textos especiales del año (III): Versión I de Mio fratello e figlio unico
El paso de un mínimo tiempo desde su estreno permite que califiquemos Mio fratello è figlio unico de Daniele Luchetti como la película símbolo del cine italiano de 2007 al aunar en su seno la constancia del mensaje temático del dúo guionista Petraglia-Rulli y mostrar a público y crítica la presente importancia de una nueva generación de actores encarnada por Elio Germano y Riccardo Scamarcio.
Hay muchas maneras de contar la Historia reciente. Se puede optar por atosigar al espectador con datos y más datos o intentar que lo narrado se vuelva familiar mostrando las andanzas de la Musa Clío a través del filtro de lo cotidiano, con vivencias atemporales que provoquen interés y empatía en el espectador. Sandro Petraglia y Stefano Rulli prosiguen con su guión de Mio fratello è figlio unico, que toma como leve referencia la novela Il fasciocomunista de Antonio Pennacchi, su particular camino en pos de dar memoria histórica con el celuloide. La historia de la familia Benassi se asemeja más a La meglio gioventù que a Romanzo criminale, si bien un guiño manifiesto a Novecento, la pelea de Accio y Manrico que fluye de la infancia a la adolescencia, da a entender la intención del director y su renombrada pareja de guionistas: contar un fragmento de Historia nacional partiendo de un núcleo familiar.
Los tiempos han cambiado. Del campo de Novecento y la muerte de Verdi saltamos a la Italia de mediados de los sesenta. La familia Benassi reside en la pantanal Sabaudia. Sus pretensiones son limitadas y la mentalidad patriarcal predomina. Por eso el retorno al hogar de Accio cuando abandona el seminario no es motivo de alegría, sino una carga, pesada como una losa. Con te che famo? Accio, interpretado con inusual maestría por Elio Germano, se irá viendo como una oveja negra a la que no le dejan elegir ni participar. Es el último de la fila, un ser apartado a un lado de la carretera que reaccionará al desdén familiar adoptando la ideología contraria a la del rey de la casa, Manrico, guapo, trabajador, comprometido con la fábrica y el Comunismo. Accio será el fascista, el agitador que sin creer verdaderamente en los ideales que propugna alzará el brazo a la romana y sólo desistirá de su estúpido empeño de violencia y estupidez al ver como sus compañeros se plantean atentar contra el coche de su hermano, propiedad privada familiar, valor intocable por motivos arcaicos, los vínculos de sangre, y modernos, el deseo de poseer. Desde ese momento reforzará sus lazos familiares, abrazará la ideología de su hermano, se escapará del mundo por culpa de un fantasma del pasado, verá la disolución de la utopía radicalizada y en un último golpe de rabia dará justicia social a su familia y a los necesitados que desde hacía años esperaban que les asignaran una casa para escapar de una mísera condición residencial.
Si Mio fratello e figlio unico fuera una mera obra política no se hubiese captado la atención de un público intergeneracional. La presencia de los más jóvenes en las salas para ver el filme de Luchetti se debe en parte al reparto protagonista. Los comentarios de la juventud a la salida del espectáculo solían ser favorables, pero esperaban ver otra cosa. Una de las loas que merece el guión de Rulli y Petraglia y el estimable trabajo del director es haber contado una historia que educa y al mismo tiempo se envuelve bajo el manto de ciertos trazos narrativos accesibles al espectador medio. En este caso es evidente el acierto del punto de vista elegido para contar el triángulo amoroso entre Manrico (el novio), Francesca (la musa) y Accio (el leal pretendiente). El valor del triángulo reside en que mediante su formación el espectador palpa un hilo narrativo que evoluciona en paralelo con el devenir histórico y la política. Esta historia dentro de la Historia combina el crecimiento personal de sus componentes y los cambios en sus perspectivas políticas. Desde un principio- la canción dice Cos’è la vita se manchi tu y Accio se entera del adiós de Francesca, rumbo a Turín- entendemos que el amor físico-ideológico de la chica con Manrico prevalecerá ante la espiritualidad y fidelidad de Accio, si bien el primero se decanta siempre más por la política; lo comprobamos definitivamente con una frase simple y contundente: Io a fare la rivoluzione, voi a pigliare il sole. La pronuncia Manrico, quien pocos instantes después dirá le vuoi bene al popolo, anche se sai che ci sono un sacco di stronzi. Stronzi que no entraban en el círculo de la izquierda extraparlamentaria, elección de Manrico, quien la antepone a la posibilidad del amor clásico, deseado por Accio, quien sin embargo es demasiado leal a conceptos antiguos- como Rocco en Rocco e i suoi fratelli sin tener un hermano tan bruto como Simone ni una estupidez como la del personaje interpretado por Alain Delon- como para irse con la enamorada de su hermano.
La centralidad de Accio se remarca hasta en las fases narrativas del filme. Los veinte primeros minutos son introductivos, mientras la segunda veintena muestra el progreso ideológico y vital de los hermanos. Entre el minuto cuarenta y cincuenta vemos como Accio rompe con el fascismo, ruptura confirmada en el siguiente tramo de diez minutos, donde ingresa en el PCI, descubre el sexo, recibe el título de geómetra y siente una especie de realización, una toma de conciencia, un cambio que recibe la pausa de la reflexión en los minutos que anteceden a la catarsis con la muerte del hermano y su furia liberadora para rendir justicia a Gli ultimi, gente che nn ha mai avuto un balcone y que con su acción, evocadora de L’onorevole Angelina, ven el mar y un sueño cumplido.
Las elección de Elio Germano y Riccardo Scamarcio como dúo protagonista contrapone la calidad interpretativa del primero con el tirón comercial del segundo, lo que en la película se traduce en un protagonismo absoluto de Germano, quien tiene a Scamarcio como perfecto complemento, otro acierto de los guionistas, pues con ésta repartición de roles, el personaje de Accio llena la pantalla con su análisis racional propio de la voz narrativa mientras Manrico aporta dosis de ideología, juventud maldita y discursos para la galería. La diferencia entre Germano y Scamarcio puede asimilarse a la de sus personajes, con la diferencia fundamental que el actor romano, a sus 28 años en el momento de escribir estas páginas, despliega una soltura excepcional que le lleva a poder cambiar de registro sin dificultad, ostentando destellos de gran actor, mientras el protagonista de Tre metri sopra il cielo es un intérprete dotado de una cadencia vocal de primer rango que aprende deprisa la profesión merced a su inclusión en múltiples películas en las que depura su estilo y crece a pasos agigantados hacia la posibilidad de ser algo más que una cara bonita que cumple la importante función de atraer hacia el cine comprometido, cuando lo hace, a un gran de numero de espectadores habituados a otro tipo de películas.
No sólo de dúos vive Mio fratello è figlio unico. Massimo Popolizio y Angela Finnochiaro se convierten con su interpretación en los padres perfectos para mostrar el enfrentamiento generacional de los sesenta. Si la hija piensa que la palabra es la mejor arma, el padre sostiene la cruz cristiana, anacronismo que la fotografía de Claudio Collepiccolo captura con color que evoca esos años que auguraban el futuro plomo y que, es lo hermoso del cine, hubiesen necesitado más personas como Accio y su mente de niño en la edad adulta, bello final con las olas del mar y una mirada masculina con un aire a Valeria Ciangiottini en La dolce vita.
