martes, 19 de enero de 2010

Do it! en Literaturas.com


Jordi Corominas i Julián
Jerry Rubin, Do it! Escenarios de la revolución


Hasta quienes negaban todo lo establecido sintieron la necesidad de ordenar sus ideas en un manifiesto, diferente, pero con la misma sustancia que ha llenado hojas y mas hojas de papel a lo largo de los siglos.

Durante los años sesenta Jerry Rubin se erigió en uno de los principales líderes del movimiento Yippie. Todo nació en 1964, en la Universidad de Berkeley, aunque quizá el verdadero arranque deba cifrarse en la ruptura que implica Elvis, capaz de transgredir los valores convencionales mediante canciones y movimientos de cadera que iniciaron la liberación de una juventud que no aceptaba heredar, sin más, los valores paternos. La protesta partió de lo generacional, no te fíes de alguien mayor de 30 años, y tomó cuerpo con el contexto histórico. Baby boom. Bob Dylan. Marihuana. Lucha por los derechos civiles. LSD. Vietnam. El conflicto bélico del Sudeste asiático fue la mecha que prendió un malestar generalizado y encendió los ánimos hacia posturas más radicales que en el caso concreto del chico de Cincinnati se enfocaron hacia la lucha permanente contra el gobierno, sus leyes y argumentos. Las formas fueron múltiples y variopintas. Presentarse a la alcaldía de Berkeley, integrarse y moldear el flujo de manifestaciones a lo largo y ancho de los Estados Unidos de América, provocar al poder en sus propias sedes, defender el uso de estupefacientes, el amor libre, la libertad de lenguaje, la desnudez y la trasgresión para finiquitar un sistema obsoleto que, como siempre, tomaba el pelo a sus ciudadanos con prohibiciones y medidas tendentes a unificar el gusto para dominar al gran rebaño yanki y, por ende, a la entera humanidad capitalista, aquejada del mal de la Guerra Fría.

Precisamente la condena absoluta de la ideología es el mayor legado de la obra. Rubin opina con razón, cuarenta años antes del actual desencanto, que tanto izquierda como derecha deberían ser meros lados espaciales porque a nivel político lo caduco de sus propuestas era plena incompetencia para alcanzar resultados útiles para la ciudadanía, única agrupación capaz de salvarse a si misma. Estas ideas siguen vigentes hoy en día y surgen por un descontento inigualable y una mayor frustración que imposibilita avanzar hacia un verdadero progreso. Rubin lo entendió con los métodos de su época. El movimiento yippie aunó su fuerza filosófica con alternativas a lo convencional que llegaron al paroxismo en el intento de sabotear la convención del Partido Demócrata en la primavera de 1968. El asalto a los depósitos de agua para disolver LSD, algo más propio de los Merry pranksters de Ken Kesey, y las marchas terminaron con detenciones y el juicio a los ocho de Chicago, estiletes de una voluntad expresada en su actitud durante el proceso, transformado en una especie de feria surrealista que culminó la insurrección y abrió la puerta a los setenta, donde los símbolos de la esperanza fueron desapareciendo hasta caer olvidados en una extraña noche de los tiempos.

Además de por su contenido escrito, Do it! destaca por su diseño. Quentin Fiore debió imaginar que un corpus de tamaña magnitud, al menos para la juventud, merecía mostrar frescura gráfica que acompañara la reflexión textual. Las imágenes, viñetas y su ubicación el volumen constituyen un regalo para cualquier lector con ganas de encontrar un tipo de edición diferente, que hasta podríamos calificar de interactiva por no limitarse a las palabras e ir más allá de las mismas. Blackie Books debutó con un título efectista que a buen seguro le permitirá desarrollar apuestas más arriesgadas que mezclen inconformismo del pasado con ansias renovadoras para el mañana, literatura de calidad que se aparte de lo mascado y ofrezca calidad alejada de estereotipos que ya conocemos demasiado bien.



Do it! Escenarios de la revolución
(traducción: Pablo Alvárez Ellacuria)


Jerry Rubin


Blackie Books, 2009


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