domingo, 22 de febrero de 2009

El crimen de Gràcia en Bcn Week (Matar en Barcelona)


Angie

by Jordi Corominas i Julián


Un cadáver en un sofá. Un cuerpo de fémina, desnudo, plácido, con sus joyas. Ningún signo de violencia. Una bolsa de plástico en la cabeza. La escena del crimen carecía de objetos personales de la víctima; al lado del cuerpo del delito, una peluca negra y unas botas se ofrecían como único resquicio para investigar el macabro suceso, acaecido en unos apartamentos de alquiler por días en el número 36 de la gracienca Calle Camprodón. El transcurrir del frío febrero daría más indicios para resolver el enigma. La autopsia heló. Se encontraron diferentes restos de semen en la boca y en la parte externa de la vagina.

Todos estos detalles, propios de un suicidio o un crimen sexual, crearon más caos cuando una denuncia de desaparición a fecha 18 de febrero de 2008, tres jornadas antes del fatídico hallazgo, permitió que se identificara a la joven. Ana María tenía 35 años. Creativa, familiar, afectuosa y responsable, era feliz con su pareja y nada presagiaba fracturas en su integridad.

La nada es relativa. Es necesario ahondar en ella para sacar útiles pesquisas. Las cámaras de seguridad de una oficina bancaria de Mataró permitieron ver la última y suculenta extracción monetaria de la fallecida. Algo no cuadraba: una peluca morena. Su asombroso parecido con la del lugar de los hechos fue la primera brisa de luz, acrecentada al declarar el novio de Ana María que la mujer del cajero automático le recordaba a una de las personas que había visto en el entierro: era María Ángeles Molina Fernández, Angie para sus amigos. Preocupada por su imagen, ambiciosa y presumida, era responsable de personal de una empresa textil del Poblenou, donde conoció a Ana María. Se hicieron amigas, y el despido de la futura víctima mediante un ERE no fue obstáculo para seguir frecuentándose entre cenas y encuentros.

Lo que no podía saber la asesinada es que durante más de dos años Angie suplantó su identidad para contratar préstamos superiores a veinte mil euros y pólizas de vida en que la beneficiaria era una tercera persona. No piensen en Orson Welles. La última parte del terceto ignoraba todo de la sangrienta y maquiavélica trama. Asimismo, Angie disponía de un teléfono móvil sólo para realizar sus gestiones bancarias.

Angie gozaba de un estupendo nivel económico. No necesitaba más, y sin embargo algo se activó en su cerebro. Delirios de grandeza, caprichos de querer impresionar a sus colegas del gimnasio Arsenal, club de rompe y rasga en Sant Gervasi. Mantener cierto estatus tiene sus costes. Matando a Ana María podría cobrar los seguros y enriquecerse.

Planificó todo al milímetro. Se despertó, confirmó la cita con su amiga para cenar, se atavió con su máscara capilar y alquiló el apartamento por tres días. Su siguiente movimiento fue crucial, clave en su supuesta perfección. Acudió a la compañía American Gigoló y contrató a dos prostitutos. Les pidió que se masturbaran y dejaran su semen en unos frascos. Dijo que quería impresionar a sus allegadas. Se fue de la habitación del aparthotel y esperó que cumplieran con su cometido.

Debieron ser veinticuatro horas de vértigo. La penúltima acción fue ir y volver de Zaragoza para recoger las cenizas de su difunta madre, viaje cínico antes de propiciar un billete sin retorno. En Barcelona cenó con su amiga, la durmió con un veneno, la desnudó y finalmente, la inseminó. La mató por asfixia, fijándole la bolsa de plástico con cinta aislante.

Los chicos de compañía la reconocieron. Fue detenida y no quiso explicar su versión de los hechos. Cumple condena y tuvieron que trasladarla de la prisión femenina de Wad Ras a Brians cuando sus compañeras de reclusión supieron quien se escondía bajo, paradojas del destino, falso nombre de Marian. Su actual demora la ha vuelto una mujer meticulosa, con la misma obsesión de siempre por mantener un buen tipo. Come yogures. Juega al Sudoku. No asiste a funerales. Angie.



Guió: Jordi Relaño // Dibuixos: Iván Córdoba

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que el juez investgue la extraña muerte de su marido, que todavía no ha prescrito..... donde repitió coartada, había estado en zaragoza visitando a sus padres...
Joder, no sabía yo que, cada vez que iba a Zaragoza, había un muerto en la familia...

Anónimo dijo...

que es lo del padre?que fuerte!

Anónimo dijo...

si y que el juez tambien investigue la muerte de su madre , porque no la queria ni ver , y sus padres aunque eran trabajadores tenian dinero y patrimonio , que logicamente al ser hija unica seria su futura herencia , y sus padres no eran tan mayores para morir los dos ...
y estoy totalmente de acuerdo con lo del marido , justo murio cuando ella se habia asegurado su embarazo y su futuro....

Maria dijo...

La conocia, llevabamos a las niñas al mismo colegio, es fria, ambiciosa con cara y pinta de mala malísima, cuando me enteré nada me sorprendió, cuadra con su manera de vivir, que fuerte, no comprendíamos como llevaba ese ritmo de vida, hubiera seguido matando seguro...pobre hija, siempre a cargo de otras madres que se apiadaban de la cria, que asco de tia, que muera en prisión, la he visto en el juicio (aplazado) la misma actirud y pose desafiante que cuando entraba por la puerta del colegio criticando a todas las que no eran como ella... púdrete en la cárcel y sigue negando que tu hija está tranquila y segura....

ami dijo...

Sé de buenas fuentes, el tipo de persona que es y de las " curiosas" muertes de sus padres y de su marido...Que se compruebe como pasó y lo que sacó de cada uno. Individuos como Angie no deberían estar en la calle nunca con personas normales. De buena se a librado su hija....Y tiene un "novio" que no se entera de nada...Seguramente hubiese sido el siguiente..

Unknown dijo...

Yo conozco al padre biologico de la hija. Es de Zaragoza. El no conoce a la niña ni sabe de su existencia. Entonces ella tenia un BMW matricula de Canarias.... y le gustaba esquiar en el Pirineo Aragonés.