JORDI COROMINAS I JULIÁN
QUADERNI DEL CSCI, N4, 2008
jueves, 25 de diciembre de 2008
4 textos especiales del año (II): L'Hospitalet en Bcn Week Issue 64
The Wild Southwest
by Jordi Corominas i Julián
L’Hospitalé de Llobregá es una ciudad orgullosa de sus señas de identidad. Sus habitantes son conscientes de ser la segunda población de Cataluña, dirigida por el político que más cobra en España: Celestino Corbacho. La gente de L’Hospitalé de Llobregá ha madurado con el paso de los años. Su mérito es el de llegar de la nada, por obra y gracia de la inmigración franquista, y construir un estilo propio que abarca moda, lenguaje, música, arquitectura y nombres personales. La cercanía con Barcelona no es impedimento para la consolidación de una fuerte cultura local, avivada en los últimos tiempos por la llegada masiva de inmigrantes, en su mayor parte sudamericanos.
L’Hospitalet de Llobregat es una localidad de población indefinida, ¡pero muy grande!, que limita con Barcelona. La mayor parte de sus habitantes hablan castellano, tienen bajo nivel educacional y trabajan para la gloria de la capital catalana, madre eterna que da dinero a sus hijos menos aventajados. L’Hospitalet es la punta de lanza de la periferia, el antiguo cinturón rojo donde escuchan música de Estopa y exhiben en la televisión nacional lo peor de la raza, como Carlos Yoyas de Gran Hermano. Lo único bueno de L’Hospitalet es el portero del Barça, Víctor Valdés, e IKEA, hermanado con el de otra zona periférica: Badalona. Lo único que une a Barcelona con su vecina es el dios consumo. Fuera del vil metal, el interés es nulo y se piensa que adentrarse en las calles de lo desconocido es como conocer el Bronx o algo peor, un tercer mundo dentro del primer mundo.
L’H pretende ser una mezcla de lo mejor de L’Hospitalé y las lecciones cosmopolitas de la Ciudad Condal. La influencia de estar en su entorno tendría que ser notable; sin embargo, hasta ahora no se han visto resultados como los logrados en la zona Forum, reactivada a la especulación y a la homologación burguesa con motivo del ridículo evento de 2004. L’H aspira a dejar de ser el patito feo, desea aprovechar de su cercanía al aeropuerto, mejores instalaciones, m´s atención ciudadana, buenas perspectivas sociales y educativas y un saneamiento urbanístico que le permita dejar de ser el absurdo hazmerreír cargado de típicos como Bellvitge, los charnegos (racismo catalán), obreros, delincuencia y vulgaridad.
¿Conocemos L’Hospitalet? El Homo Barcelonensis tiene una idea muy relativa de las realidades que tiene a un paso de casa. Su natural pereza le impulsa a crear microcosmos urbanos de los que no sale ni aunque le paguen. Por eso ignora, en gran medida, cómo se vive al otro lado de la frontera. ¿Existen los quillos y los cholos o sólo son una alucinación óptica del estrés laboral? ¿De verdad dicen “neng” cada dos por tres? Más que dejarnos seducir por la broma, creemos necesario sumergirnos en el tejido de nuestro supuesto pariente pobre y descubrir, con ojos seudo-vírgenes, qué ocultan sus tan denostados muros: ricas teselas de un mosaico incompleto, que sólo será completado si recibe la atención que merece su diferencia e independencia de estilo ante el monstruo BCN y su hambre diseñada.
http://www.bcnweek.com/feature64.html
miércoles, 24 de diciembre de 2008
4 textos especiales del año (I)/ Paul is dead
Por Jordi Corominas i Julián
“I listen for your for your foot steps/ Coming up the drive/ Listen for you foot steps/ But they don't arrive” ( Don't pass me by, Ringo Starr, The Beatles, White Album)
“Those freaks was right when they said you was dead” (How do you sleep? John Lennon, Imagine)
El 26 de diciembre de 1965 Paul McCartney tuvo un accidente de motocicleta; se partió un labio y perdió un diente, como por otra parte se puede apreciar en el video promocional del single Paperback writer/ Rain que The Beatles enviaron, en un espléndido anticipo de los videoclips, al show de Ed Sullivan de la CBS, programa televisivo símbolo del desembarco americano del cuarteto de Liverpool por su actuación en vivo el 10 de febrero de 1964 con una audiencia récord de 73 millones de espectadores.
Que un joven cantante sufra un percance tendría que ser un breve en la sección de sociedad. Sin embargo todo cambia cuando se habla del grupo icono del siglo XX. A principios de 1967 empezó a circular un rumor en Inglaterra: James Paul McCartney había muerto decapitado el miércoles nueve de noviembre de 1966 a las cinco de la mañana en un fatal accidente de coche. El bulo adquirió universalidad en otoño de 1969, cuando Russell Gibb, Dj de la emisora WKNR-FM de Detroit recibió una llamada en la que un tal Tom explicaba algunas claves ocultas que The Beatles habían esparcido para mostrar su tristeza ante la muerte del músico. La más significativa era la portada del álbum Abbey Road, publicado en Estados Unidos el primero de octubre de 1969, donde se representaba la procesión fúnebre del autor, entre otras canciones, de Yesterday. John Lennon vestido de blanco sería el cura, Ringo, de negro, sería el plañidero mientras George Harrison se encargaría de dar sepultura a su antiguo compañero, reemplazado después del óbito por William Campbell, ganador de un concurso de dobles convocado por Brian Epstein para no perder los enormes beneficios que la Beatlemania generaba a mediados de los sesenta; Campbell se sometió a dos operaciones de cirugía para que nadie pudiese sospechar el trueque. Por lo tanto, según ésta interpretación, el ser humano que cruza el paso de cebra junto a los otros componentes de la banda no sería McCartney, como demuestran sus ojos cerrados, los pies descalzos –así se entierra a los muertos– y el cigarrillo en la mano derecha, algo absurdo, pues todo el mundo conocía que nuestro protagonista era, o es, zurdo.
El rumor se fue extendiendo. Por aquel entonces era muy normal que los fans del cuarteto escucharan sus canciones al revés o intentaran buscar significados trascendentales a las letras, algo de lo que Lennon se burló en I am the walrus y especialmente en Glass Onion. Esta manía provocó que después del programa de Gibb muchos fanzines de institutos y universidades estadounidenses especularan con el deceso del Beatle preferido por las mujeres. La revista Time se interesó y visitó al implicado en su granja de Escocia. Estaba vivito y coleando en un nuevo momento de su existencia que el mundo ignoraba. The Beatles se disolvieron el 10 de abril de 1970, pero la ruptura era un hecho desde unos meses antes, cuando John Lennon pidió, literalmente, el divorcio a William Campbell, perdón, Paul McCartney.
