domingo, 19 de septiembre de 2010

Los cerdos de George Harrison y la sociedad catalana en Bcn Week


Los cerdos de George Harrison y la sociedad catalana: una profecía by Jean Martin du Bruit

Mare de Déu, cridà el gos a la guineu un matí d’aquells on l’estiu desitja morir i la tardor jura amor de puta a la puntualitat britànica. Sonà el despertador, era tard i el president Montilla convocava eleccions. De cop i volta trucaren a la porta. Un home sense calçotets volia vendre’m calçots. Cridava i la força dels seus cops m’espantà. El silenci tornà fins que una nota lliscà veloç fins als meus peus. El remitent era l’associació catalana de pernils i atzavares. Em pregaven en nom de Madolf Jitla que llegís atentamente el contingut del sobre. Vaig obrir-lo i el text parlà clar i castellà.

Querido Jean Martin,
Es un motivo de Honda y Yamaha satisfacción escribirte para que difundas el hallazgo de una profecía esencial de la situación política de Cataluña antes de la inminente consulta electoral que elegirá al próximo presidente de la Generalitat. Corren malos tiempos, pero nosotros vivimos en el regocijo de haber derribado el mito de Nostradamus. El verdadero oráculo de nuestra época es George Harrison, que en paz descanse, el único que con pocas palabras abarca toda la dimensión de nuestra inevitable tragedia. En 1968 compuso Piggies, una canción con un tono muy de su estilo, con el guitarrista predicando como un dios enfurecido, siempre sentencioso y soberbio pese a su poco tiempo transcurrido en el planeta. Vayamos al grano. Leyendo atentamente la letra hemos comprendido como en Abbey Road sabían el destino del Principado y la sumisión de sus ciudadanos a la burguesía que nunca se cubre de mugre porque la propaga. Sus acciones siempre quedarán impolutas y Convergència ganará holgadamente porque nadie parece preocuparse de su burla corrupta, compartida como bien sabe usted, que ha sufrido en sus carnes cómo se recauda dinero a costa de bolsillos modestos, por la municipalidad socialista. En fin Pilarín, resulta que George, el Beatle silencioso, lo plasmó para el mundo hace ya 42 primaveras. ¡Un hombre de Liverpool preocupado por la cita con las urnas de 2010. Fascinante. El tema empieza con una dulzura turbia que la música incrementa, con el bajo simulando gruñidos y tape-loops ciertamente cerdunos. El tono es de fábula barroca, nos van a contar un cuento, y la referencia animal bebe de Orwell y su mítica Rebelión en la granja. La humanización de estos mamíferos introduce al oyente en la atmosfera que las cosas no son cómo parecen. Have you seen the little piggies crawling in the dirt? And for all the little piggies life is getting worse, always having dirt to play around in. Los pequeños cerditos, nosotros, nos arrastramos por la mugre. No importa que todo vaya de mal en peor. Siempre tendremos la mugre para jugar, para ahondar la herida del sueldo de barreño, las facturas, la incapacidad del Estado para tomar medidas, la precariedad y las continuas frustraciones diarias. Siempre queda la mierda, microscosmos para la mayoría impotente resignada a tragar lo impuesto.
La segunda estrofa nada hacia la diferencia. De lo pequeño vamos a lo grande, y es curioso resaltar cómo aquí más es oligárquico y el menos engloba al pueblo. Have you seen the bigger piggies in their starched white shirts? You will find the bigger piggies stirring up the dirt, always have clean shirts to play around in. Los de las camisas almidonadas remueven la mugre y nunca se manchan porque su reino no es de este mundo. Pueden saquear el Palau de la Música, financiar ilegalmente partidos y ser muy chorizos con la corrupción urbanística, pero siempre saldrán impunes y con la mejor de sus sonrisas para dar una imagen neutra y pestilente que es su seña de identidad clave. Los grandes cerdos nos han convertido en peones del tablero que tienen en su parque de recreo. Harrison se crispa. Su voz adquiere la textura de un cabreo en el abismo de la indignación. Constata la otredad del poderoso y su desconexión de la realidad. In their styes with all their backing they don’t care what goes on around. Fuentes cercanas a nuestra cúpula se escalofriaron hace poco como el sistema manipula la ilusión del común de los mortales con ese encuentro de nuevos catalanes, los inmigrantes, subyugados en el Fossar de les Moreres por la patética figura de Artur Mas. Las banderas y el papel de water. Montilla dice que ha construido más metro que su rival. George da puñetazos vocales y alcanza una catarsis de rabia. In their eyes there’s something lacking, what they need is a dawn good whacking. Sus mirades carecen de muchas cosas. Usted las reconoce y por eso le hemos mandado esta epístola. Ellos necesitan una buena paliza. Este verso da pruebas de las virtudes oraculares de la decimosegunda canción del White Album. Una buena profecía debe poder ser interpretada, no ha de marcar el camino de manera excesivamente diáfana. ¿Qué tipo de paliza? ¿Con fuets Tarradellas en plan flagelación? No, el golpe urge en las papeletas del ciudadano o en su abstención ese domingo resacoso de Barça-Madrid el día antes. Voto en blanco o abstención, dos medidas válidas que pueden suplirse votando a un partido desconocido, pues los cinco grandes bloques que suelen tener representación no merecen nuestra confianza. Todo seguirá igual. Canibalismo. Enfrenta a los semejantes y ganarás la partida. Everywhere there lots of piggies living piggy lives. No están en Collserola o paseando por Plaza Lesseps. You can see them out for dinner, porque gozan del ocio posmoderno y saliendo del hogar abandonan sus fantasmas para redundar en el consumismo, with their piggy wiwes, clutching forks and knives to eat their bacon. Es una masacre. La normalidad debe rebelarse para evitat esta antropofagia y derribar la prepotencia de los cerdos que dirigen nuestro destino desde sus escaños y tejemanejes económicos amparados en una bula papal que nadie recuerda.

Aquella nit vaig dormir, però abans de tancar els ulls vaig pensar en un altre vers de Harrison. And my advice for those who die, declare the pennies on your eyes. Si tot segueix així no podrem complir antics rituals mortuoris. Fareu cas l’associació catalana de pernils i atzavares? El negre de Banyoles us ho agrairà.

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