Las voces parecieron acallarse después de la publicación del reportaje de la prestigiosa revista estadounidense. ¿Seguro? No lo creemos. Como en toda leyenda urbana que se precie, un comentario sin fundamento empezó a generar una mitología que abarca canciones, vivencias y portadas con mensajes clave relativos al suceso. Todos los Beatles desmintieron por activa y pasiva la supuesta creación de un juego de pistas en el período 1967-1969, pequeñas migajas de pan a lo Hansel y Gretel que los fans han recopilado de manera poco científica, pues en algunas páginas dedicadas al hoax hay referencias anteriores al nueve de noviembre de 1966. No creo que los de Liverpool fuesen futurólogos de la desaparición del hombre récord de la música contemporánea. ¿Qué sentido tiene hablar de probables indicios en Rubber Soul (1965) o Revolver, publicado en agosto de 1966? Ninguno, algo que no parece importar mucho a quien menciona el verso “If you drive a car” de Taxman como una certeza de muerte. Los locos investigadores podrían retroceder a Drive my car y ver el “pi pi ye” de la canción como un mal frenazo. Pongámonos serios y ni siquiera consideremos la primera macabra portada del Yesterday and today , el famoso butcher , donde Paul tiene una cabeza en su regazo. Juguemos desde una perspectiva profesional, con la investigación por bandera, y sigamos las huellas partiendo de las grabaciones publicadas a partir de 1967, año del verano del amor y el Sargent Pepper's Lonely Hearts club band, el disco más influyente de la Historia que no es el preferido de casi nadie. Un verdadero misterio.
Una de los principales argumentos de los partidarios de la leyenda es que después de noviembre de 1966 The Beatles dejaron su lado de niños buenos y empezaron a experimentar. Su música ya no sonaba como antes. Los jóvenes que provocaban la histeria de medio mundo no volverían a tocar como, por ejemplo, en A collection of Beatles oldies, recopilación publicada el 10 de diciembre de 1966 que en su portada contiene una primera pista: un Beatle desconocido ve peligrar su integridad física por un coche que se acerca desde la izquierda.
Como entenderá el lector el cambio se debió a una lógica evolución de cuatro individuos interesados, unos más que otros, en navegar por los mares de la experimentación musical en el estudio, donde después de dejar las giras pasaban horas y horas para desesperación de algún que otro técnico poco acostumbrado a los extravagantes horarios laborales de los de Liverpool. La progresiva metamorfosis empieza a intuirse con Strawberry fields forever, canción compuesta por John Lennon en la que al final algunos creyeron escuchar “I buried Paul” cuando en realidad se oye “cranberry sauce”, salsa de arándanos.
George Martin ha lamentado toda su vida que Strawberry Fields Forever y Penny Lane salieran como un single de doble cara A y no formaran parte del Pepper, disco que en su portada contiene muchas claves que podrían convencer al más incrédulo. En primer lugar Paul McCartney aparece con un instrumento negro y es el único miembro del grupo que no tiene tridimensionalidad en su cabeza, como si estuviese en otro mundo, probablemente el de los muertos. Lo verificaría la palma de la mano abierta encima de la testa del músico, símbolo que en la tradición hindú, recordemos los conocimientos de George Harrison sobre la cultura del subcontinente asiático, significaba proximidad de muerte o fallecimiento de la persona representada. El motivo reaparecerá en otras ocasiones, concretamente en la portada de Yellow submarine y en una foto interior del libreto del Magical mistery tour. El Hinduismo da otra pista al lado de la letra T, donde vemos al dios Shiva el destructor que apunta con su mano hacia Paul.
Otro indicio de muerte en la portada es la muñeca del lado derecho, representando a Shirley Temple, que tiene en su mano un coche blanco en llamas; no obstante, los detalles más significativos se encuentran en el interior del libreto, lo que en su tiempo era una gran novedad, como lo fue el Pepper en todos los sentidos. En las fotos observamos a The Beatles vestidos como una especie de ejército de salvación psicodélico. Mccartney viste de azul y luce un parche donde leemos con claridad O.P.D., que tanto podría significar, palabras del implicado, Ontario Police Department como Officially pronounced dead , opción perfecta para seguir el juego de nunca acabar que sigue en la contraportada, con Paul de espaldas y George Harrison señalando con su dedo el verso “Wednesday morning at five o'clock as the day begins”, inicio de She's leaving home y supuesta hora del deceso.
Las canciones del álbum contienen algunas referencias. La mención a Billy Shears sería un guiño al nombre artístico de William Campbell, mientras en Good Morning Good Morning, una canción de relleno, Lennon afirma que “Nothing to do to save his life” y nos habla de la hora del accidente en “People running around, it's five o'clock”, insistiendo en la muerte de su amigo en la genial, una verdadera composición Lennon-McCartney, A day in the life, aunque en mi opinión “He blew his mind out in a car” (apagó su mente en un coche) podría ser una referencia indirecta a las drogas, como también lo es, por una vez sin que tenga nada que ver con el asunto tratado, “I'd like to turn you on”, último verso antes de la explosión instrumental que precede la parte cantada por Paul McCartney, “Woke up, fell out the bed...”
Otras pistas del Pepper mostrarían la desolación de los tres Beatles por la pérdida de su compañero. En un coro de Getting Better puede escucharse, siempre que tengamos un oído supersónico, “After all, Paul is dead, He's lost his head” y en los segundos finales del Sargent Pepper's reprise , audible también en la más reciente versión del disco Love, oímos “So sad! Oh, Paul, We're lost without you, Paul we're lost without you”, sollozo verbal parecido al del single All you need is Love del verano de 1967, donde al final de la canción el himno de amor universal se mezcla con el recuerdo del difunto: “Yes He's dead, we loved you, yeah, yeah, yeah”. El lamento alcanzará su apogeo en T he white album , donde entre I'm so tired y Blackbird Lennon canta en susurros su dolor –“Paul is dead, miss him, miss him”– y George Harrison incrementa el llanto de su guitarra al ulular el recuerdo de su amigo en gran parte del último minuto de While my guitar gently weeps con un sentido, e irónico dentro de toda esta gran farsa de muerte, “Paul, oh Paul, Paul”.
Otros aspectos de la leyenda:
tres tristes tigres y turn me on deadman
El genio difunto, o su doble, insistimos, fue el artífice de la película Magical mistery tour, un verdadero fracaso en su estreno televisivo que con el transcurrir de los años ha ganado prestigio por ciertas ideas vanguardistas del cuarteto, que remedió las malas críticas con el éxito del homónimo LP, que en su primera edición tenía un libreto repleto de probables indicios. En la página tres Paul viste de militar. En su mesa tiene un cartel donde un sospecho “I you was” (I was you) podría advertirnos de la substitución después del deceso; asimismo las arquetas cruzadas de las Union Jack son tradicionales en los funerales militares británicos; en la página 10, 11 y 12 Maccca está descalzo y en la página 13, justo al lado de sus zapatillas, leemos en el bombo de Ringo “Love the 3 Beatles”. ¿Y el cuarto? Está muerto o es un impostor. El motivo de los tres supervivientes se repite en la canción en la contraportada de Abbey Road, en la canción Come together del mismo disco –“One and one and one is three”– y en un curioso truco, quien encontrara el indicio es un chiflado de primera categoría, visible sólo si proyectamos un espejito en el bombo de la portada del Sargent Pepper's lonely hearts club band.
La última referencia en el libreto del Magical mistery tour se encuentra en la página 24 con un fotograma del fragmento fílmico de Your mother should know. George, John y Ringo lucen un clavel rojo a diferencia del de Paul, negro como la señora de la guadaña.
En la canción más representativa del álbum, I'm the Walrus, algunos consideran que el “I'm crying” de Lennon es un sentido sollozo por la desaparición del artista. Al final del tema se oye “Bury me, bury me, bury my body, oh untimely death” (entiérreme, entiérreme, entierre mi cuerpo, oh prematura muerte), una imprecación del difunto para recibir justa sepultura. Muchos medios de comunicación se han distraído recopilando significados de la palabra morsa, que en griego significaría cadáver y en los países escandinavos sería un indudable emblema mortuorio desde la época vikinga. Si damos validez a las palabras de Lennon en una entrevista a Playboy la idea del Walrus se inspiró en el poema la morsa y el carpintero de Trough the looking-glass and what Alice found there de Lewis Carroll.
Las pistas prosiguen en el White album. En Glass onion el mismo título de la canción alude a un ataúd con tapa de cristal; los verso de la letra “I told you about the Walrus and me. We are as close as can be. Well here's another clue for you all, the Walrus was Paul”, comentan que la morsa y Lennon eran íntimos y que el futuro marido de Yoko Ono quiere darnos una pista: la morsa era Paul. La ironía, la burla hacia los locos buscadores de indicios, llega a su apogeo con la experimental Revolution n9 , que si se escucha al revés permite descubrir el sonido de un accidente de coche y la inquietante frase, repetida en más de una ocasión, “Turn me on deadman”, que podríamos traducir como enchúfame hombre muerto o, aún más inquietante, conviérteme en un muerto. En el doble Lp Ringo aporta su granito de arena a la leyenda con Don't pass me by, el inicio de la canción menciona la escucha de los pasos de su amigo que, pese a ello, no llega; más tarde nos enteramos que el protagonista de la canción estuvo implicado en un accidente de coche (“You were in a car crash”) que le hizo perder pelo ( “and you lost your hair”), lo que podríamos relacionar con la decapitación de McCartney y las heridas en su cabeza.
El libreto del White album aporta otras imágenes macabras. En la página 3 Paul en la bañera parece una máscara mortuoria, en la 7 el músico baila y unas fantasmagóricas manos lo acechan mientras que en la 18 apreciamos una foto del compositor de Let it be disfrazado. ¿Es Paul o la revelación pública del verdadero aspecto físico de William Campbell? Conviene aclarar que en el single Lady Madonna The Beatles resuelven uno de los grandes enigmas del entuerto: nadie se enteró de la muerte porque “Wednesday papers didn't come”. Lo que nadie puede explicarnos es el motivo por el cual William Campbell tenía, o tiene, la misma voz que Sir Paul.
The lovely Rita and the weeply Linda
Una de las versiones de la leyenda narra que poco antes del accidente, McCartney gustaba salir de marcha cuando su novia Jane Asher trabajaba fuera de Londres, el muerto o bien se despistó al ver a la adorable Rita, la chica de la contraportada de Abbey Road, o bien la hizo subir a su coche y perdió el control del volante mientras le miraba la falda y flirteaba, lo que canta Lennon en Good Morning good Morning.
La otra chica presente en el gran discurso inventado es Linda Eastman, esposa de McCartney cuando salió Abbey road, que en su portada esconde la penúltima pista del hoax. En la matrícula del escarabajo leemos LMW 28IF. LMW significaría “Linda McCartney, estaban casados desde marzo de 1969, Weeps”, Linda McCartney llora. En cambio 28IF se referiría a la edad del artista si viviera, cifra inexacta al tener en la época 27 geniales primaveras.
La última pista en la discografía del grupo es más bien endeble. La portada de Let it be muestra a John, Paul y Ringo con un fondo blanco. Paul parece tener el cuello cortado y el fondo rojo que perfila su rostro sería la sangre del accidente. El disparate culminaría con dos notas agridulces. En 1971 John Lennon, quien en Come together con He had monkey finger alude a los alargados dedos de los muertos, lanzaría una dura pulla contra su antiguo compañero con How do you sleep?, donde entre otras lindezas da la razón a los que decían que estaba muerto. McCartney pondrá la nota final al asunto con el título y la portada de su disco Paul is Live de 1993, año en que al preguntarle en el Saturday Night Live si todo fue un engaño respondió con flema británica: “Sí. Realmente no estaba muerto”.
http://www.calidoscopio.net/2008/04Mayo/Musica02.html
martes, 23 de diciembre de 2008
Entrevista con Isaac Rosa (y II)
Jordi Corominas i Julián
El personaje tiene unas determinadas características, eso hace que no nos sorprendamos ante ese miedo a los niños, el futuro...quizá otro lector daría otra interpretación al hecho de que los que están en el momento cumbre de la vida- hombres exitosos de cuarenta años, casados, etc..- se protegen ante la infancia por miedo a lo que vendrá.
Isaac Rosa
Es un miedo de moda, el miedo a los niños, jóvenes y adolescentes. Los queremos ver como violentos en consonancia con lo que se dice, se comenta del ambiente en los centros escolares. Me parece un miedo sobredimensionado, no creo que los niños sean más violentos que los de hace cuarenta años.
Jordi Corominas i Julián
Otro miedo, el primero en la novela, es el temor al inmigrante.
Isaac Rosa
Es uno de los miedos más fáciles. Vivimos un momento de incertidumbre, suceden cambios, se rompen estabilidades sociales, laborales, afectivas. Sentimos una vulnerabilidad que cómo no sabemos enfocarla o nombrarla la orientamos hacia miedos más reconocibles, que es lo que ocurre con el inmigrante. Los diferentes que están entre nosotros, miedo alimentado también desde el discurso del poder en el que se intenta presentar a los inmigrantes como una clase peligrosa que está entre nosotros. También ocurre con los pobres, los jóvenes los pederastas, los terroristas; buscamos chivos expiatorios de nuestros miedos con los que dar salida a la sensación de vulnerabilidad que tenemos, y en vez de buscar las verdaderas causas vamos a lo fácil.
Jordi Corominas i Julián
Y se resucitan miedos atávicos...
Isaac Rosa
La mayor parte de miedos de nuestro tiempo son antiguos. Un caso evidente es el del pederasta, es como el hombre del saco que iba a las aldeas y se llevaba a los niños, un miedo educativo. No salgas de casa. No hables con desconocidos. Habrá nuevos miedos, pero la mayoría son actualizaciones de miedos antiguos.
Jordi Corominas i Julián
La lampedusiana sentencia cambiar todo para no cambiar nada.
Isaac Rosa
Miedos viejos, sí, actualizaciones.
MEMORIA, PASADO, ESPAÑA.
Jordi Corominas i Julián
Otro miedo presente en tu obra, quizá más entendible en la gente de nuestra generación, es la transición y la necesidad de hacer una crítica lógica sobre el asunto, demasiado glorificado cuando tiene muchos claroscuros plenos de silencio. ¿No crees que aún hay demasiada poca gente que busca dar una visión alternativa de ese momento? Me refiero a gente ajena a los entresijos del poder.
Isaac Rosa
Sigue siendo algo minoritario, aunque quizá es masivo en la sociedad, pero es creciente. Nuestra generación reanima el debate, no lo limita a la Guerra Civil y el Franquismo sino que nos interesa mucho la Transición. Siempre irá a más. No se ha cerrado el tema con la ley de la memoria. Un movimiento que empieza con los fusilamientos de posguerra avanza en el tiempo, evoluciona hacia los desaparecidos de los cincuenta y los sesenta, los torturados, las víctimas de la transición; todo ello enriquece el debate de cara al presente. Reparar lo que se hizo en la posguerra es muy necesario, pero revisar lo que sucedió en los sesenta y setenta es sano e higiénico para la democracia.
Jordi Corominas i Julián
Martinez de Pisón ofrece una visión historicista en Enterrar a los muertos y Dientes de Leche que quizá se complemente con la tuya de El vano ayer.
Isaac Rosa
Me interesan más los sesenta y los setenta. Hay mucha chica. Quizá existan, aunque no lo creo, muchas ficciones literarias y fílmicas sobre la guerra, pero no sucede lo mismo con la Transición, y es un tiempo que hay que escribirlo todavía y hay que escribirlo desde la ficción, no puede ser que la versión oficial desde la ficción que quede a la gente sea la de Cuéntame, habrá que hablar del tema en serio desde la ficción que tiene una eficacia y repercusión muy importante.
Jordi Corominas i Julián
Y habrá que ver la diferencia de visiones entre el poder y la intelectualidad. Un ejemplo sería la exposición En transición (en 2007 en el barcelonés CCCB, en 2008 en el madrileño Teatro Fernando Fernán Gómez) donde la tesis es que la Transición se hizo desde el pueblo, algo más que discutible. ¿No crees que con el tiempo se irá creando una brecha muy fuerte entre ambas visiones?
Isaac Rosa
La visión de la transición bonita, el pueblo en la calle, es la reacción lógica a la visión de elites por la que tenemos que dar las gracias al Rey, a Adolfo Suárez y a una serie de líderes políticos que estuvieron a la altura, que se reunieron, que pasaron noches sin dormir, que lucharon para darnos la democracia. Ni una cosa ni otra. Se tiene que mantener el debate abierto desde un punto muy crítico.
FUTURO, CINE, LITERATURA, HISTORIA.
Jordi Corominas i Julián
Aunque sea un poco prematuro hablar de ello. ¿Ya tienes una idea para tu próxima novela?
Isaac Rosa
Tengo una idea desde hace tiempo, está aparcada hasta que tenga fuerzas para emprender el nuevo reto. Quiero hablar sobre el mundo del trabajo más allá de situaciones anecdóticas, como ha cambiado, en qué situación estás.
Jordi Corominas i Julián
En este sentido encuentro cierta conexión de tu obra con un cierto tipo de cine, desde el neorrealismo hasta cierto cine social.
Isaac Rosa
Cine social, literatura social, no me da miedo hablar de novela social. Sí que existe una relación con ese tipo de literatura o cine que se hacía en Italia o España, en los cuarenta y en los cincuenta, como por ejemplo el modo en que Elio Vittorini en Conversazione in Sicilia (ndlr: tendría que verse el efecto que ésta obra está causando en la joven generación) trata la sociedad siciliana de su época.
Jordi Corominas i Julián
Haces una defensa en cierto sentido de la utilidad de la literatura, como si tuviese una pureza antigua que resiste las manipulaciones que el cine puede generar.
Isaac Rosa
Hablar en términos generales de literatura frente a cine es algo forzado. No tda la literatura mantiene esa pureza.
Jordi Corominas i Julián
Lo pensé porque al fin y al cabo el cine es uno de los grandes propagadores de la violencia y el miedo.
Isaac Rosa
Es mucho más fácil publicar una novela que producir una película. Quizá esa pureza, pues en el cine las buenas intenciones van desvaneciéndose a medida que avanza el rodaje, es una cuestión de necesidad.
Jordi Corominas i Julián
¿Cómo ves las recreaciones fílmicas ( 13 rosas, Soldados de Salamina, Los girasoles ciegos, Salvador) o literarias de la Guerra, el Franquismo y la Transición? ¿Compartes la visión didáctica de muchas de ellas?
Isaac Rosa
En literatura las grandes novelas son las de Max Aub, Arturo Barea, grandes novelas de entonces; luego ha habido acercamientos interesantes que no las igualan. Se siguen escribiendo malditas novelas sobre la Guerra Civil, algunas bienintencionadas, otras con afán reivindicativo o de reparación pero literariamente son pobres. En cine los sucesivos acercamientos me parecen a cada cual más decepcionante, no sé si hay una incapacidad de plasmar la época, lo veo todo muy impostado. Aún esperamos una gran película sobre la Guerra Civil, aunque quizá sea una cuestión de presupuesto.
Jordi Corominas i Julián
Quizá el interés de las productoras está en otra parte, como demuestra el caso de Alatriste.
Isaac Rosa
La mayoría de películas sobre la Guerra Civil son sobre la retaguardia, no sé si será una cuestión económica.
Jordi Corominas i Julián
O quizá sea una cuestión de la brevedad de los fenómenos culturales, como sucedió cuando salió el juego sobre la guerra. Por último quería concluir con una cuestión estilística. Alternas frases veloces, rápidas que son como reflexiones con frases cortas que también intensifican la narración. ¿Es una cuestión de ritmo narrativo o de querer provocar la reflexión?
Isaac Rosa
Es una mezcla entre ambas cosas.
Mezcla que podría resumir en ocasiones las novelas de Isaac Rosa. Mezcla narrativa de ensayo y ficción con la idea siempre presente. Libros para pensar y entender nuevos cauces de la literatura española del siglo XXI.
lunes, 22 de diciembre de 2008
Entrevista con Isaac Rosa en literaturas.com(I)
Isaac Rosa | |
«Nacemos con miedo, crecemos con miedo y moriremos con miedo» | |
Jordi Corominas i Julián | |
Todo sucede deprisa. Preparo la entrevista con el pensamiento sumido en semanas y un correo acelera todo. Puedes entrevistar a Isaac Rosa (Sevilla, 1974) mañana por la tarde. El tiempo apremia. No he terminado El país del miedo. Me aterrorizo al pensar en una lectura veloz de un libro que me interesa, pero a medida que pasan las páginas y las horas mi temor desaparece, veo claro y cuando a las lorquianas cinco de la tarde llego al Palau de la Música mi mente antoja el encuentro como una interesante experiencia en la que discutir con Isaac de sus novelas, temas, pasado, presente y futuro.
El país del miedo Jordi Corominas i Julián Isaac Rosa Jordi Corominas i Julián Isaac Rosa
Jordi Corominas i Julián Isaac Rosa
Jordi Corominas i Julián Isaac Rosa
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miércoles, 17 de diciembre de 2008
Fem pais a Issue 70 BCN WEEK
A casa nostra la idea de l’independentisme és com una metàfora del creixement mental de l’individu. Tots els nascuts després de Franco poden constatar les meves paraules. El temps de retrobar la identitat perduda i les possibilitats de fer una Catalunya provoquen una espècie d’entusiasme juvenil a l’escola. És el temps on no pensem racionalment i clamar contra Espanya continua el cant rutinari transmès de generació a generació. Malgrat això, convindria capbussar-nos una mica més en la nostra Història i entendre d’on ve tot aquest rebombori adolescent que decau quan la lògica de l’edat adulta coneix i analitza els fets que porten a les idees. Des d'un primer moment, que podem xifrar amb l’Oda a la Pàtria d’Aribau, la possibilitat d’una independència s'ha mogut per barems de gent rica i prohoms de la nostra societat. No ens ha d'estranyar que el primer partit catalanista, la Lliga regionalista de Prat de la Riba i Francesc Cambó, tingués entre els seus principals exponents homes d’indústria, fills de l’alta burgesia que un dia decidiren fer política per defensar els seus interessos, que automàticament identificaren amb els de tots els catalans a les corts espanyoles. Això passà durant la primera dècada del segle XX, narrada magistralment a La ciutat cremada d’Antoni Ribas. El film pot ajudar a entendre que, aleshores, el veritable moviment dominant era l’anarquisme universalitzant i llibertari. La ciutat viu la Setmana Tràgica i, quan alguns plantegen la independència, els burgesos polititzats emmudeixen. No importava que pocs anys enrere, octubre de 1905, els militars haguessin cremat la seu de la Veu de Catalunya, premsa portaveu del naixent nacionalisme. Aquella acció serví perquè tots els partits d’àmbit català, excepte un, s’unissin a la Solidaritat Catalana. Francesc Macià en sortí escollit diputat, el qual, amb la seva aposta per la independència mitjançant la lluita armada, provocà un gir històric important. L’acció del futur primer president de la Generalitat restaurada pot veure’s a Coronel Macià, obra que vol ser pedagògica i ho aconsegueix fins a cert punt. La narració de la transformació de Macià, de militar espanyol a independentista català, està ben aconseguida, però la voluntat d’explicar una acció en vuitanta minuts i els altres fets històrics només en deu, arruïna tota la producció. En aquest sentit sorprèn la poca voluntat transgressora de la pel•lícula, on l’aventura de Prats de Molló surt de passada. Durant la dictadura de Primo de Rivera, Macià organitzà un exèrcit que havia de despertar l’ànim de la nació envers la independència. Els cent homes de l’armada foren detinguts i jutjats a Paris. L’avi decidí actuar així, seguint l’exemple irlandès plasmat al cinema per Ken Loach a The wind that shakes the barley, on com que el poble és qui crea la guerrilla es percep que hi ha una voluntat totalitària, unes ganes d’escapar de l’opressió. L’Esquerra Republicana de la Segona República aconseguí somniar, fins i tot proclamant l’Estat Català el sis d’octubre de 1934, en una futura independència per a tots, fet que la llarga nit del franquisme revifà per terror i prohibició. En democràcia, els nostres polítics, excepte alguns oportunistes que pujaren com l’escuma durant la nefasta majoria absoluta del govern Aznar, prefereixen jugar a Estatuts, enganyar la gent amb algunes proclames d’independència i fer veure que ignoren com Europa potser camina cap a un futur gran federalisme. Mentrestant, els podríem comparar amb els artífexs de la unitat d’Itàlia de Il Gattopardo, on queda ben clar que convé canviar tot per a que no canviï res, molt italià però també clar i català. Vens el oro y el moro al poble, l’enganyes amb proclames totalitàries i tu continues emportant-te el tros més gros del pastís. Humanitat. Misèria. |
lunes, 15 de diciembre de 2008
El cobrador del frac en Bcn week
Las otras crisis del cobrador del frac
Triologia del moroso: Justicia, apariencia, picaresca
La señora Lola pasaba por mi casa del pueblo después de comer. Era la hora de la película de Fred Astaire y Ginger Rogers. La anciana vertía comentarios de admiración por el baile del artista americano, pero lo que más le entusiasmaba era el frac, vestidura de hombre, que por delante llega hasta la cintura y por detrás tiene dos faldones más o menos anchos y largos. Símbolo de elegancia británica, decadente atuendo de un pasado lujoso, reapareció en mi vida hará un par de años. Iba a comprar el periódico y vi a un individuo vestido como para ir al Casino de Montecarlo. Deduje que su objetivo no eran las mesas de juego por su maleta, donde pocas pero concretas letras blancas indicaban su oficio: el cobrador del frac.
El encuentro marcó un antes y después en mi imaginación. Caprichosa, decidió crear una historia donde quien escribe perseguía al hombre disfrazado, quien a su vez acechaba al moroso. Cine cómico. La realidad es otra. Bien distinta. Lo comprobé cuando llamé al teléfono de la sorprendente empresa. No puedes seguir a ninguno de nuestros trabajadores uniformados. Eso es imposible. Mi gozo en un pozo. Aún así quería saber y solucionar un enigma de carácter nacional. He viajado por el mundo y nunca vi ningún invento parecido en otros países. Spain is different?
El cobrador del frac existe desde 1980 y presume de ejemplaridad y origen. Según indica su página web, su más ilustre antecesor fue Miguel de Cervantes Saavedra, autor del mítico Don Quijote, primera novela moderna. El manco de Lepanto trabajó durante siete años en la Hacienda Real a la caza de morosos. Sus herederos suelen usar métodos sutiles, y sólo siguen a sus “víctimas” en casos extremos, cuando se han agotado todas las vías legales; el manual de procedimiento de la empresa indica que el empleado destinado a seguir al deudor tiene que basar su cometido en el diálogo sin coaccionar, ofender o faltar. En Barcelona, su presencia dentro de la empresa es más bien escasa. Quien en una mañana vea a más de un cobrador, algo ya muy extraño de por si, o tiene mucha suerte o es un mentiroso de primera categoría. Sólo 4 personas de sexo masculino pasean con sombrero de copa y la famosa divisa. Los demás trabajadores se dedican a labores de gestión y tratan deudas que van desde unos modestos mil euros hasta cantidades astronómicas. Sus clientes son personas convencidas del pago por parte del moroso. No se persigue a pobres ingenuos, sino a pícaros que quieren eludir acuerdos contraídos. Typical Spanish.
Sí, ya lo sabéis. Hay crisis. Y se ve que lo peor está por llegar. Desde febrero de 2008 la actividad del cobrador del frac ha aumentado en un 40%. Falta dinero, pero la actividad de nuestros protagonistas refleja otras crisis nacionales, señas de identidad preocupantes, indicadores cotidianos de defectos, argucias y miedos seculares. Tres preguntas resuelven la crítica ecuación.
La primera de ellas, ¿por qué se contrata al cobrador del frac?, habla de uno de los más graves problemas de nuestra sociedad. La lentitud de la justicia española. Muchos clientes prefieren la eficiencia del cobrador para evitar tener que esperar años a cobrar lo que es suyo. Como la Sociedad es legal, no hay nada que impida su acción, y gana su estipendio mediante comisiones. Todo es más rápido sin tener que pasar por la pesadilla de abogados y pleitos, ni enmarañarse en la imprevisible diosa ciega, que en nuestro país hasta se va de huelga para dificultar más si cabe sus esperadas decisiones.
La segunda cuestión remite al éxito que tienen los cobradores en su misión. Uno de los motivos estribaría en su preparación. Son licenciados universitarios con conocimientos en derecho y saben lo que vale un peine, que en este caso es el puro y duro vil metal. Gestores y uniformados resuelven los conflictos en el 70% de los casos. El porcentaje aumenta cuando el frac aparca su coche y llama a la puerta de particulares. El qué dirán vence al miedo a quedarse sin blanca. España es un país de porteras. Quizá por tener un pasado tan católico y confesarnos en exceso, decidimos que hablar de los demás es muy divertido. Nos pasamos el día cotilleando y mantenemos estampas ibéricas como los toreros y las folklóricas para ampliar nuestro radio de se dice, se oye, se comenta hasta fenémenos identificables por la mayoría. José Tomás y la Pantoja; Julián Muñoz y Carmen De Mairena. En la sociedad de antes de la globalización, el marujeo era una cuestión de vecindario y bar, charanga y pandereta de calle. Si Enriqueta tenía un amante, todo el inmueble se enteraba en menos que canta un gallo. Lo mismo ocurre cuando llega el cobrador del frac.
No es normal que un señor vestido como si fuera a una fiesta de lujo se presente en el barrio y pique a un timbre conocido. Los rumores crecen y el pánico social se adueña del individuo. ¿Y si Hermenegilda ha visto al tipo ese? ¿Qué le digo? Se estila mantener la apariencia y salvar la deshonra, algo bien estúpido si pensamos que a lo largo del último decenio gran parte de la abundancia nacional se cimentó en el crédito, con lo que muchos podrían estar en el lugar de quien sufre la visita del señor con chistera, el mago enemigo del moroso. Los pequeños aquí hay tomate del día a día son mucho más graves que los televisivos. Personas de carne y hueso optan por abandonar su terquedad monetaria con tal de no ser pasto de la charlatanería ajena.
Por otra parte existe el respeto al uniforme. Al ser un pueblo sumiso que en pocas ocasiones ha impuesto su voluntad, sentimos temor reverencial por aquellos que visten diferente. Nos pasa como a los católicos cuando ven al nuevo Papa salir por el balcón del Vaticano. No importa que sea un viejo disfrazado con colores chillones y un gorro demencial. Aplauden porque aceptan la gran farsa de la realidad, al igual que lo hace el ciudadano con un semejante vestido de negro que para sus amenazantes pasos en la alfombrilla, preludio de la puerta y la notificación. Códigos. Autoridad.
Quienes también reciben la visita del frac son las empresas, blanco perfecto para una tercera pregunta que culmina nuestra particular trilogía de crisis celtibéricas relacionadas con nuestro objeto de investigación. ¿Qué métodos usan los que no pagan para eludir su condena? La picaresca es la clave. Muchos negocios intentan evitar el pago sin variar un ápice su esquema habitual de comportamiento: arriesgar con burdas gestiones que juegan al despiste y en ocasiones llegan a buen puerto. Tal comportamiento es un clásico en el mundo del capitalismo “refundado”. La argucia aplicaría nuestro dicho de más vale maña que fuerza, pero no conviene pasarse de la ralla. Una gran anécdota demuestra como aún no se han desvanecido los tiempos del Lazarillo de Tormes.
El cobrador del frac tiene una sección de grandes operadores. Se encargan de casos en los que la cantidad adeudada supera los cien mil Euros. En una ocasión un cliente andaluz reclamó intervenir por una cantidad muy superior. Al cabo de pocas semanas la empresa supo del fallecimiento del moroso. Se respetó un mes de duelo antes de volver a la carga. La familia tenía que hacerse cargo del débito. Llegó la feria de abril. Mientras el cliente tomaba unos finos se topó con el muerto. Estaba bien vivo disfrutando de los placeres sevillanos. Baile. Alcohol. Fue condenado por falsificación de documento estatal.
España es un país donde todo es posible, como en Granada. Don Quijote en la Meseta vio guerreros donde había molinos y el cobrador del frac sabe que poderoso caballero es don dinero. Si un anónimo recibes no te de llanto ni pena, llamas al número cien y tiras de la cadena. El frac no lo es. Cuando dinero habla, todos escuchan. ¡Haz que reine el silencio! No puedo, soy republicano. Amén.
http://bcnweek.com/feature.html
domingo, 14 de diciembre de 2008
Bcn Week #70
¡Niños y niñas!
Ya téneis en bares,tiendas y en la red de redes la edición de diciembre de Bcn Week. En esta ocasión nuestra mirada se centra, es evidente por la portada,en la tan manida crisis. ¡Merry crisis, que narices!
Este mes desfilan por las páginas de la revista cobradores del frac, nombres de calles, ganadores de la crisis, una abuela de Palautordera, tiendas de camisetas, el listing, fem pais, una sección de magia, las secciones habituales y un buen número de fotografias que valen mucho la pena.
Vedlo en www.bcnweek.com
¡Merry crisis!
viernes, 12 de diciembre de 2008
Pier Paolo Pasolini documentalista en Pagine Corsare
Cinema
Pier Paolo Pasolini documentalista
JORDI COROMINAS I JULIÁN
[también publicado en Quaderni del CSCI, Barcelona]
Toda la obra de Pier Paolo Pasolini vive entregada a un profundo sentimiento de pérdida y esperanza. Pérdida de un mundo antiguo que se desvanece ante las triunfales embestidas del neocapitalismo. Esperanza ante la eclosión, consecuencia del nuevo orden, de un sottoproletariato mundial que resiste las acometidas para preservar la pureza arcana de la humanidad, valor sagrado para el poeta, aterrorizado ante la inminente homologación de la especie que anule la diversidad, fuente de riqueza y cultura universal.
Es difícil ignorar la impronta documental en los textos, literarios y visivos, del autor friulano. Era un agudo observador de la realidad de su tiempo, y la miraba desde un prisma que pese a su fuerte carga poética navegaba repleto de vigor antropológico con ansias de registrar hechos y actitudes de manera objetiva. Su indudable subjetividad, propia de quien habla con voz libre y propia, fue la que permitió desarrollar en Pasolini una actitud de búsqueda que alternaba objetivos creativos, encontrar el lugar idóneo para pensar o filmar una película, con deseos de adentrarse en el tejido social, tomar su pulso y reflejar un estado de cosas.
Para entender mejor la labor documental del director de Accattone (1961) la dividiremos en tres apartados: Uso de imágenes de archivo, búsqueda personal- creativa y búsqueda socio-histórica.
Uso de imágenes de archivo
Pasolini usa imágenes de archivo en varios momentos de su singladura. El máximo ejemplo es su participación en La rabbia (1963), donde a partir de fotografías y filmados muestra cual es su posición en torno la situación mundial. Su mirada desangelada y lírica crea una obra crítica con el poder y entregada a la pureza del tercer mundo y a la esperanza de su acción, que para Occidente sólo tiene parangón con la posibilidad que en el futuro el sottoproletariato sea vivero de Papas, siempre que vistan mantos parecidos a los de Juan XXIII. En este sentido La rabbia parece un ejercicio de estilo forzado dotado de cierta ingenuidad, casi realizado con apatía [1], lo que no sentimos en el cortometraje La sequenza del fiore di carta (1968); el paseo del inocente Ninetto por la romana Via Nazionale se funde con imágenes de actualidad que su mente ignora, pecado mortal, pues no preocuparse de la Historia será su condena. Las andanzas de la Musa Clío en forma archivística tienen otro rostro en Uccellacci e Uccellini (1966): la secuencia del funeral de Palmiro Togliatti expresa el deseo del autor por un marchar unidos que sólo algunos acontecimientos excepcionales logran generar.
Los tres documentales de este ciclo constituyen búsquedas personales que anhelan encontrar espacios contemporáneos capaces de recrear tiempos pretéritos. El entusiasmo inicial cede ante el choque de las metamorfosis capitalistas y conduce al poeta hacia análisis sociopolíticos fruto de lo observado. En los Sopraluoghi in Palestina (1963) Pasolini viaja a Tierra santa con el objetivo de encontrar lugares idóneos para su Vangelo secondo Matteo (1964). Descubre la importancia de la piccola misura en el evangelio y se emociona en algunos lugares; la imposibilidad de rodar su filme sobre el redentor en Palestina termina convirtiéndose en un certero análisis de la realidad de Israel quince años después de su fundación. La presencia de un sottoproletariato árabe, expulsado de sus dominios como lo fueron los borgatari en 1924, incita al intelectual a comparar su situación con la italiana, constante que se repetirá en los dos siguientes documentales tanto a nivel humano como paisajístico. Para Pasolini una de las grandes amenazas del cambio contemporáneo es la destrucción del paisaje para convertirlo en pasto de la industrialización y los templos del consumismo.
En África [2], Appunti per un’orestiade africana (1970) compara la situación de los nuevos estados libres y democráticos de los primeros sesenta con la mítica creación del primer tribunal democrático por parte de Orestes. El documental juega con pasado y presente- filmación de escenas del supuesto futuro filme con visitas a importantes ciudades del continente negro-, debate con estudiantes africanos afincados en Europa, usa imágenes de la guerra de Biafra y se plantea su propia forma con el intermedio de música jazz americana sin olvidar en ningún momento la eterna idea pasoliniana de lo antiguo devorado por lo moderno.
Búsqueda socio-histórica
Nada más empezar Comizi d’amore (1964) Alberto Moravia define el documental de su amigo como el primer intento de hacer cinema-veritè en Italia. El iter por la bota en pos de conocer los (des)conocimientos y costumbres de los transalpinos en materia sexual se divide en varias partes que dan intensidad al recorrido. La encuesta directa a los habitantes del Belpaese demuestra las tremendas diferencias entre norte y sur, la divergencia entre clases socioculturales, la masiva ignorancia y el miedo, consecuencia de la desinformación y el catolicismo, hacia determinados aspectos de la sexualidad. Esta primera búsqueda socio-histórica de Pasolini constituye un divertido documento que pretende mezclar seriedad antropológica con el desenfado que supone realizar la encuesta a pie de calle.
---------------------Jordi Corominas I Julián
[1] Cuando visionó su parte y la de Giovanni Guareschi se sintió víctima de su propia ingenuidad, retiró su firma e impidió la circulación del documental. Ver: ENZO SICILIANO, Vita di Pasolini, Mondadori, Milano, 2005, pp.307-308.
[2] Según sus versos del poema de 1960 Frammento alla morte “Il sole che illumina il mondo” además de ser, en sus propias palabras, la única alternativa.
* * *
Jordi Corominas i Julián (Barcelona, 1979) es escritor, aunque desarrolla su actividad en varios campos de la creación cultural. Como novelista publicó en 2005 Una dona que sap jugar amb els peus, año en que vio también la luz la biografía histórica Macrina la madre, editada por Jacabook. A finales de 2008 publicó su nueva novela, Colors, cierre de una primera etapa que dará paso a experimentación en poesía mediante dos poemarios pendientes de publicación.
Corominas es coeditor de www.panfletocalidoscopio.com y editor asociado de BcnWeek, revista trilingüe de Barcelona. Escribe mensualmente en literaturas.com, es miembro del cómite de redacción de la revista "Quaderni del CSCI", publicación anual dedicada al cine italiano, y colabora puntualmente en varias revistas europeas.
Entre las otras actividades de Corominas destaca la fotografía, teniendo pendiente de publicación un libro monográfico sobre la ciudad de Roma. Actualmente prepara su tercera novela y ultima un documental sobre el Metro de Barcelona.
lunes, 1 de diciembre de 2008
primera mención para Colors!
Jordi Corominas presenta esta semana en Casa Elizalde su segunda novela titulada Colors |
Un hombre decide pedir prestadas las llaves de una casa de campo a un amigo después de asistir al funeral de su ex. Ya en plena naturaleza le robarán la maleta mientras se baña en un río, caminará casi desnudo y llegará a un extraño pueblo con pavimento antiguo de manchas naranjas. La fantasía simbólica del lugar ubica un espacio conceptual dentro de la realidad.. Sus habitantes van descalzos, no existen comercios capitalistas, se habla una lengua anacrónica, el cura es elegido por ser el más sabio y el alcalde, invisible, además de ciego es relojero. El hombre del bañador dudará ante la sorpresa y sólo al final del relato descubriremos el motivo de su sospecha.
Corominas juega y nos sumerge en un universo metafórico válido que como mayor defecto tiene el poder dar lugar a múltiples interpretaciones sobre qué desea expresarnos, pues el lector tanto puede pensar que la pureza del pueblo es denuncia de nuestros excesos, una queja utópica o algo oculto y amenazante. La división en colores obedece a los varios cambios de ese 14 de julio de cielo rojo sin nubes y a la evolución de la trama mediante puntos concretos del extraño pueblo. La visión unitaria del autor, donde el espacio tiene igual importancia que el protagonista al condicionar el comportamiento humano, se refleja en el doble final y en la presencia de una segunda voz narrativa, el cielo, magma de advertencia que capta y piensa los momentos en que el principal personaje se encuentra ante un instante decisivo que ignora.
Colors constituye un pequeño gran reto poético que sólo podía escribirse en catalán por lo especial del lenguaje y su contexto geográfico en esa imaginaria Cataluña profunda donde el autor condensa ideas, voces y desapariciones de la belleza en forma de chica que huye de su origen. Sin belleza no hay esperanza y por eso tiene que ser necesario encontrar un nuevo Prometeo que de humanidad perdida a la humanidad presente. Ese es el verdadero fuego del libro. Advertir mientras se juega a una prueba literaria no tan inocente como plantearían esas personas que comen verdura cruda y se conforman con los frutos de la tierra.
Y cuando la tierra limita, conviene escapar de ella. Quizá por eso Corominas haya decidido pasarse definitivamente al castellano, como si su lengua materna no le aportara la suficiente capacidad para volar libre, sin aprietos ni absurdas discusiones. Esperemos que el viaje sea prolijo.
Jean Martin du Bruit
Acerca de Jordi Corominas
Nacido en Barcelona en1979, Jordi Corominas es autor de la novela "Una dona que sap jugar amb els peus" y la biografia "Macrina la madre". Es parte activa de www.calidoscopio.net además de colaborar asiduamente en www.literaturas.com , bcnweek, 08340, La aventura de la Historia. Es miembro de la AEHC, asociación española de historiadores y críticos de cine, y del consejo de redacción de la revista anual de cine italiano "Quaderni del CSCI".
Ha participado ocasionalmente en www.pasolini.eu , Quimera, Serra d'Or, Studi sull'oriente cristiano, Matèria y Cuadernos de Historia contemporánea, entre otras publicaciones. Actualmente prepara una tercera novela y pule dos poemarios en castellano.
Presentación de la novela Colors
Miércoles 3 de noviembre 19:30 Casa Elizalde, València 302, Barcelona
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